Notas

[1] La bibliografía sobre la revolución rusa es muy extensa. De entre las obras generales, las dos más notables son, a nuestro juicio, O. Figes, La revolución rusa (1891-1924), Barcelona, 2000 (traducción de César Vidal) y R. Pipes, The Russian Revolution, Nueva York, 1990. Dos enfoques más breves pueden hallarse en C. Vidal, La ocasión perdida, Barcelona, 1997 y R. Pipes, The «Whys» of the Russian Revolution, Nueva York, 1995. De especial interés resulta también V. N. Broukin, Behind the Front lines of the Civil War, Princeton, 1994. <<

[2] Documents of the PG, III, p. 1452 y ss. <<

[3] Hay varias ediciones españolas de esta obra esencial del leninismo. La oficial, sin embargo, era la realizada por la Editorial Progreso que aparece incluida, por ejemplo, en Lenin, Obras escogidas, Moscú, varias ediciones. <<

[4] Documents of the PG, p. 1670 y ss. <<

[5] Relatos directos sobre el golpe bolchevique de octubre de 1917, véase: Kérensky, Memorias, Barcelona, 1967, p. 451 y ss.; L. Trotsky, Mi vida, Bogotá, 1979, p. 241 y ss.; Ídem, Historia de la revolución rusa, París, 1972, vol. 3, p. 187 y ss. <<

[6] En Petrogrado, por ejemplo, los eseristas los superaron en estas mismas elecciones pero, a su vez, los bolcheviques obtuvieron más votos que los cadetes y los mencheviques. <<

[7] S. Oldenbourg (de), Le Coup d’Etat Bolchévique, París, 1929, p. 70. <<

[8] Un testimonio muy interesante sobre la confianza del gobierno en S. P. Melgunov, Kak Bolsheviki Zajavatili Vlast, París, 1953, p. 48 y ss. <<

[9] L. Trotsky, Uroki Oktyabrya, p. 43. <<

[10] En realidad, Kérensky había marchado al frente en un automóvil americano prestado para intentar reunir algunas tropas leales con las que detener el golpe. Sin embargo, el hábil engaño de los bolcheviques había dado unos resultados que excluyeron de raíz las posibilidades de éxito. <<

[11] Reproducido en C. Vidal, La ocasión perdida, Barcelona, 1997, p. 211 y ss. <<

[12] Reproducido en Ídem, Íbidem, p. 213 y ss. <<

[13] Sobre la Asamblea Constituyente, véase: M. Vishniak, Vserossiskoye Uchreditelnoye Sobraniye, París, 1932. <<

[14] Lenin, Sochinenia, Moscú, varias ediciones, t. 30, pp. 230-251. <<

[15] Entre ellos se encontraban Nikolai Avxentiev, presidente del soviet panruso de diputados de los campesinos, Andrei Argunov, Alexandr Gukovsky o Pitirim Sorokin. No resulta extraño que a la vista de aquellos acontecimientos un número nada despreciable de dirigentes socialistas optara por ocultarse para evitar la detención. <<

[16] Reproducido en C. Vidal, La ocasión perdida, Barcelona, 1997, p. 216 y ss. Un estudio sobre este texto en C. Vidal, Los textos que cambiaron la Historia, Barcelona, 1998, p. 397 y ss. <<

[17] D. Shub, Lenin, Madrid, 1977, p. 436. <<

[18] Sobre este episodio, véase: J. Degras, Soviet Documents on Foreign Policy, 1917-1941, 3 vols, Nueva York, 1951-1953; L. Fischer, The Soviets in World Affairs, 1917-1929, Princeton, 1951; G. F. Kennan, Soviet Foreign Policy, 1917-1941, Princeton, 1960; L. Trotsky, Mi vida, p. 279 y ss. <<

[19] J. S. Curtiss, The Russian Revolutions of 1917, Malabar, 1982, p. 101. <<

[20] La literatura sobre el terror bolchevique es muy extensa. Puede consultarse: J. Baynac, El terror bajo Lenin, Barcelona, 1978; B. Levytsky, The Uses of Terror. The Soviet Secret Police, 1917-1920, Nueva York, 1972; L. Shapiro, The Origins of the Communist Autocracy, Cambridge, Mass, 1955; A. Soljenitsyn, Archipiélago Gulag, Barcelona, 1975. <<

[21] Sobre la Cheka véase: G. Leggett, The Cheka. Lenin’s Political Police, Oxford, 1981; y J. J. Dziak, Chekisty, Lexington, 1988. <<

[22] Adoratsky, Vospominaya o Lenine, Moscú, 1939, p. 66 y ss. <<

[23] L. Trotsky, Terrorismo y comunismo, Madrid, 1977. <<

[24] Trotsky, Lenin, p. 101 y ss. <<

[25] La cursiva es del autor. <<

[26] Zubov, Dzerzhinsky, Moscú, 1933, p. 9 y ss. y p. 49 y ss. <<

[27] A. Z. Okorokov, Oktiabr’ i kraj russkoi burzhuazhnoi pressy («Octubre y el fracaso de la prensa burguesa rusa»), Moscú, 1971; V. N. Brovkin, The Mensheviks after October, Londres, Cornell University Press, 1987. <<

[28] G. A. Bielov, Iz istorii Vsierossiiskoi Chrezvyachainoi Komjsii, 19171921, Moscú, 1958, p. 67. <<

[29] G. Leggett, ob. cit., Oxford, 1981, p. 7. <<

[30] Lenin i VchK: Sbornik dokumentov («Lenin y la Checa: recopilación de documentos»). Moscú, 1975, pp. 36-37; texto completo, GARF, Archivos estatales de la federación rusa 130/2/134/ 26-27. <<

[31] V. I. Lenin, Polnoe sobranie sochinenii, Moscú, 1958-1966, vol. XXXV,

p. 311. <<

[32] Estos expedientes pueden consultarse en el GARF («Archivos Estatales de la Federación Rusa»), fondos denominados «Archivos de Praga», legajos 1 a 195. Para la época en cuestión, legajos 8, 2 y 27. <<

[33] P. G. Sofinov, Ocherki Istorii vserossiskoi chezvychainoi komissii («Historia de la Comisión panrusa extraordinaria»), Moscú, 1960, pp. 43-44; G. Leggett, ob. cit., p. 35 <<

[34] V. Brovkin, ob. cit., pp. 220-225. <<

[35] La primera condena a muerte legal, pronunciada por un tribunal revolucionario, tuvo lugar el 21 de junio de 1918: el almirante Chastny fue el primer «contrarrevolucionario» fusilado «legalmente». Con todo, la Checa no se sometería a ningún tipo de control a la hora de exterminar a los que consideraba adversarios. <<

[36] GARF («Archivos Estatales de la Federación rusa»), 130/2/98a/26-32. <<

[37] V. I. Lenin, Polnoie sobranie sochinenii («Obras completas»), vol. L, p. 142. <<

[38] CRCEDHC, 76/3/22. <<

[39] V. I. Lenin, Polnoie sobranie sochinenii («Obras completas»), vol. L, p. 143. <<

[40] CRCEDHC, 76/3/22/3. <<

[41] R. Abramovich, The Soviet Revolution, 1917-1939, Londres, 1962, p. 312. <<

[42] Severnaya Kommuna, n.° 109, 19 de septiembre de 1918, p. 2, citado en G. Leggett, ob. cit., p. 114. <<

[43] M. I. Latsis, Dva goda borby na vnutrennom froptie, Moscú, 1920, p. 25. <<

[44] Vlast’Sovetov («El poder de los soviets»), 1992, n.os 1-2, p. 41; L. D. Gerson, The Secret Police in Lenin’s Russia, Filadelfia, 1976, p. 149 y ss.; G. Leggett, ob. cit., p. 178; GARF, 393/89/18; 393/89/296. <<

[45] Ver en el cuadernillo de fotos la reproducción de esa parte del manual de la Checa. <<

[46] Acerca de la guerra civil rusa, véase: D. Footman, Civil War in Russia, Nueva York, 1961; R. Luckett, The White Generals, Nueva York, 1987; W. G. Rosenberg, A. I. Denikin and the Anti-Bolshevik Movement in South Russia, Amherst, 1961; G. Stewart, The White Armies of Russia, Nueva York, 1933. <<

[47] V. Maksakov y A. Turunov, Jronika grazhdanskoi voiny v Sibiri, 1917-1918, Moscú, 1926, p. 52 y ss. <<

[48] A. M. Spirin, Klassy i partii v grazhdanskii voine v Rossii, Moscú, 1968, p. 420 y ss. <<

[49] Al respecto, remitimos a nuestro análisis previo en C. Vidal; La ocasión perdida, Barcelona, 1997, p. 150 y ss. <<

[50] El estudio esencial sobre este tema es el de A. G. Kavtaradze, Voennye spetsialisty na sluzhbe Respubliki Sovietov, 1917-1920 g, Moscú, 1988. <<

