Huésped que en el silencio se aposenta, mi corazón, de su velar cansado se adormece en penumbra soñolienta. Y de tanto velar, ¡ay!, desvelado va apagando en su lumbre cenicienta el sueño de un soñar desensoñado. JOSÉ BERGAMÍN
Huésped que en el silencio se aposenta,
mi corazón, de su velar cansado
se adormece en penumbra soñolienta.
Y de tanto velar, ¡ay!, desvelado
va apagando en su lumbre cenicienta
el sueño de un soñar desensoñado.
JOSÉ BERGAMÍN