El presidente del Instituto para las Obras de Religión fue testigo de cómo, durante los días miércoles 8 y jueves 9 de febrero de 2012, la Oficina de Prensa del Vaticano comenzaba una guerra abierta con el canal La7 por un reportaje emitido en el programa Los Intocables, dirigido por Gianluigi Nuzzi, en el que se denunciaban conductas de dudosa legalidad por parte del IOR[81], y con el diario L’Unità a causa de un artículo escrito por la periodista Angela Camuso titulado: «Blanqueo, cuatro sacerdotes investigados. Los silencios del Vaticano sobre los controles»[82].
Ettore Gotti Tedeschi está preocupado por cómo afectará a la imagen del IOR el Decreto CLIX aprobado por el cardenal Bertello, y así lo hace saber durante una tensa reunión del Consejo del Instituto, provocando un serio rechazo por parte del vicepresidente del IOR, Ronaldo Hermann Schmitz, y de Carl Anderson. Es en ese momento cuando el alemán y el estadounidense, ambos «bertonianos» declarados, comienzan a maniobrar para apartar a Gotti Tedeschi. Por el momento, el cese del «banquero de Dios» no está previsto en la mente del secretario de Estado Bertone, menos aún cuando la Santa Sede está a punto de recibir una nueva visita de los inspectores del MONEYVAL. La inspección se lleva a cabo entre el miércoles 14 y el viernes 16 de marzo de 2012. Al día siguiente, un comunicado emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede explica lo siguiente:
Las reuniones […] han permitido continuar la recogida de información sobre los pasos dados en el proceso de adecuación a los estándares internacionales en materia de prevención y lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, como la adopción del Decreto CLIX del 25 de enero de 2012 […] así como la ratificación y adhesión a algunas relevantes convenciones internacionales. […] Esta fase conducirá a la redacción de un informe que, como ya ha sido previsto, será examinado por la Asamblea Plenaria de Moneyval el próximo mes de julio[83].
Lo que se ha omitido en el comunicado redactado por el padre Federico Lombardi es que los inspectores del MONEYVAL no quedaron muy satisfechos con las medidas adoptadas tras la implantación del Decreto CLIX y de cómo dichas medidas afectarían en el futuro a la implementación de normas destinadas a convertir el IOR en un banco que pudiera figurar en la «lista blanca» del Consejo de Europa.
El 3 de abril, Gotti Tedeschi vuelve a enviar un nuevo mensaje desde las páginas de L’Osservatore Romano a través de un artículo titulado «Estrategia de la solidaridad». El aún presidente del IOR comienza el texto hablando del despido de un alto ejecutivo de un banco de inversiones estadounidense, «que durante varios años ha trabajado en puestos de responsabilidad en un banco de inversión símbolo del poder financiero americano, ha acusado explícitamente al banco de “degeneración moral” en sus valores profesionales y en las opciones operativas consiguientes». Ettore Gotti Tedeschi continúa con su alegato, dirigido supuestamente a sus compañeros en el Consejo del IOR:
Dejando a un lado las legítimas dudas sobre los motivos propagandísticos de esa decisión, se puede tratar de explicar qué es lo que ha desvirtuado el oficio de banquero, provocando y alimentando la «degeneración moral» cuyos efectos indica sustancialmente el manager dimisionario en búsqueda exasperada de resultados a breve plazo, prescindiendo del modo como esos mismos resultados se realizan. Pero ¿qué se ha desvirtuado?
Tras un breve análisis sobre el consumo desmedido y la falta de ética, Gotti Tedeschi termina el artículo con una frase que bien podría aplicarse a varios de los miembros del Consejo de Supervisión de la entidad: «Personas escasamente formadas, con objetivos equivocados, en un contexto operativo frágil, solo pueden crear desequilibrios»[84].
Veintiún días después del artículo, tal vez como forma de devolver el golpe, la Pontifica Comisión para el Estado Vaticano confirma la modificación de la Ley CXXVII, realizada en enero por el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, mediante el Decreto CLXVI. Ettore Gotti Tedeschi sabe que tiene los días contados al frente del IOR.
A finales del mes de mayo, el secretario de Estado Tarcisio Bertone recibe dos cartas casi de forma simultánea de Carl Anderson y de Ronaldo Hermann Schmitz. Los dos consejeros del IOR piden el cese de Gotti Tedeschi. En su misiva, Anderson explica los motivos de su no apoyo al aún presidente del Banco Vaticano:
Aunque yo haya iniciado mi trabajo como miembro del Consejo recientemente, tengo conocimiento de la importancia del IOR para las finalidades de la Iglesia Universal. Como nuevo miembro del Consejo espero aportar una nueva perspectiva, de alguien que viene informado por el ambiente de negocios de Estados Unidos. Como presidente y jefe ejecutivo de los Caballeros de Colón, que es la mas grande empresa católica de seguros y sirve para recaudar fondos y dar frente a necesidades caritativas en todo el mundo, sé muy bien la importancia del IOR como instrumento de la Voluntad del Santo Padre. También, por supuesto, he trabajado en estrecha colaboración, cuando se me ha solicitado, con el secretario de Estado para ayudar en la realización de buenas obras tan importantes a las finalidades de la Iglesia y a su reputación.
Por eso, he leído los rumores que en estos últimos meses giran alrededor del Instituto con trepidación y ansiedad, y de manera particular, el cierre de la relación bancaria correspondiente a J. P. Morgan. Estos rumores inducen a reflexionar al mundo financiero, y el creciente escepticismo sobre el IOR no ayuda, sino que deja en mal lugar el trabajo del Santo Padre. […]
Carta contra Gotti Tedeschi de Carl Anderson, miembro del Consejo del IOR, al cardenal Bertone, alegando que no quiere seguir con Gotti Tedeschi al frente.