[51] Ídem, p. 210. <<

[52] Reproducido en C. Vidal, La ocasión perdida, Barcelona, 1997, p. 225. <<

[53] ARR, 18, 1926, pp. 270-1. <<

[54] Iu. I. Korablev, Revvoensoviet Respubliki, Moscú, 1991, p. 48 y ss. <<

[55] Este tipo de actuaciones no tuvo paralelo en los ejércitos blancos. De hecho, los desertores del Ejército Rojo se sorprendían de la escasa disciplina que existía en éstos. E. Mawdsley, The Russian Civil War, Boston, 1987, p. 181. <<

[56] G. Krivosheev (ed.), Grif sekretnosti sniat, Moscú, 1993, p. 54. <<

[57] En 127 000 los ha calculado B.Ts. Urlanis, Voina i narodonaselenie Evropy, Moscú, 1960, p. 185 y ss. <<

[58] Iu. A. Poliakov, Sovietskaya strana posle okonchaniia grazhdanskoi voiny, Moscú, 1986, p. 113. <<

[59] Es la dada por Orlando Figes en Past and Present, n.° 129, noviembre de 1990, p. 172. <<

[60] Poliakov, ob. cit., p. 119. <<

[61] Sobre el tema de gaseamiento de civiles, véase: C. Vidal, Nuevos enigmas históricos al descubierto, Barcelona, 2003. <<

[62] En un sentido similar, con profusión de datos sociales y económicos, véase: David R. Ringrose, España 1700-1900: el mito del fracaso, Madrid, 1996. También de interés sobre aspectos especialmente económicos es la obra de José Luis García Delgado, La modernización económica en la España de Alfonso XIII, Madrid, 2002. <<

[63] Véase M. García Venero, Historia del nacionalismo catalán, Madrid, 1944; J. Pabón, Cambó, Barcelona, 1969; J. B. Cullá i Clara, El catalanisme d’Esquerra, Barcelona, 1977. <<

[64] Sobre el PNV, véase: J. A. Aguirre, Entre la libertad y la revolución, 1930-1935, Bilbao, 1935; F. García de Cortázar y J. M. Azcona, El nacionalismo vasco, Madrid, 1991; J. C. Larronde, El nacionalismo vasco, San Sebastián, 1977; J. Corcuera Atienza, Orígenes, ideología y organización del nacionalismo vasco, Madrid, 1979; M. Elizondo, Sabino Arana, padre de las nacionalidades, Bilbao, 1981. <<

[65] Sobre los republicanos, véase: O. Ruiz Manjón, El partido republicano radical, 1908-1936, Madrid, 1976; A. Lerroux, La pequeña historia, Buenos Aires, 1945. <<

[66] Sobre el anarquismo, véase: M. Tuñón de Lara, El movimiento obrero en la historia de España, Madrid, 1972; A. Balcells, Trabajo industrial y organización obrera en la Cataluña contemporánea, 1900-1936, Barcelona, 1974; J. Maurice, L’anarchisme espagnol, París, 1973; A. Rosado, Tierra y libertad, Barcelona, 1979. <<

[67] Sobre el socialismo, véase: C. Vidal y A. Padilla, Pablo Iglesias, Barcelona, 2003; F. Largo Caballero, Mis recuerdos, México, 1954; I. Prieto, De mi vida, México, 1968. <<

[68] Al respecto, puede verse: C. Vidal y A. Padilla, Pablo Iglesias, Barcelona, 2003 y M. T. Martínez de Sas, El socialismo y la España oficial, Oviedo, 1975, p. 47 y ss. <<

[69] Diario de Sesiones de las Cortes, 21 de diciembre de 1910. <<

[70] C. Seco Serrano, «España en la Edad Contemporánea» en J. R. Salis, Historia del Mundo Contemporáneo, Madrid, 1966, p. 526. <<

[71] Sobre la Segunda República, véase: J. Arrarás, Historia de la II República española, Madrid, 1963-68; M. Azaña, Memorias políticas y de guerra, Barcelona, 1978; A. Balcells, Crisis económica y agitación social en Cataluña, 1930-1936, Barcelona, 1971; J. Bécarud, La II República española, Madrid, 1967; G. Brenan, El laberinto español, Esplugues, 1984; J. M. Gil-Robles, No fue posible la paz, Barcelona, 1968; G. Jackson, The Spanish Republic and the Civil War, Princeton, 1965; P. Preston, La destrucción de la democracia en España, Madrid, 1979; M. Tuñón de Lara, La II República, Madrid, 1976. <<

[72] N. Alcalá Zamora, Los defectos de la Constitución de 1931, p. 14. <<

[73] Ibídem, p. 46. <<

[74] Ibídem, p. 50. <<

[75] Al respecto, véase: C. Vidal, Durruti. La furia libertaria, Madrid, 1996, p. 131 y ss. <<

[76] Según el anarquista Ángel Pestaña, Leviatán, Madrid, 1934, n.° 1, p. 62, de abril de 1931 a junio de 1932 la CNT expidió 1 200 000 carnets de los que, como mínimo, un millón era nuevos afiliados. <<

[77] Así quedaría establecido en el curso de un proceso con jurado y acabaría teniendo consecuencias que examinaremos más adelante. Vid: p. 97 y ss. <<

[78] Se ha discutido repetidamente la dirección en que se decantó el voto femenino. Ciertamente, no puede negarse que, en buena medida, se dirigió hacia las derechas impulsado por la influencia clerical y el temor inspirado por ésta hacia normas como la Ley del Divorcio. Con todo, tal desplazamiento no fue uniforme. Así en Madrid (con más del 52 por ciento de mujeres en el censo electoral) se produjo un triunfo socialista. Más significativo resulta el hecho de que el derecho de sufragio concedido a las mujeres viniera impulsado desde el partido radical —que pertenecía al centro derecha— ya que el PSOE y los republicanos de izquierdas temían que las mujeres, influidas por el clero, votaran a favor de las derechas. <<

[79] Esto se tradujo en 204 escaños para las derechas, 168 para el centro (incluida la Lliga) y 94 para la izquierda (61 socialistas). <<

[80] En paralelo, los anarquistas continuaban su búsqueda de la revolución. En diciembre de 1933, volvieron a provocar una insurrección armada en la que murieron once guardias civiles, tres guardias de seguridad y setenta y cinco paisanos llegando los heridos a casi doscientos. Al respecto, véase C. Vidal, Durruti…, p. 157 y ss. <<

[81] El Socialista, 3 de enero de 1934. <<

[82] El Socialista, 29 de julio de 1934. <<

[83] Renovación, 25 de agosto de 1934. <<

[84] Texto íntegro reproducido en E. Aguado Sánchez, La revolución de octubre de 1934, Madrid, 1972, p. 485 y ss. <<

[85] El décimo fue san Manuel Barbal Cosán (hermano Hilario Jaime), salesiano martirizado en Tarragona en 1937. <<

[86] Reproducido íntegramente en E Aguado Sánchez, ob. cit., p. 500. <<

[87] Salvador de Madariaga, España, Buenos Aires, 1964, p. 416. <<

[88] Citado por J. Pabón, Cambó, Barcelona, 1952, vol. II-b, p. 449. <<

[89] Así lo indicaba Claridad, el 2 de noviembre de 1935. <<

[90] Lo que no implica que no tuviera una posición clara en medio de la radicalización de la vida política. Así, en mayo de 1935, en una reunión de la plana mayor de Falange celebrada en el parador de Gredos, José Antonio afirmó claramente que su deber era «ir, por consiguiente, y con todas sus consecuencias, a la guerra civil». Véase, al respecto, C. Vidal, José Antonio, Madrid, en prensa. <<

[91] El relato es del mismo Gil-Robles en No fue posible la paz, Barcelona, 1968, pp. 364-367. <<

[92] ABC, enero de 1936. <<

[93] El Liberal de Bilbao, 20 de enero de 1936. <<

[94] El Liberal de Bilbao, 21 de enero de 1936, p. 21. <<

[95] El Liberal de Bilbao, 11 de febrero de 1936. <<

[96] Reproducido en Communist International, 13, n.° 6, junio de 1936, p. 406. <<

[97] En Cataluña adquirió la forma de Front d’Esquerres e incluyó a la Esquerra, Acció Republicana Catalana, P. N. Republica Catalá, Unió Socialista de Catalunya y las organizaciones de la Alianza Obrera. <<

[98] En él se incluía la amnistía de los presos politicos y la aplicación de la legislación republicana suspendida por los gobiernos de centro derecha (reforma agraria, estatutos de autonomía, etc.). <<

[99] Hemos seguido para estas cifras el estudio de R. Salas Larrazabal, Los datos exactos de la guerra civil, Madrid, 1980, p. 42 y ss., que corrige muy acertadamente los errores deslizados en la obra de J. Tusell, Las elecciones del Frente Popular, Madrid, 1971. <<

