Reliquias

El hemisferio austral. Bajo su álgebra

de estrellas ignoradas por Ulises,

un hombre busca y seguirá buscando

las reliquias de aquella epifanía

que le fue dada, hace ya tantos años,

del otro lado de una numerada

puerta de hotel, junto al perpetuo Támesis,

que fluye como fluye ese otro río,

el tenue tiempo elemental. La carne

olvida sus pesares y sus dichas.

El hombre espera y sueña. Vagamente

rescata unas triviales circunstancias.

Un nombre de mujer, una blancura,

un cuerpo ya sin cara, la penumbra

de una tarde sin fecha, la llovizna,

unas flores de cera sobre un mármol

y las paredes, color rosa pálido.