Olvidado el códice del Cantar de mío Cid en el archivo del Concejo de Vivar, en 1596 Juan Ruiz de Ulibarri sacó de él una copia con el impropio título de Historia del famoso caballero Rodrigo de Vivar, llamado por otro nombre Cid Campeador, sacada de su original…, que fechó en Burgos el 20 de octubre del citado año. No debió de publicarse esta copia, por cuanto nunca ha habido referencia de ello. El manuscrito está hoy en la Biblioteca Nacional.
Cuando el señor Llaguno descubrió el códice, mandó revisar la copia citada a Juan Antonio Pellicer y Pilares, que puso al fin esta nota: «El original estaba en el lugar de Vivar; húbole el señor Sánchez, por intercesión del señor Llaguno, secretario del Consejo de Estado. Enmendamos por él esta copia, y así esta equivale al original, pero por él la publicó el referido señor Sánchez en sus Poesías antiguas».
Esta fue, pues, la primera edición del Cantar, que integra el tomo I de la Colección de poesías castellanas anteriores al siglo XV, publicada por Tomás Antonio Sánchez, en 1779.
Se volvió a editar en la «Biblioteca castellana, portugués y provenzal», dirigida por el doctor G. H. Schubert. Altemburgo, 1804.
Se hizo una nueva edición en París, en 1842.
De nuevo se publicó encabezando la recopilación Poetas castellanos anteriores al siglo XV. Colección aumentada e ilustrada por Florencio Janer, que constituye el tomo 57 de la Biblioteca de Autores Españoles de Rivadeneyra. Madrid, 1864.
Otra edición, con el título de Poema del Cid, nach der einzigen Madrider Handschrift…, de Karl Vollmöller, Halle, 1879.
Nueva edición, titulada Los Cantares de Mío Cid, por Eduardo Lidforss, Lund, 1895.
Otra edición, Poem of the Cid, por Archer M. Huntington (tres tomos), Nueva York, 1897-1903.
Poema del Cid. Edición crítica de Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 1898.
Cantar de Mío Cid. Texto, gramática y vocabulario, por Ramón Menéndez Pidal (tres tomos), Madrid, 1908-1911.
Poema de Mío Cid. Edición, con notas, por Ramón Menéndez Pidal. Tomo 24 de la colección «Clásicos Castellanos», Madrid, 1913.
Prescindimos de reseñar las ediciones que acompañan a las versiones modernizadas, así como las de simple divulgación y las abreviadas y fragmentarias para usos escolares.
No obstante, cabe señalar —y con elogio— dos ediciones facsimilares: una patrocinada por el Ayuntamiento de Burgos, en 1946, para conmemorar el milenario de Castilla, y la ya citada, realizada por la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, para conmemorar la donación del códice de Per Abbat hecha por la Fundación Juan March a la Biblioteca Nacional en 1960. (Formando un segundo tomo se reproduce, también en facsímil, la edición paleográfica de Menéndez Pidal.)
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No es menos elocuente el testimonio que aportan las numerosas traducciones a lenguas extranjeras para corroborar la trascendencia del Cantar de mío Cid.
En Francia, la primera traducción fue llevada a cabo por J. S. Damàs-Hinard, París, 1858, a la que siguieron las de E. de Saint-Albin, de 1866, y otra de E. Merimée. Modernamente ha aparecido otra, con excelente bibliografía, de Eugene Köhler, París, 1955.
En Alemania apareció la primera versión en lengua extranjera, debida a O. L. B. Wolf, Jena, 1850, y otra de Johannes Adam, Erlanger, 1912, con abundante glosario.
En lengua inglesa, la de Archer M. Huntington, Nueva York, 1901, con gran cantidad de notas.
En Italia, cuatro versiones: de T. Cannizaro, Catania, 1907; de Giulio Bertoni, Bari, 1912; de D. Coltelli, Lanciano, 1929, y otra de Camilo Guerrieri Crocetti (en su obra L’Epica spagnola), Milán, 1944.
Al sueco se tradujo por C. G. Estlander, Helsingfors, 1863.
Al portugués, por Alfonso Lópes Vieira, Lisboa, 1929.
Algunas de estas versiones van ilustradas por estimables introducciones, notas, glosarios y bibliografías.