[100] Journal de Geneve, 17 de enero de 1937. <<

[101] En ella estaban presentes, entre otros, Franco, Saliquet, Mola, Varela, Villegas y Rodriguez del Barrio. <<

[102] Minuta 23.III.1936, FO 371-20561 W2015 y 371-20520 W2387. <<

[103] Chilton a Eden, 24 y 25-11I-1936, FO 371-20520 W2868, W2678. <<

[104] Citada en J. Edwards, The British Government and the Spanish Civil War, Londres, 1979, p. 5. <<

[105] Chilton a Eden, 2-V-1936, FO 371-20521 W3947. <<

[106] Informe recibido el 12 de junio, FO 425-413 W5256. <<

[107] FO 371-20522 W5693. Los textos en cursiva son subrayados en el original. <<

[108] News Chronicle de 9 de julio de 1936; The Times, 14 de julio de 1936 y The Morning Post de 13 de julio de 1936. <<

[109] D. Abad de Santillán, De Alfonso XIII a Franco, Buenos Aires, 1974, p. 361. <<

[110] M. Tagüeña, Testimonio de dos guerras, México, 1974, p. 104 <<

[111] P. Mateo Merino, ob. cit., p. 16 <<

[112] HC, v. 4, t. 17, p. 428. <<

[113] M. Tagüeña, ob. cit., p. <<

[114] Milicia popular, Diario del 5.° Regimiento de Milicias Populares, año I, n.° 4, 30 de julio de 1936. <<

[115] En este mismo sentido pero considerándolo como cifra mínima, véase R. Casas de la Vega, El Terror. Madrid 1936, Madrid, 1994, p. 69 y ss. <<

[116] La relación comprende un hermano de la congregación de San Vicente de Paúl, asesinado en Hortaleza; tres religiosos redentoristas del convento de San Miguel de Madrid, asesinados en la Casa de Campo; un hermano marista fusilado en la misma zona de Madrid; un carmelita descalzo; dos dominicos; un sacerdote agustino muerto junto a su domicilio en la calle de Porlier y cuatro escolapios, uno del colegio Calasancio y otro del colegio de San Fernando. <<

[117] Ver relación completa en Apéndice I. <<

[118] Están documentados entre otros los casos de Fernando García Bastarrica, Miguel Blanco Rodríguez, Teresa Pérez Villaverde o Jesús Pedrero García Noblejas que moriría poco después en la cárcel Modelo de Madrid a consecuencia de las torturas sufridas en la checa. Véase CG, p. 66 y ss. <<

[119] CG, p. 67. <<

[120] CG, p. 68. <<

[121] La carrera de Muñoz Martínez en la masonería fue realmente notable. Ingresó en ella en 1924 cuando tan sólo contaba treinta y seis años de edad. Conspirador contra la monarquía y a favor de la república, el día de la proclamación de ésta fue promovido al grado 24 de la masonería. En 1933, es designado vocal del gran consejo federal simbólico y en agosto de 1935 es designado candidato a la elección de Gran Maestre nacional. No lo consiguió al quedar el cuarto pero ese mismo año se le confirió el grado 33 (AHN - CG, 1530 (1) Pieza 4 Checas Ramo 23, folios 187-190). <<

[122] Al respecto son de especial interés los testimonios de Manuel Rascón Ramírez que fue miembro de uno de los tribunales de la checa y de Julio Diamante Menéndez. Diamante era un ingeniero afiliado a Izquierda Republicana y decidió abstenerse de participar en las tareas del Comité al comprender que éste iba a entregarse sin control alguno a la práctica del asesinato político. Al terminar la guerra, fue juzgado por un consejo de guerra y, precisamente, su voluntad de salir del Comité le aseguró una sentencia relativamente leve. <<

[123] Sobre éste y otros aspectos de la actuación de la checa de Fomento, véase CG, p. 71 y ss. <<

[124] Testimonio de María de los Dolores Rizzo y Gom, CG, p. 74 y ss. <<

[125] Testimonio de Federico Arnaldo Alcover, CG, p. 75 y ss. <<

[126] El número de brigadillas no fue inferior al medio centenar, es decir, no menos de cinco por cada grupo del Frente Popular. En ese mismo sentido, véase R. Casas de la Vega, ob. cit., p. 113. <<

[127] Testimonio de Manuel Rascón Ramírez, AHN-CG - Legajo 1530 (1) Pieza 4 Ramo separado 3 Folio 91. <<

[128] Ibídem. <<

[129] Declaración de Pedro Mateos, AHN-C9-1530 (1), Ramo 3, fol. 179. <<

[130] Declaración de Cándida García Nuño, ibídem, fol. 151. <<

[131] Fol. 108. <<

[132] Fue el caso de Miguel Talavera, fusilado el día 28 de octubre de 1936. <<

[133] Véase página 61 y ss. <<

[134] Diario de sesiones de 20 de marzo de 1935. <<

[135] Documentación en AIDCIP 182-183. <<

[136] Ibídem, folio 135. <<

[137] Página 107 y ss. Reproducción fotográfica de todos los documentos en AIDCIP, frente a p. 190. <<

[138] AHN-GC-Legajo 1530 (1). Pieza 4 Checas Ramo separado 23 folios 179a190 r y v. <<

[139] El Heraldo de Madrid de 13 de agosto de 1936 publicó, por ejemplo, un reportaje pletórico de elogios a la Escuadrilla del Amanecer en el que se indicaba que hasta esa fecha había llevado a cabo cuatrocientas ochenta y seis detenciones amén de unos doscientos registros. Entre los detenidos de mayor relevancia se citaban al republicano Melquíades Alvarez, al doctor Albiñana, al capitán Valdivia que había sido director de Seguridad durante la República, al capitán Gándara y al general Araujo. Todos ellos serían asesinados posteriormente. <<

[140] CG, p. 84. <<

[141] De manera bastante significativa, los efectivos de la checa no sólo saquearon los pisos del citado edificio, uno de los cuales pertenecía al marqués de Corpa, sino también la vivienda particular de Manuel Miguel González, administrador del citado marqués, que fue saqueada. Al respecto, véase CG, p. 90 y ss. <<

[142] Entre estos colaboradores se hallaba el murciano Esteban Martínez Sánchez que llegaría a ser nombrado gobernador civil de la provincia de Granada, con sede en Baza ya que la capital de la provincia obraba en poder de los alzados desde el verano de 1936. Al respecto, véase CG, p. 89. <<

[143] Testimonio de Angeles Pereg Gómez, CG, p. 89 y ss. En el citado testimonio se indica cómo a la checa acudieron con frecuencia personajes de la talla de Carlos de Juan, subdirector de Seguridad y del anarquista Angel Pestaña, fundador del Partido Sindicalista. El 12 de octubre de 1936, ambos personajes en compañía de otros dirigentes frentepopulistas celebraron una comida en la que se utilizó la vajilla del marqués de Corpa, propietario del piso donde había asentado sus reales la checa. <<

[144] Testimonio de Carmen Rodríguez Urba, CG, p. 90. <<

[145] Declaración de Felipe Marcos García Redondo, de 2 de febrero de 1943, en CG, p. 102. <<

[146] De especial interés es el reportaje publicado por el periódico madrileño Política el 30 de septiembre de 1936 con el título «Organismos regenerados - La nueva Policía de la República» donde se realizaba un verdadero panegírico de García Atadell y sus chequistas. <<

[147] El número del semanario Crónica de 13 de septiembre de 1936 publicaba, por ejemplo, una fotografía en la que aparecían en compañía de García Atadell y algunos de sus chequistas, los diputados socialistas Almoneda, Bujeda y Alvar así como el citado ministro Anastasio de Gracia. <<

[148] A título de ejemplo no exhaustivo pueden mencionarse a José Agulló Lloret, Julián Apesteguía Urra, Carlos Bartolomé Capelo, Ricardo Beltrán Flores, Diego Benjumea Burín, Rafael Benjumea Medina, Rafael Calvo de León y Torrado, Mariano Carrascosa Jaquotot, Doroteo Céspedes Marañón, Agustín Corredor Florencio, Antonio Cumellas Alsina, Luis Chico Montes, Víctor Delgado Aranda, Miguel Fermín Imaz, Pedro Fernández Molina, Juan Galduch Guerra, Aurelio García Contento, Luis García Dopico, Francisco Gonzalo Herrera, León López de Longoria y Morán, Julio Martínez Jaime, Emilio Picón Hernández, Mariano Poyuelo Mollán, Luis Rodríguez Villar, Pedro Sáinz Marqués, Simón Serrano Benavides, Antonio Vidal Díaz, Bernardo Vidal Díaz, José Villanueva Torno y las mujeres Emiliana Castilblánquez Amores y Dolores Flores Castilblánquez. <<

