Notas de la Primera Parte

[1] Bien sé que para un deleuziano no existe economía «material» que no sea, de parte a parte, libidinal: y que no existe economía libidinal que no sea, de parte a parte, material. Pero cuando hablo de «materialidad» apunto a algo completamente ajeno al pobre argumento marxiano: apunto a una posición que sería preciso construir y problematizar mucho más a fondo, entre el Deseo y el Sufrimiento <<

[2] Volveré a referirme a menudo a esta noción de «naturalismo». Se trata de la tesis según la cual, bajo el espesor de la Historia, del aluvión de la Institución o del «artificio» de la Ley, subsistiría, viva y originaria, una especie de naturaleza sana. «Bajo el adoquín, la playa…». <<

[3] Etienne de la Boëtie, Traité de la servitude volontaire (Tratado de la servidumbre voluntaria), Payot, 1976. Presentado por Miguel Albensour y Marcel Gauchet. <<

[4] No puedo hacer cosa mejor sobre este punto que remitir al excelente libro de Guy Lardreau, Le Singe d’Or (El mono de oro, Mercure de France, 1973), del que sobra decir que me enseñó a leer a Rousseau. Y uno de cuyos méritos menores reside en el hecho de haber descalificado cierto número de lecturas, entre ellas la de Derrida, por ejemplo (La Grammatologie —La Gramatología—, Editions de Minuit). <<