El miércoles 19 de octubre de 2011, el inspector general de la Gendarmería vaticana envió una nota a monseñor Georg Gänswein en la que pedía audiencias para seis personas: un miembro de la curia, un miembro de los Carabinieri y cuatro representantes de diferentes firmas automovilísticas.
El primero, el prefecto Salvatore Festa, es el encargado, como enlace, de coordinar las acciones entre la Policía italiana destacada en el Vaticano y las autoridades de la Santa Sede. Festa debía hablar con el secretario Gänswein sobre la forma en que se debía escoltar al papa Benedicto XVI en el interior de los muros vaticanos cuando este se encontraba en eventos públicos, sobre todo tras el incidente ocurrido en enero de 2010, cuando la joven suiza Susana Maiolo se abalanzó sobre el Sumo Pontífice. Salvatore Festa indicó lo siguiente en una entrevista concedida a L’Osservatore Romano:
Informe del presidente del IOR, Ettore Gotti Tedeschi, al cardenal Bertone sobre la intención de la Comunidad Europea de ir contra la exención del IBI sobre los bienes inmuebles de la Iglesia. 30 de septiembre de 2011.
Lo primero que enseñamos a nuestros hombres tiene que ver con la forma en que se garantiza la seguridad del papa sin impedir que cumpla su misión entre la gente. No se puede impedir al Pontífice acercarse a las barandillas para saludar o bendecir a quien lo busca, a quien lo llama. Por este motivo, los agentes del cerco estrecho en torno a él tienen competencias particulares, adquiridas gracias a una formación específica[111].
El segundo de la lista es el general de los Carabinieri Corrado Borruso, quien tan solo desea presentar sus respetos al secretario papal. Los cuatro restantes son representantes de casas automovilísticas que desean hablar con monseñor Gänswein por diferentes motivos, desde donaciones de vehículos hasta mejoras en el «papamóvil».
Me permito molestarle para pedirle que evalúe la posibilidad de que las personalidades detalladas a continuación, que en los últimos tiempos se han dirigido a mí, sean recibidas por Vuestra Señoría Ilustrísima y Reverendísima, según las modalidades y tiempos que considerara más adecuadas, para hablar de los asuntos que voy a detallar a continuación:
Prefecto Salvatore Festa: pide audiencia por asuntos de carácter personal y por nuevos cargos vinculados a su oficina.
General Corrado Borruso: exvicecomandante del Arma de Carabinieri y actualmente consejero del Tribunal de Cuentas. Pide audiencia para darle las gracias al término de su servicio como Oficial Superior del Arma de Carabinieri.
Casa automovilística Renault: pide audiencia, posiblemente el día 7 u 8 del próximo noviembre, para definir ciertos aspectos vinculados a la donación al Santo Padre de un vehículo eléctrico, dotado de avanzados sistemas tecnológicos, para utilizarse en la residencia de verano de Castel Gandolfo.
Dr. Andreas Kleinkauf y Dr. Rubenbauer - Casa automovilística Mercedes: piden audiencia, posiblemente en los días entre el 24 y el 26 del próximo octubre, para definir unos aspectos relativos a las mejorías técnicas que hacer en el «papamóvil». Este encuentro tiene carácter de urgencia.
Dr. Giuseppe Tartaglione - Casa automovilística Volkswagen: pide audiencia para definir unos aspectos vinculados a la donación al Santo Padre de un nuevo coche PHAETON, fabricado según las necesidades del Santo Padre.
De mi parte le comunico que el día 24 de octubre, supuestamente hasta las 17:00 horas, estaré en Perugia para el sucesivo encuentro con el Santo Padre.
Desde el 29 de octubre hasta el 3 de noviembre, estaré en Hanoi (Vietnam) para la Asamblea General anual de la Interpol.
Domenico Gianni, jefe de la Gendarmería vaticana, pide audiencia al secretario del papa, monseñor Georg Gänswein, para una serie de personalidades y asuntos de los que debe informarle. 19 de octubre de 2011.
Al final del documento, el inspector general Domenico Giani informa a Gänswein de que asistirá como representante de la Policía vaticana a la 80.ª Asamblea General de la Interpol, que se celebraría en la capital vietnamita doce días después. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad vaticanas forman parte de la Interpol desde el 7 de octubre de 2008.