Escena V

(Hernán, el Lobo, Barbarroja, Pedrisco).

BARBARROJA. —Un chiquillo estaba aquí y nos ha visto y ha huido…

LOBO. —Pedrisco, corre tras él, y traénoslo. Allá va. (Sale Pedrisco).

BARBARROJA. —Capitán, muchas veces os he dicho que vuestra falta de cautela nos hundiría a todos…

LOBO. —Y yo te he dicho que me ahorres tus advertencias… Espántome de la paciencia que hasta hoy… (Se sienta en un tronco caído).

BARBARROJA. —Capitán, la gente del Barón, poca pero bien armada, nos acecha encarnizadamente y los aldeanos de estos lugares están exacerbados… Vuestro antiguo valor hace un tiempo se ha transformado en temeridad…

LOBO. —… ¡Fuego de Dios! ¡Y tú, ¿qué entiendes de valor?!

BARBARROJA. —Es inútil. Vuestra cólera no me asusta. Si entiendo o no de valor la banda lo sabe, que me ha hecho segundo vuestro y vos lo sabéis… Y si por ventura no lo sabéis y queréis saberlo…

LOBO. —(Con calma tremenda). Muy bien. Vamos, teniente mío… Decías… Acaba. Decías que si quiero saberlo…

BARBARROJA. —Decía que yo no estoy dispuesto a…

LOBO. —Acaba, mi amigo.

BARBARROJA. —(Tartamudeando). …Que yo… estoy… dispuesto a…

LOBO. —¡Acaba, ira de Dios! (Levantándose imponente sin tocar un arma. Barbarroja retrocede espantado echando mano a las suyas. Expectación. A sus espaldas aparece Caperucita llorando).