CONCLUSIÓN
Mi zoológico de Jersey está abierto al público desde hace casi un año. Probablemente somos el zoológico más nuevo de Europa y me gusta pensar que uno de los más atractivos. Somos pequeños, claro (de momento sólo tenemos unos seiscientos cincuenta mamíferos, aves y reptiles), pero seguiremos aumentando. Ahora ya disponemos de una serie de animales que no posee ningún otro zoo y esperamos, cuando los fondos nos lo permitan, concentrarnos en aquellas especies que están amenazadas de extinción.
Muchos de los animales exhibidos fueron capturados por mí. Como ya he dicho, ésta es la mejor parte de poseer el propio zoológico; uno puede traer consigo a los animales, seguir de cerca sus progresos, observar cómo crían y visitarlos a cualquier hora del día o de la noche. Es el placer egoísta del dueño de un zoo. Pero también tengo la esperanza de contribuir modestamente a incrementar el interés general por la vida animal y su conservación. Si lo consigo, consideraré que he logrado algo importante. Y si más adelante puedo ayudar, aunque sea un poco, a impedir la extinción de un animal, estaré más que satisfecho.