NOTAS

[1] Los reglamentos de Fortinone y de todo el Continente Norte prohibían la síntesis y la importación de criaturas pensantes, invocando el hecho de que con ello aumentaría el número de beneficiarios inscritos en los registros. Los damananos, nativos de la luna Damar, fabricaban pequeñas criaturas de una inteligencia dócil y ávida, de cabezas negras cubiertas de pelo, picos negros y ojos laterales. Como esas criaturas no interpretaban más que el papel de marionetas, o servían como animales de compañía para los hijos de los señores, los Agentes del Servicio de Protección Social cerraban los ojos ante su presencia.<<

[2] En Fortinone, al igual que en todo el Continente Norte, se empleaban cinco Nomenclaturas o sistemas de escritura:

—Un conjunto de mil doscientos treinta y un pictogramas derivados de los antiguos signos convencionales interplanetarios, que eran enseñados a todos los niños.

—Una versión cursiva de los mismos pictogramas, empleada por los comerciantes y artesanos, más un suplemento de unas cuatrocientas figuras adicionales.

—Un silabario, a veces empleado para aumentar los pictogramas, y otras como sistema gráfico independiente.

—Una forma cursiva del silabario, aumentado con un gran número de estenogramas: el sistema utilizado por los señores, sacerdotes, saltarines ordenados, saltarines avanzados, oradores, escribas y sabios.

—Un alfabeto arcaico, con numerosas variantes: utilizado para transcribir idiomas arcaicos, o para efectos especiales, como los emblemas de las tabernas, los nombres de los navíos, etc.<<

[3] No-cooperadores: personas no beneficiarías de las ventajas de la Protección Social, censados como caóticos, anarquistas, ladrones, embaucadores y gente de mal vivir.<<

[4] Los nombres de los señores derivaban de sus feudos de utilidades públicas que fueron, por otra parte, sus primeras empresas. En el idioma de la época eran: Spay, Chaluz, Flowan, Línea Elevada, Línea Subterránea y Boimarc. Respectivamente: comunicaciones, energía, agua, tránsito, alcantarillado y comercio.<<

[5] Ben: Abreviatura de beneficiario, en su forma usual o como título honorífico.<<

[6] El juicio era para los artesanos de Ambroy el acontecimiento más importante del año, pues establecía sus emolumentos para el siguiente período anual. Los Juicios se desarrollaban siguiendo un ritual muy elaborado, y contaba con muchos efectos teatrales, hasta tal punto que los jueces eran aplaudidos o criticados por la riqueza ceremonial del espectáculo que daban.

Tres equipos diferentes de jueces trabajaban independientemente, todos ellos en el gran almacén del Boimarc de la Ciudad Este, y tasaban todos los artículos fabricados por los artesanos de Ambroy. El primer equipo incluía al Representante de la Hermandad de Artesanos, un experto en la categoría particular de los artículos que se juzgaban, procedente de unos de los almacenes transestelares, y un Señor del Boimarc, elegido igualmente por sus conocimientos técnicos. En el segundo equipo se encontraban el Presidente de la Asociación de Inter-Hermandades, el Director de Orientación Artesanal del Servicio de Protección Social y el Arbitro de Calidades Comparativas del Templo Central. El tercer equipo estaba formado por dos señores del Boimarc y un simple beneficiario elegido al azar entre la población, y que recibía el título de Dignatario Independiente y un salario doble. El primer equipo no examinaba más que una sola clase de objetos, y su tasación tenía un coeficiente de dos. El segundo y tercer equipo inspeccionaban todos los artículos.<<