Los documentos que han sido filtrados a la prensa en el llamado caso Vatileaks han dejado al descubierto una serie de cuestiones que hasta el momento o no existían o, sencillamente, no se hablaba de ellas. Las complicadas relaciones entre Italia y la Santa Sede, las presiones desde Bruselas para que Italia cargue de más impuestos los bienes de la Iglesia, incidentes con la Policía vaticana, peticiones de grupos terroristas para que el Vaticano medie con un determinado Gobierno, intentos de manipulación de las finanzas vaticanas, luchas entre facciones cardenalicias, reproches al papa desde alguna orden religiosa, adolescentes desaparecidas a las que es mejor no nombrar, amenazas de represalias internacionales si no convierten el Banco Vaticano en una institución limpia y transparente, denuncias de altos miembros de la curia sobre casos de derroche, corrupción y mala gestión, auténticas «cuchilladas por la espalda» entre directivos de medios de comunicación católicos, incluso conspiraciones para matar al papa… Todos estos serían algunos de los polémicos casos a los que se hace referencia en los documentos del Vatileaks. Pero como dijo un experto vaticanista en cierta ocasión, estas páginas clasificadas como «secretas» o «reservadas» vienen a mostrar una vez más que, a pesar de que el papa reina con la ayuda de Dios y el Espíritu Santo, gobierna también sobre un país de hombres, muchos de ellos movidos por la ambición y el afán de poder.