[149] Así lo informaba en curiosa paradoja histórica el 26 de noviembre de 1936 el periódico Política que tanto había alabado la labor de la checa de García Atadell. <<

[150] Fueron muy numerosos y pueden citarse de manera no exhaustiva sino a mero título de ejemplo los de Adolfo Abad Zayas, Nicolás Alcalá Espinosa, Constancio Alonso Ruano, Antonio Alonso Sánchez, Felipe Arana Vivanco, Bernardo del Amo Díaz, Juan Balilo Manso, Rafael Bafflo Manso, Francisco Baró Reina, Ricardo Blanco Muguerza, Fernando Campuzano Horma, Valentín Céspedes Mac-Crohon, Edelmiro Feliú Vicent, José Vicente Gargallo Angla, Leoncio González de Gregorio, Pedro María González de Gregorio, Julio González Valerio, José Gordón Pinos, Luis Gutiérrez Cobos, Arturo Gutiérrez de Terán, Tomás Jiménez García, Genaro Juanes Abascal, Javier Leiva Olano, Eduardo López Ordás, Apolinar Marcos Clemente, Luis Moctezuma Gómez de Arteche (duque de Moctezuma), Pedro Monge Vilches, Martín Rosales González, Martín Rosales y Rodríguez de Rivera, Francisco Sendín Navarro Villoslada, Luis Tauler Esmenota, Juan Velasco Nieto, Luis Velasco Nieto, Victoriano Roger y la mujer Anselma Valdeolmillos Abril. <<

[151] Testimonio del propio Fernández Langa en CG, p. 107. <<

[152] En este capítulo nos hemos detenido únicamente en el análisis de algunas de las checas socialistas más significativas. No se trata ni con mucho de una descripción exhaustiva. Aparte de las citadas hay que señalar las siguientes checas controladas por el PSOE u organizaciones relacionadas:

  1. Alcalá, 138: Círculo Socialista del Este
  2. Agustín Durán, 22: Centro Socialista
  3. Antillón, 4: Checa del Puente de Segovia en colaboración con el PCE
  4. Amor de Dios, 1 (Palacio de Somosancho): Círculo Socialista
  5. Antonio Vicent, 57: Radio de las Juventudes Socialistas Unificadas
  6. Valencia, 5: Círculo Socialista del Sur
  7. Velázquez, 50: Círculo Socialista del Sur
  8. Caballero de Gracia, 28: Sindicatos de Tramoyistas de la UGT
  9. Cáceres, 10 y 12: Círculo Socialista y después 36.a Brigada
  10. Cadarso, 6: Centro de las Juventudes Socialistas Unificadas
  11. Caracas, 17: Sucursal de la checa socialista del Marqués del Riscal
  12. Concordia, 6: Casa del Pueblo del PSOE en el Puente de Vallecas
  13. Casa de Campo: Checa de las milicias de Mangada
  14. Carril del Conde (Hotel de D. J. Gutiérrez): Checa del PSOE en Ventas en colaboración con el PCE
  15. Plaza de las Comendadoras, 1: Radio 8 de las Juventudes Socialistas Unificadas
  16. Don Pedro, 10: Círculo Socialista Latina: Inclusa
  17. Embajadores, 116 (Cine Montecarlo): Círculo Socialista del Sur
  18. Espronceda, 32: Radio de las Juventudes Socialistas Unificadas
  19. Eugenio Salazar, 2
  20. Ezequiel Solana, 2 y 4
  21. Fernández de la Hoz, 7 (Palacio de Oquendo): Sucursal de la checa del Marqués del Riscal
  22. Paseo de la Florida (Ermita de San Antonio): Checa del PSOE en colaboración con el PCE
  23. General Martínez Campos, 8: Círculo Socialista del Norte
  24. General Martínez Campos, 23: Checa de las milicias Leones Rojos de dependientes de comercio de la UGT
  25. Goya, 10: Sindicato de Transportes de la UGT
  26. Granada, 4: Checa de las Juventudes Socialistas Unificadas dependiente de la de Zurbano 68
  27. Convento de las Pastoras de Chamartín: Checa de las Juventudes Socialistas Unificadas
  28. Marqués del Riscal, 1
  29. Martinez de la Rosa, 1: Checa de García Atadell
  30. Mendizábal, 24: Radio 7 de las Juventudes Socialistas Unificadas
  31. Mesón de Paredes, 76: Círculo Socialista del Sur
  32. Montera, 22: Checa de los listeros de UGT
  33. Núñez de Balboa, 62: Juventudes Socialistas Unificadas
  34. O’Donnell, 8 (hotel de Alejandro Lerroux): Círculo Socialista del Este
  35. Avenida de Julián Marín (Fundación Caldeiro): Checa de las milicias socialistas del Este
  36. Nicasio Gallego, 19: Sindicato de la piel de UGT
  37. Paloma, 19 y 21: Círculo Socialista de Latina: Inclusa 3&.
  38. Princesa, 13 y 15: Radio 7 de las Juventudes Socialistas Unificadas
  39. Raimundo Lulio, 8: Radio 9 de las Juventudes Socialistas Unificadas
  40. Rollo, 2: Círculo Socialista del distrito Latina: Inclusa
  41. Sacramento, 1: Ídem
  42. Seminario conciliar: Ídem
  43. San Isidro, 5: Checa socialista del Puente de Segovia con colaboración del PCE
  44. Santa Isabel, 46 (Palacio de Cervellón, del duque de Fernán Núñez): Checa de las Juventudes Socialistas Unificadas
  45. Toledo, 98: Círculo Socialista Latina: Inclusa
  46. Carretera de Valencia, 70 (Escuelas cristianas): Checa socialista <<

[153] Entre los asesinados en esta checa cabe mencionar, a título de ejemplo, a Juan Alamedas Jiménez, Humberto Calderón Rivadeneyra, Carlos Echeguren Ocio, Enrique García Arregui, Enrique García Robles, Fidel González y González, Feliciano Insaurriaga Anguita, Carlos Marco Salderreyan, Apolinar Marcos Clemente, Eugenio Medina Gestoso, Candelas Peñalver García, Alejandro Tovar y Cabrera y Casimiro Velasco Casanueva. <<

[154] Testimonio de Clementina Renedo Velasco en CG, p. 114. <<

[155] CG, p. 117. <<

[156] Son varias las declaraciones testificales en ese sentido pero véase especialmente la prestada el 24 de marzo de 1941 por José Hernández Díaz, conserje de la comisaría, referida en CG p. 118. <<

[157] Entre ellos pueden mencionarse los de Manuel Albite Antero, Pedro Ardura Gallo, Antonio Arenas Ramos, Rafael Bartolomé y Fernández de Ángulo, Tomás Bueno Romero, Rodolfo del Castillo Martí, Teófilo Chico García, Francisco Cobos Carmona, Antonio Dávila Avalos, Juan José Echevarría Orejón, Ángel Esteve Jimeno, Marino Fernández de la Cruz, Antonio Flores Guillamón, Basilio Gamo, Germán Garibaldi González, Antonio Gil Varela, Manuel Grande Magdalena, Joaquín Grau y Crespo, Severino Gurpegui Suescun, Miguel Lahoz Burillo, Julio Llantada Martínez, Joaquín Martín Criado, Rafael Mondria Merín, Ricardo Nárdiz Zubía, Carlos Navarro y Díaz Agero, José O’Mulryan y García Loygorri, Pedro Onsurbe Molinero, Joaquín Pérez Linares, Juan Ramis Meas, Manuel Ramos Roales, Enrique Rodríguez Hurtado, Tomás Rodríguez Losada, Juan Tomás Rodríguez Romero, José Rico Martín, Manuel Sánchez Peláez, Domingo Soria Andrés, Miguel de la Torre de Traviena, José Velázquez Tílez, Guillermo Villamora Pablo, y las mujeres María Gómez, María Iribarren Martínez y Teresa Polo Jiménez. <<

[158] Rollo 2045-1937 de Madrid, CG p. 119. <<

[159] César Vidal, Las brigadas internacionales, Madrid, 1998, p. 366 y ss. <<

[160] C. Vidal, El Holocausto, Madrid, 1996. <<

[161] Declaración de José de la Iglesia López de 25 de mayo de 1939, AHN - CG-1526 (1). Cárcelo Modelo Ramo principal, folio 39. <<

[162] R. Casas de la Vega, ob. cit., p. 125 señala que posiblemente los cacheos, los insultos y las amenazas vinieron acompañados de la requisa de los escasos haberes de los presos. La suposición cuenta con corroboración documental. En ese mismo sentido, véase la declaración del anarquista Felipe Emilio Sandoval, AHN-CG-1530 (1) Pieza 4 Checas Ramo principal folio, s 120 a 123. <<

