Cesar

Aquí, lo que dejaron los puñales.

Aquí esa pobre cosa, un hombre muerto

que se llamaba César. Le han abierto

cráteres en la carne los metales.

Aquí lo atroz, aquí la detenida

máquina usada ayer para la gloria,

para escribir y ejecutar la historia

y para el goce pleno de la vida.

Aquí también el otro, aquel prudente

emperador que declinó laureles,

que comandó batallas y bajeles

y que rigió el oriente y el poniente.

Aquí también el otro, el venidero

cuya gran sombra será el orbe entero.