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La sucia guerra en los sagrados medios

La historia del Vaticano está llena de intrigas, traiciones, envenenamientos y cuchilladas por la espalda. No podemos olvidar a papas como Alejandro VI Borgia, Julio II de la Rovere o a cualquiera de la familia Medici, pero, a pesar de lo que podría parecer, en pleno siglo XXI esas prácticas no han abandonado del todo los muros vaticanos, que continúan siendo escenario de puñaladas a traición y de sucias conjuras.

Algo de esto pudo comprobarse tras los rumores vaticanos que aseguraban que detrás de la dimisión en septiembre de 2009 de Dino Boffo como director del Avvenire, el periódico de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), fundado en Milán en 1968, se encontraba una escabrosa conspiración digna de un best-seller. Según las mismas fuentes, el complot habría sido urdido nada menos que por el número dos vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, para restar poder al presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Angelo Bagnasco, y a su antecesor en el cargo, el cardenal Camillo Ruini, considerados demasiado cercanos al grupo de los «diplomáticos» del cardenal Angelo Sodano. La sangre estaba a punto de correr en los pasillos de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Italiana.