[163] Declaración de José de la Iglesia ya citada, folio 39. <<

[164] R. Casas de la Vega, ob. cit., p. 126 atribuye tal circunstancia al hecho de que era un sujeto peligroso que había participado en el atraco a mano armada del conde de Riudoms. No se puede negar tal posibilidad aunque no parece que ese tipo de escrúpulo pesara mucho a la hora de poner en libertad a otros delincuentes de sangre el mismo 20 de julio. <<

[165] Una descripción de los hechos en la declaración de 1 de junio de 1939 de Arsenio Fernández Serrano, AHN-CG-1530 (1) Pieza 4 Checas, folio 47. <<

[166] Los muertos fueron Manuel Chacel y del Moral, Alfonso Espinosa Ferrándiz, Fernando Fernández Herrería, Fernando Fernández y Martínez de Velasco, Andrés Herrera Martín y Antonio Velasco Blanco. Hubo asimismo once heridos. Al respecto, véase declaración de Fernando Martín Galindo, AHN-CG-1526 (1). Ramo principal, folio 56. <<

[167] Declaración de José Palomeque, AHN-CG 1526 (1), Ramo principal, folio 50 y 51. <<

[168] De los once, tres eran políticos (Ramón Alvarez Valdés y Castañón, diputado a Cortes y exministro; Rafael Esparza y García, diputado a Cortes y Francisco Javier Jiménez de la Puente, diputado) a los que no sirvió de nada la inmunidad parlamentaria; tres eran falangistas que habían caído prisioneros en los combates del cuartel de la Montaña (Carlos Herraiz Crespo, José Prado y Enrique Matorras Páez, este último antiguo comunista); cuatro militares (Arturo Bermúdez de Castro y Blanco, Cristóbal Jiménez y Jiménez, Méndez Vigo y José García) y un comisario de policía (Santiago Martín Báguenas). <<

[169] Su relación es la que sigue: Abdón Ariza Ibáñez, Gregorio Ariza Ibáñez, Eugenio Ariza Rivas, Antonio Arranz Berrocal, Lucas Berrocal Colmenarejo, Mariano de la Concepción Corral, Pedro Hoyo Gómez, Rufo Rubio Vallejo y Eugenio Sanz Olalla. <<

[170] Declaración del propio Felipe Emilio Sandoval (a) Doctor Muñiz, AHN-CG 1530 (1), folios 120 a 135. En ella se refiere a un funcionario de prisiones «llamado Donallo, el boxeador, que le había tratado mal». <<

[171] Dos de ellos se apellidaban García Hernán y los otros dos Madridano y Berea respectivamente. <<

[172] Los asesinados del día 21 fueron Julián Puente Aparicio, Julián Puente Bermejo, Ordóñez Colmenarejo y Herranz Sanz. <<

[173] Los asesinados del 23 fueron Luis Puente Bermejo, hermano de un asesinado dos días antes, Francisco Ariza Colmenarejo y el señor Del Valle Ros. <<

[174] Los asesinados de este día fueron Agustín Merino Hernández, Carlos Cancela Pérez y Manuel Montalvo Hinojosa. <<

[175] El texto aparece reproducido en CG, p. 106. <<

[176] El funcionario de prisiones Fernando Martínez Illana (AHN - CG-1526 (1), Ramo pr., folio 49) parece relacionar la puesta en libertad de los detenidos y su posterior asesinato por las checas con las primeras acciones de la aviación de Franco sobre Madrid. Quizá se pudo utilizar ese argumento como una legitimación de los asesinatos pero lo cierto es que la técnica de excarcelar a los reclusos para fusilarlos a continuación ya llevaba bastante tiempo funcionando. <<

[177] Reproducción fotográfica de la orden en el Anexo IV, número 3 de CG, tras p. 82. <<

[178] Tomás Borrás, Ramiro Ledesma Ramos, Madrid, 1971, p. 780, identifica al asesinado de esa manera con Ramiro Ledesma pero afirma que, tras gritar que le matarían donde él quisiera y no donde desearan sus captores, se abalanzó sobre un socialista para arrebatarle el fusil y un compañero de éste le disparó. Para la versión sobre el linotipista partiendo de un testigo autor de un texto inédito, véase R. Casas de la Vega, ob. cit., p. 164. <<

[179] AHN-CG 1536 (1), pieza especial Ramo n.° 3. <<

[180] Entre los enterrados en las fosas de Aravaca se hallaban José y Fernando Serrano Súñer, hermanos de Ramón, el cuñado del general Franco. Se les había fusilado juntos, a mediados de octubre procediendo a sepultarlos en la fosa número 11. <<

[181] Milicia Popular, 5 de agosto de 1936. <<

[182] Milicia Popular, 21 de agosto de 1936. <<

[183] Octubre, 17 de agosto de 1936. <<

[184] J. Díaz, Tres años de lucha, Barcelona, 1939. <<

[185] A. Nin, Los problemas de la revolución española, citado en D. Jato, Madrid, capital republicana, Barcelona, 1976, p. 325. <<

[186] E. Zamacois, El asedio de Madrid, citado en D. Jato, Madrid, capital republicana, Barcelona, 1976, p. 417. <<

[187] Eduardo López Ochoa había sido siempre un ferviente republicano y en 1931, su libro De la Dictadura a la República, gozó de extraordinaria popularidad como uno de los más perseguidos en el período anterior. Sin embargo, López Ochoa había mandado las tropas que habían sofocado el levantamiento revolucionario de octubre de 1934 en Asturias y los frentepopulistas nunca se lo perdonaron. Finalmente, Eduardo López Ochoa fue asesinado en el hospital militar de Carabanchel donde convalecía por efectivos del Frente Popular. Los consejos de María Teresa León —igual que los de su marido— en materia de represión habían sido escuchados. <<

[188] AHN – CG 1530, Pieza 3, Ramo 4, folio 108. Declaración de Jiménez Belles. <<

[189] Juventud de 24 de octubre de 1936 señalaba esa exigencia y, dando un giro copernicano en la visión anarquista mantenida hasta entonces, afirmaba que «los traidores y fascistas encubiertos son quienes se oponen a la entrada de la CNT en el gobierno». <<

[190] Testimonio de Manuel Guerrero Blanco, AHN-CG 1526 (2), Ramo 3, folio 34. <<

[191] Véase más adelante p. 154 y ss. <<

[192] Puede verse así en el extracto oficial de la sesión pero también en La Voz de 2 de octubre de 1936. <<

[193] Al respecto, véase C. Vidal, Las brigadas internacionales, Madrid, 1998, especialmente la parte documental. <<

[194] Así lo había reconocido, por ejemplo, el socialista Indalecio Prieto en un discurso reproducido por ABC el 9 de agosto de 1936. <<

[195] H. E. Knoblaugh, Corresponsal en España, Madrid, 1967, p. 113. La edición original inglesa es de 1937 existiendo otra con un apéndice escrito en septiembre de 1938. <<

[196] En un sentido idéntico, R. Salas Larrazabal, Historia…, I, p. 611 y ss. <<

[197] Milicia Popular, 8 de octubre de 1936. <<

[198] M. Koltsov, Diario de la guerra de España, Madrid, 1978, pp. 191193 y 208. <<

[199] Así lo indica el propio Carrillo en sus Memorias, p. 44. <<

[200] En este mismo sentido, véase F. Claudín, Santiago Carrillo, Barcelona, p. 105. <<

[201] Según confesión de Santiago Carrillo, Memorias, p. 85 que veía con excelentes ojos los supuestos éxitos soviéticos. <<

[202] Santiago Carrillo, Memorias, p. 86. <<

[203] Ibídem, p. 91. <<

[204] Al respecto, véase el testimonio de F. Claudín, Santiago Carrillo, Barcelona, p. 22. <<

[205] J. S. Vidarte, El bienio negro y la insurrección de Asturias, Barcelona, 1978, p. 185 y ss. <<

[206] S. Carrillo, Memorias, p. 127. <<

[207] En el mismo sentido, véase E. Líster, ¡Basta!, p. 173 y ss. <<

[208] Citado en D. Jato, ob. cit., p. 517. <<

[209] E. Líster, ob. cit., p. 173 y ss. <<

[210] Los datos proceden de las memorias inéditas de Jesús Sánchez Posadas reproducidas por Ricardo de la Cierva, Carrillo miente, Madridejos, 1994, p. 166. <<

[211] E. Castro Delgado, Hombres made in Moscú, p. 430. <<

[212] En que iba a concluir aquella petición resultaba obvio para los que vivían en el Madrid del Frente Popular. De hecho, Portes Alcalá, un funcionario de la prisión, sabedor de que los presos militares superaban el millar y consciente de que los iban a asesinar, decidió abandonar su trabajo y refugiarse ese mismo día en la embajada de Austria. Al respecto, véase Portes Alcalá, Cárceles rojas, Madrid, 1939, p. 96. <<