Ahora voy a tratar el asunto de esta carta mía. Tras haber reflexionado y rezado mucho, he llegado a la conclusión de que el señor Gotti Tedeschi no es capaz de guiar el Instituto que se encuentra en un periodo tan problemático. Como ya he comentado con mis compañeros del Consejo, Gotti Tedeschi no ha proporcionado una defensa fuerte del Instituto, y solo ya por eso el Instituto ha sido afectado.
Desde mi perspectiva como miembro del Consejo, Gotti Tedeschi no ha proporcionado ni dirección, ni un plan, a pesar de la situación actual, y, sobre todo, sus comunicaciones ocasionales conmigo me parecieron centradas a maniobras de política interior y al descrédito de los demás más que a la vida del Instituto. Además se ha juntado a esta desafortunada retórica un creciente comportamiento incierto caracterizado por la falta de informaciones completas al Consejo, y no participación o abandono de las reuniones del Consejo.
No tengo ninguna confianza en Gotti Tedeschi, y con gran reluctancia informo a Su Eminencia que sería para mí un sacrificio muy grande seguir trabajando en este Consejo con Gotti Tedeschi.
Aunque quiera dejar mi personal malestar a un lado, mi visión como profesional y mi visión como miembro del Consejo, afirmo que dejar a Gotti Tedeschi en la presidencia significaría dañar activamente al Instituto y perjudicar sus finalidades.
Por eso imploro a Su Eminencia que siga mi guía en esta situación y termine, sin ulteriores retrasos, la relación entre Gotti Tedeschi y el IOR. […]
La segunda carta, también dirigida al cardenal Bertone, está vez escrita por el vicepresidente del IOR, Ronaldo Hermann Schmitz, llega a la Santa Sede el martes 22 de mayo.
Soy miembro del Consejo de Supervisión del IOR desde el año 2006. En estos seis años de trabajo he visto maravillosos progresos en las obras del Instituto y he apoyado el trabajo del director general. Quiero seguir siendo miembro del Consejo en el próximo futuro.
De todas formas, como le dije en mis cartas anteriores, yo creo que ahora el Instituto se está enfrentando a una situación muy peligrosa y extremadamente frágil. Antes le dije mis consideraciones cándidamente, pero ahora creo que la situación ha empeorado hasta el punto de un inminente peligro. […]
Es en situaciones tan peligrosas como esta cuando una institución financiera debería contar con un liderazgo firme y fiable. Según mi opinión, el presidente Gotti Tedeschi no tiene las cualidades necesarias para guiar el Instituto. Además, él mismo ha empeorado la situación por su inactividad, su falta de lealtad al personal y de transparencia con el Consejo. En el mismo momento en el que se espera que un jefe dé un paso adelante y se entregue, el señor Gotti Tedeschi ha evitado o abandonado las reuniones de su Consejo, simplemente para no enfrentarse a problemas que necesitan ser solucionados.
Carta contra Gotti Tedeschi del doctor Ronaldo Hermann Schmitz al cardenal Bertone. 22 de mayo de 2012.
Como Usted sabe, en la próxima reunión del 24 de mayo es mi intención presentar una moción de «no-confianza» contra el presidente Gotti Tedeschi. Esta moción proporcionará a la mayoría de los miembros del Consejo la posibilidad concreta de juzgar si Gotti Tedeschi debe abandonar su cargo de presidente y de miembro del Consejo del IOR.
Estoy convencido que Vuestra Eminencia despedirá inmediatamente a Gotti Tedeschi. No quiero seguir siendo miembro de un Consejo donde también esté sentado Gotti Tedeschi. Si el cargo del presidente no termina tras el voto de «no-confianza», yo mismo dimitiré de mi cargo a más tardar a finales de mayo 2012. […]
Se piensa que el propio cardenal Bertone consiguió hablar con Anderson y Hermann Schmitz el miércoles 23 de mayo y que les dio «luz verde» para presentar la moción de «no confianza» contra Gotti Tedeschi. El poderoso secretario de Estado prefería que la presión sobre el presidente del IOR llegase desde el interior del propio Consejo y no desde la Secretaría de Estado. De ese modo, la dimisión o cese del presidente del Banco Vaticano será más fácil de explicar a la prensa. Efectivamente, el día siguiente jueves 24 de mayo de 2012, el Consejo de Supervisión del IOR informa a Ettore Gotti Tedeschi, en un memorando de dos páginas, que ha sido aprobada la moción de «no confianza» contra él. La decisión se apoya en estos nueve puntos:
Ettore Gotti Tedeschi, tras leer el contenido del memorando, afirmó: «Me debato entre el ansia de contar la verdad y no querer turbar al Santo Padre con tales explicaciones». Dos días después, el diario Corriere della Sera publicaba íntegramente el documento del Consejo Supervisor del IOR, dejando a Gotti Tedeschi en una posición aún más incómoda. Alguien de la Secretaría de Estado ha filtrado convenientemente el documento. En el mismo artículo que acompaña a esta información, el vaticanista Andrea Tornielli afirma que la expulsión de Gotti Tedeschi se debía a dos causas concretas: ciertos cambios en la ley de transparencia, y la historia del hospital milanés San Raffaele, que le enfrentó directamente con el cardenal Tarcisio Bertone.
Carta del Consejo del IOR a Ettore Gotti Tedeschi informándole de la moción de «no confianza» aprobada contra él. 24 de mayo de 2012.