ISABEL. —(Recoge del suelo las monedas, corre a mirar al extremo de la escena por donde salió Caperucita, vuelve y dice:) ¡Pobre tía! Pobre Caperucita… ¿Ve? Eso le pasa por caprichosa y desobediente, y a su mamá por ser un poco orgullosa. ¡Caperucita, Caperucita! (Gritando. Luego, apoyada en un árbol, recita lentamente:).
—Caperucita, la más pequeña
de mis amigas ¿en dónde está?
—Al viejo monte se fue por leña
por leña seca para almorzar.
—Caperucita, di ¿no ha venido?
¿Cómo tan tarde no regresó?
—Al monte todos tras ella han ido,
pero ninguno se la encontró.
—¿Qué es lo que ocurre? ¿Qué es lo que pasa?
¿Por qué se salen todos de casa?
—¿Por qué esos llantos? ¿Por qué esos gritos?
¿Caperucita no regresó?
—Sólo trajeron sus zapatitos…
Dicen que un lobo se la comió…
(Villaespesa).