[213] M. Koltsov, Diario, p. 191 y ss. I. Gibson, Paracuellos, p. 54 y ss., ha puesto de manifiesto con notable claridad el desdoblamiento de personalidad que Koltsov realiza en su Diario entre él mismo y un tal Miguel Martínez —también el mismo Koltsov— cuando señala su papel en las matanzas de Paracuellos, sus contactos continuados con el socialista Alvarez del Vayo o sus relaciones privilegiadas con el Comité Central del PCE. <<

[214] E. Castro Delgado, Hombres made in Moscú, p. 438 y ss. <<

[215] Así lo indica el mismo Carrillo en sus Memorias, p. 190. <<

[216] Éstos serían Manuel Rascón Ramírez de la CNT, Antonio Molina Martínez del PCE, Manuel Ramos Martínez de la FAI, Félix Vega Sanz de la UGT y Arturo García de la Rosa de las Juventudes Socialistas Unificadas. <<

[217] Juan Alcántara, Ramón Torrecilla Guijarro y Santiago Alvarez Santiago. <<

[218] Gibson, Paracuellos: cómo fue, Barcelona, 1983, p. 49. <<

[219] Declaración de Ramón Torrecilla Guijarro reproducida en I. Gibson, ob. cit., p. 260. <<

[220] Ibídem, p. 260. <<

[221] Santiago Carrillo, Memorias, p. 20. <<

[222] Declaración de R. Torrecilla transcrita en Ian Gibson, ob. cit., p. 262. <<

[223] Ibídem. <<

[224] Declaración de Alvaro Marasa de 7 de noviembre de 1939 ante la Causa General. <<

[225] Ian Gibson, Paracuellos: cómo fue, Barcelona, 1983, p. 11 y ss. <<

[226] El alcalde de Paracuellos insistiría varias décadas después en el hecho de que las fosas no estaban abiertas con antelación. Cfr.: Ian Gibson, Paracuellos, p. 13 y ss., sino que los cadáveres se habían acumulado y, posteriormente, se procedió a darles sepultura. La declaración del alcalde es obviamente un intento de asegurar que nadie en Paracuellos, incluido su padre, sabía nada de lo que estaba sucediendo (p. 13). Gibson afirmó (p. 14) que la mirada del alcalde le convenció de la veracidad de sus afirmaciones pero lo cierto es que la realización de asesinatos masivos sin previamente proceder a cavar las fosas adonde irían a parar los cadáveres no es verosímil y choca con la práctica habitual en este tipo de casos. Por otro lado, como ya vimos, desde agosto al menos venían cavándose fosas comunes para las víctimas de los fusilamientos. Véase también página 148 y ss. de la presente obra. <<

[227] Algunos de los sepultureros obligados llegarían a sobrevivir a la guerra y podrían prestar su testimonio de lo ocurrido. Tal fue el caso de Gregorio Muñoz Juan y de Valentín Sanz que serían alcalde y secretario del municipio de Paracuellos. <<

[228] A título de ejemplo puede señalarse que la cuarta medía ciento sesenta metros de longitud por cuatro de anchura, que la quinta contaba con una capacidad de ocho metros de ancho por sesenta de longitud y la sexta con unas dimensiones de ocho por ciento veinte metros. <<

[229] Felix Schlayer, Diplomat im roten Madrid, Berlín, 1938, p. 84. <<

[230] Datos bien documentados en R. Salas Larrazabal, Historia del Ejército popular de la República, Madrid, vol. I, p. 610. <<

[231] Referencia a los cuatro testigos presenciales en Ian Gibson, ob. cit., p. 91 y ss. y en R. de la Cierva, Carrillo, p. 209. <<

[232] El papel de las Brigadas Internacionales en la batalla de Madrid lo hemos analizado en C. Vidal, Las brigadas internacionales, p. 81 y ss. <<

[233] El testimonio de Ramón Torrecilla sobre esta reunión aparece reproducido en I. Gibson, ob. cit., p. 264. <<

[234] Reproducido en ABC, 13 de noviembre de 1936, p. 13. <<

[235] De manera nada extraña Carrillo omite en sus Memorias los tres hechos que acabamos de mencionar. R. de la Cierva, Carrillo, p. 213 y ss. <<

[236] Reproducida en CG, p. 239. <<

[237] No deja de ser revelador el silencio absoluto que Carrillo guarda en sus Memorias sobre esta segunda fase de las sacas. <<

[238] El texto aparece reproducido en I. Gibson, ob. cit., p. 170 y ss. <<

[239] R. de la Cierva, Carrillo, p. 220. <<

[240] C. Fernández, ob. cit., p. 202 y ss.; R. de la Cierva, Carrillo, p. 220 y ss. <<

[241] La vida de Muñoz Seca había sido una sucesión ininterrumpida de sufrimientos desde el inicio de la revolución. El ABC de 25 de julio de 1936 celebró públicamente su cese del cargo de jefe superior de administración del cuerpo técnico de seguros, a la vez que instaba al gobierno a continuar la depuración con otros funcionarios. <<

[242] Entre los ciento trece muertos de la primera se hallaban, como ya hemos indicado, Pedro Muñoz Seca, Ángel Cos-Gayón, Diego MacCrohon, Gerardo, Javier y Ramón Osorio de, Moscoso, Álvaro y Guillermo Sainz de Baranda y Carlos Súnico. En la segunda se hallaba un joven falangista de quince años llamado Ricardo Rambla Madueño que llegó incluso a recibir el tiro de gracia junto a la zanja de Paracuellos pero al que la bala se le quedó alojada en la boca sin causarle la muerte. Huiría finalmente del lugar y, tras permanecer oculto tres días, llegaría a casa de su madre que se ocupó de él. Al respecto, véase I. Gibson, ob. cit., p. 145 y ss.; C. Fernández, ob. cit., p. 198; R. de la Cierva, Carrillo, pp. 221-222. <<

[243] El Ayuntamiento de Madrid, siendo alcalde el socialista Enrique Tierno Galván, intentaría años después ocultar el crimen refiriéndose a la muerte de Arturo Soria hijo «en extrañas circunstancias», una afirmación que provocaría en Luisa Soria Clavería, hija del asesinado, una solicitud de rectificación que nunca se produjo. Véase una descripción del incidente en R. de la Cierva, Carrillo, p. 222 y ss. <<

[244] La responsabilidad de Carrillo en los asesinatos ha sido afirmada por todos los que han estudiado con rigor las matanzas de Paracuellos. Al respecto, puede verse: C. Fernández, Paracuellos: ¿Carrillo culpable?, Barcelona, 1983, p. 104; I. Gibson, Paracuellos, (especialmente en lo relativo a la segunda oleada de sacas); R. Casas de la Vega, El terror rojo, y R. de la Cierva, Carrillo. Dada la contundencia de las pruebas y testimonios, resulta chocante la voluntad exculpatoria que se aprecia en J. Cervera, Madrid en guerra. La ciudad clandestina. 1936-1939, Madrid, 1998, p. 92, así como la manera en que pasa por alto algunos de los aspectos esenciales en este episodio. <<

[245] Jesús de Galíndez, Los vascos en el Madrid sitiado, Buenos Aires, 1945, p. 66 y ss. <<

[246] Véase listado de checas en el Apéndice I. <<

[247] RGVA, c.33987, i. 3, d. 1015, pp. 92-113. <<

[248] Se ha publicado en castellano una traducción del texto que, incomprensiblemente, se encuentra mutilada a pesar de proceder del texto de R. Radosh, M. R. Habeck y G. Sevostianov (eds.), España traicionada, Barcelona, 2002. Hemos optado, por lo tanto, por realizar nuestra traducción a partir del original. <<

[249] Así en el original ruso. <<

[250] En ese sentido, su silencio sobre hechos tan graves recuerda al de Julián Zugazagoitia en sus memorias tituladas Guerra y vicisitudes de los españoles, Barcelona, 1977, Zugazagoitia reconoce la existencia de algunos excesos e incluso la ejecución de algunos presos pero deforma los hechos, insiste en acusar al enemigo de actos más terribles y, sobre todo, guarda un sospechoso silencio sobre el episodio de las sacas. <<

[251] Una notable descripción contemporánea de lo que sucedía en el Madrid de 1936-1937 en H. Edward Knoblaugh, Corresponsal en España, Madrid, 1967, p. 86 y ss. <<

[252] El diplomático chileno dejaba testimonio de su personal peripecia en A. Núñez Morgado, Los sucesos de España vistos por un diplomático, Madrid, 1979. <<

[253] Ibídem, p. 125 y ss. <<

[254] CG, p. 52. <<

[255] Conversación reproducida en H. Edward Knoblaugh, ob. cit., p. 129 ss. <<

[256] El episodio es relatado contando con el testimonio del propio cónsul uruguayo en H. Edward Knoblaugh, ob. cit., p. 105. <<

[257] Ibídem, p. 106. <<

[258] CG, p. 124 y ss. <<

[259] J. Cervera, ob. cit., p. 227 y ss., de manera realmente sorprendente acepta como posibles algunas de las calumnias vertidas por las autoridades del Frente Popular contra la labor humanitaria de Borchgrave. <<

[260] El texto afirma: «El gobierno español reconoce que, a pesar de la actividad desplegada al comienzo de la instrucción, ha habido un desfallecimiento por parte de nuestros servicios judiciales en la prosecución del asunto, aumentado por las dificultades de encontrar la pista. Todo ello producido por las circunstancias excepcionales en que se encontraba Madrid en aquella época. El gobierno español presenta al belga sus excusas. El gobierno belga reconoce que ningún agente gubernamental parece haber tenido, directa o indirectamente, participación en el asesinato del barón de Borchgrave. Y que la responsabilidad del gobierno español no se encuentra comprometida en este punto. Ambos gobiernos deciden de común acuerdo que en estas circunstancias no hay lugar a proseguir el asunto». Reproducido en CG, p. 126 y ss. <<

[261] Los asesinados fueron Francisco Barnuevo Sandoval, Fernando Guillis Merceded, Manuel Laguna Alfonso, Enrique Larroque Echevarría, Abdón López Turrión y José María Reus Ruiz de Velasco. <<

[262] Concretamente las seguidas por el Juzgado número 3 de espionaje 53-1937 y por el Juzgado especial 2-1938. <<

[263] Minuta de O’Malley de 30 de noviembre de 1936, FO 371-20586 W16391. <<

[264] Minutas de Norton, Vansittart y Mounsey de 1 de diciembre de 1936 en ibídem. <<

[265] Evening Standard, 10 de agosto de 1936. <<

[266] Aparte de las fuentes primarias consignadas en las notas siguientes, resulta de especial interés el relato del incidente que realiza I. Gibson, ob. cit., p. 127 y ss. <<

[267] La noticia recibió lógica cobertura en la prensa republicana. Al respecto, véase Política, 10 de diciembre de 1936. <<

[268] Así lo indicó Política, el 10 de diciembre de 1936. <<

[269] Delmer recogería este testimonio en Trail Sinister, Londres, 1961, p. 322 y ss. <<

[270] La figura de Melchor Rodríguez no ha sido objeto, a pesar de su interés histórico, de ninguna biografía hasta la fecha. Un resumen biográfico de su trayectoria puede encontrarse en Juan Antonio Pérez Mateos, Entre el azar y la muerte, Barcelona, 1975, pp. 55-72. <<

[271] Años después, Carrillo afirmaría que se había procedido a destituir a Serrano Poncela por los excesos cometidos en el ejercicio de su cargo. Semejante aserto no es más que un intento de Carrillo de arrojar su responsabilidad sobre hombros ajenos. De hecho, no existe ninguna orden de destitución de Serrano Poncela. <<

[272] CNT, 18 de marzo de 1937. <<

[273] Existe una biografía del mismo de la que hay versión en castellano C. E. Lucas Phillips, El Pimpinela de la guerra de España, Barcelona, 1965. <<

[274] En ese sentido, Phillips, ob. cit., p. 48 y ss. <<

[275] Ibídem, p. 149 y ss. <<

[276] Ibídem, p. 227. <<

[277] Ibídem, p. 230 y ss. <<

[278] Ibídem, p. 227. <<

[279] Ibídem, p. 234 y ss. <<

[280] Al respecto resulta de especial interés el estudio de David Caute, Compañeros de viaje. Una posdata a la Ilustración, México, 1975. Lamentablemente, el magnífico libro de Caute se limita a los intelectuales de Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. <<

[281] Un estudio interesante sobre el tema en M. Bertrand de Muñoz, La guerra civil española y la literatura francesa, Sevilla, 1995. <<

[282] Claridad, 11 de agosto de 1936. <<

[283] Efectivamente el 7 de agosto se cesó a todos los consejeros del Banco Hipotecario; el 8 quedaron en suspenso todos los funcionarios del Tribunal de Cuentas; el 9 le tocó el turno a los empleados de Correos; el 16 a la Junta de Ampliación de Estudios; el 24 era cesado todo el personal subalterno y auxiliar de la Facultad de Medicina, etc. Ni siquiera el Comité de la Cruz Roja se salvó de la política de depuración del Frente Popular. Más detalles con referencias a personajes concretos en M. Vázquez y J. Valero, La guerra civil en Madrid, Madrid, 1978, p. 108 y ss. <<

[284] El ABC de 26 de agosto de 1936 se manifestó, por ejemplo, especialmente airado por las afirmaciones de Unamuno en el sentido de que el alzamiento de julio de 1936 era «la lucha de la civilización contra la barbarie». El 29 del mes siguiente el mismo periódico informaba de cómo Bergamín, en el curso de un acto público, afirmaba que «creía en el fusilamiento de Unamuno, a quien los fascistas habían vaciado las entrañas, el cerebro y el corazón, rellenándolo después de paja y de aserrín». <<

[285] Se trataba de Dolores Caro, Andrea Calle y sor Concepción Pérez. Las dos primeras hallaron la muerte en un lugar conocido como los Toriles y la tercera en el pozo del Tío Raimundo. <<

[286] Sus nombres eran Cristino Roca, Proceso Ruiz, Eutimio Aramendia, Canuto Feanco, Dositeo Rubio, Cesáreo Niño, Benjamín Cobos, Carmelo Gil, Cosme Brun, Cecilio López, Rufino Laceras y Faustino Villanueva. <<

[287] En este sentido, véase D. Jato, ob. cit., p. 382 y ss. <<

[288] La historia la cuenta María Teresa León, Memoria de la melancolía, Buenos Aires, 1970, p. 161 que apostilla «¡Ah, qué Madrid éste!». De sobra lo sabía ella, como tendremos ocasión de ver en las páginas siguientes. <<

[289] E. Zamacois, El asedio de Madrid, reproducido en D. Jato, ob. cit., p. 417. <<

[290] Claridad, 11 de agosto de 1936. <<

[291] Ver referencia supra en p. 69. <<

[292] Política, 29 de septiembre de 1936. Las afirmaciones fueron pronunciadas en un mitin de la Asociación de Escritores Antifascistas celebrada el 27 de septiembre de 1936 en el teatro de la Zarzuela. <<

[293] Juventud libre, 3 de octubre de 1936. <<

[294] Mundo Obrero, 12 de septiembre de 1936. <<

[295] Poco menos cauto sería Zamacois que sólo le dedicaría dos líneas en su novela sobre la contienda. <<

[296] María Teresa León, Memorias, p. 199. <<

[297] No deja de ser significativo que la nota de autores argentinos reproducida el 31 de octubre de 1936 por ABC, en protesta por la muerte de Lorca contuviera más nombres que el de cualquier instancia española paralela. <<

[298] Testimonio ocular de este episodio en Guillermo de Torre, Tríptico del sacrificio, Buenos Aires, 1948. <<

[299] Heraldo de Madrid, 18 de julio de 1936. <<

[300] Sobre el trasfondo del episodio, véase: S. Koch, El fin de la inocencia, Barcelona, 1997, p. 328 y ss. <<

[301] La película acabó realizándose y puede adquirirse actualmente en el mercado de vídeo. Fue un producto propagandístico no exento de cierto lirismo fatuo propio del denominado realismo socialista. Como sospechará el lector, todo parecido entre lo que aparece en el documental y lo que sucedía a la sazón en España es pura coincidencia. <<

[302] V. S. Carr, Dos Passos, Nueva York, 1984, p. 359 y ss. <<

[303] Ibídem, p. 366 y ss. <<

[304] S. Koch, ob. cit., p. 438 y ss. sostiene la misma opinión que, a nuestro juicio, admite poca discusión. <<

[305] En el mismo sentido, S. Koch, ob. cit., p. 332 y ss. <<

[306] Así lo cuenta la propia Herbst en The Starched Blue Sky of Spain, Nueva York, 1991, p. 154. <<

[307] En realidad, se celebraba el día de Thaelman, uno de los comunistas alemanes engrandecido por la propaganda de la Komintern. La fiesta tuvo lugar en un palacete incautado que pertenecía al duque de Tovar. Véase V. S. Can, ob. cit., p. 368. <<

[308] Herbst, ob. cit., p. 155. <<

[309] V. S. Carr, ob. cit., p. 370. <<

[310] Ver más adelante, p. 198 y ss. <<

[311] Lo que viene a continuación aparece magistralmente narrado en S. Koch, ob. cit., p. 337 y ss. Las fuentes históricas son, desde luego, numerosas y entre ellas debe hacerse mención especial a las propias declaraciones de Oak el 5 y 21 de mayo de 1947 ante el Comité de Actividades Antiamericanas (Cámara de Representantes), el propio relato de Oak que apareció en el periódico socialista The Call en julio y septiembre de 1937 y el expediente del FBI FOIA sobre Liston Merriam Oak. <<

[312] Véase más adelante, p. 198 y ss. <<

[313] V. S. Carr, ob. cit., p. 370. <<

[314] En el mismo sentido, véase M. Séller y A. M. Nekrich, Utopia in Power, Nueva York, 1986, p. 301. <<

[315] La jugada volvería a repetirse en 1938 cuando Yezhov, el sucesor de Yagoda, fue eliminado esta vez para ser sustituido por Beria. <<

[316] R. Conquest, Kolyma, The Arctic Death Camps, Nueva York, 1978, pp. 226-229. <<

[317] DDF, tomo III, doc. 374, 405, 407 y 504. <<

[318] DDF, tomo III, doc. 374, 405, 407 y 504. <<

[319] En orden de eficacia de los cazas habría que señalar el mosca, el italiano Fiat, el chato y, finalmente, a mucha distancia el Heinkel. Por lo que se refiere a los bombarderos, el mejor era el Katiuska soviético, seguido por el S-81 y luego el Ju-52 alemán. Finalmente, en aviones de reconocimiento los mejores eran los rasantes y natachas seguidos de cerca por el Ro-37 y a bastante distancia por el germano He-46. <<

[320] En el mismo sentido R. Salas Larrazabal, Historia, I, p. 1149 y ss. <<

[321] Ibídem, p. 1148 y ss. <<

[322] Aspectos generales sobre el avance comunista a partir de los sucesos de mayo de 1937, véase: J. Maurín, Cómo se salvó Joaquín Maurín, Gijón, 1979; A. Suárez, El proceso contra el POUM, París, 1974; VVAA, El proceso de 1938 contra el POUM, Madrid, s.d. <<

[323] El POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) era un Partido Comunista independiente de Moscú. La URSS lo acusó repetidas veces de trotskysta pero semejante cargo no se correspondía del todo con la realidad. En cualquier caso, los efectivos de Stalin en España lo perseguirían con extraordinaria saña. <<

[324] En este sentido resulta especialmente interesante el testimonio de uno de los cautivos de la época en M. Sabater, Estampas del cautiverio rojo. Memorias de un preso del SIM, Barcelona, 1940, p. 161. <<

[325] En ese sentido, véase R. Salas Larrazabal, ob. cit., p. 1026 y ss. <<

[326] Orlov, como tendremos ocasión de ver, fue uno de los pocos agentes soviéticos que actuó en España y pudo escapar a las purgas llevadas a cabo por Stalin. Lo conseguiría gracias a una oportuna fuga a Occidente. En sus memorias —existe una versión española: Historia secreta de los crímenes de Stalin, Barcelona, 1955— proporcionaría datos de considerable interés sobre la represión stalinista a la vez que corría un astuto velo sobre las actividades en que él había participado. Sobre su papel en España puede consultarse el testimonio de otro de los antiguos agentes soviéticos en España, P. y A. Sudoplatov, Special Tasks, Boston, 1994, p. 45 y ss. <<

[327] La descripción que figura a continuación del procedimiento para proceder al arresto de Nin en J. Hernández, Yo fui ministro de Stalin, Madrid, 1974, p. 140 y ss. <<

[328] Jesús Hernández, ob. cit., p. 142 y ss. ha sostenido que José Díaz, a la sazón secretario general del PCE, se manifestó indignado por la maniobra realizada por la URSS especialmente al no tenerle al corriente de lo sucedido. Por supuesto, la Komintern desoyó cualquier protesta de Díaz a esas alturas ya enemistado con Pasionaria entre otras razones por su affaire sentimental con Francisco Antón. <<

[329] J. Hernández, ob. cit., p. 159 y ss. <<

[330] J. Hernández, ob. cit., p. 160. <<

[331] La versión del propio Indalecio Prieto sobre el tema —coincidente en su totalidad con la de J. Hernández— se halla en «El bombardeo alemán de Almería» en I. Prieto, Yo y Moscú, Madrid, 1955, p. 237 y ss. <<

[332] J. Hernández, ob. cit., p. 165. <<

[333] J. Hernández, ob. cit., p. 166. <<

[334] El relato de Prieto sobre esta cuestión se halla recogido en su informe de 9 de agosto de 1938 presentado al Comité nacional del PSOE que puede leerse en I. Prieto, ob. cit., p. 147 y ss. Sustancialmente coincide con la versión de los hechos que el ministro comunista J. Hernández daría años después en sus memorias. <<

[335] J. Hernández, ob. cit., p. 172. <<

[336] J. Gorkin, Caníbales políticos, México, 1941, p. 159. <<

[337] Ibídem. <<

[338] En el mismo sentido, J. Hernández, ob. cit., p. 173 y ss. <<

[339] J. Hernández, ob. cit., p. 178 y ss. <<

[340] Según Jesús Hernández, ob. cit., p. 181 y ss., se trataba de dos afiliados al PSOE que, no obstante, ya estaban al servicio de los comunistas. <<

[341] En este caso concreto, se trataba de un mapa aprehendido al quinta-columnista Fernández-Golfín al que se añadiría una escritura para acusar a Nin. La falsificación sería expuesta por un informe pericial de 25 de enero de 1938. <<

[342] Sobre las reformas de Indalecio Prieto, véase R. Salas Larrazabal, Historia, II, p. 1171 y ss. <<

[343] Muy interesante al respecto resulta el testimonio de uno de los protagonistas de la campaña contra Prieto, el entonces ministro comunista Jesús Hernández, ob. cit., p. 230 y ss. Hernández reconoce que la caída de Prieto era considerada indispensable para que el PCE pudiera apoderarse del control total de las fuerzas armadas. <<

[344] El famoso —e imprescindible— Informe ante el Comité Nacional del PSOE de 9 de agosto de 1938 puede leerse en I. Prieto, ob. cit., p. 147 y ss. <<

[345] R. Salas Larrazabal, Historia II, p. 1978. <<

[346] En el mismo sentido, R. Salas Larrazabal, Historia, II, p. 1975 y ss. <<

[347] No fue la única medida significativa. El 22 de junio de 1937, había sido creado el Tribunal de Espionaje y Alta Traición que arrancaba de los tribunales ordinarios este tipo de cuestiones. <<

[348] A. D. Martín Rubio, Paz…, Madrid, 1997, p. 399. <<

[349] El DEDIDE había nacido en Valencia a finales de 1936 a partir de las Milicias de Vigilancia de Retaguardia tan vinculadas con Ángel Galarza. En Valencia, el DEDIDE estableció checas con el personal de la checa madrileña de Marqués del Riscal a la que ya nos hemos referido y también con un asesor soviético llamado Peter Sonin al que acompañaba su mujer. En mayo de 1938, el DEDIDE pasó a depender del SIM. <<

[350] Por ejemplo, San Lorenzo y Ministerio de Marina, en Madrid; Villa Rosa, Escuelas Pías y calle de Sorni número 7, en Valencia; y calle Zaragoza, Tamarita, calle Muntaner, número 321, y Vallmayor o Preventorio D, en Barcelona. Sin embargo, las checas no se limitaron a estas capitales. Por ejemplo, las hubo también en Omelles de Nogaya, en Lérida, o en Almería. <<

[351] De entre los testimonios de antiguos reclusos, véase: F. Ros, Preven-torio D. Ocho meses en la cheka, Madrid, 1974 y M. Sabater, Estampas del cautiverio rojo. Memorias de un preso del SIM, Barcelona, 1940. <<

[352] J. Peirat, La CNT en la revolución española, París, 1971, vol. I, pp. ss. <<

[353] Entre ellos Salvio Ribagorda Gómez, Pedro Baelo Navarro y Paulino Ángel Sáenz. <<

[354] Reproducido en R. Vistabuena, Las «checas», Madrid, 1959, p. 25 y ss. <<

[355] Así lo reconoce, J. Cervera, ob. cit., p. 363. <<

[356] Gaceta, 28 de mayo de 1937. <<

[357] Sobre casos de condenados tras formularse acusaciones falsas o mediante denuncias anónimas, véase J. Cervera, ob. cit., pp. 177-178. <<

[358] J. Cervera, ob. cit., p. 177. <<

[359] Se trataba de Rogelio Periquet Rufilanchas. Sobre los diferentes procedimientos con referencias sumariales, véase J. Cervera, ob. cit., p. 325 y ss. <<

[360] J. Cervera, ob. cit., p. 364 reconoce que «muy probablemente» la acusación no se correspondía con la verdad. En relación con las armas, el Ministerio de Estado en un informe de 13 de diciembre de 1938 reconocería que no estaban en la legación y que habían sido colocadas por los agentes republicanos. <<

[361] Véase al respecto, la nota 25648 de los SIFNE de 27 de enero de 1938 donde puede leerse en una nota a lápiz: «En un afán de asesinar, los rojos la atribuyen a los nacionales». <<

[362] Se trataba de Pedro Muela Fernández, Vicente Ramos Rodríguez y Mariano y José de la Fuente Blázquez. CG, legajo 198, caja 148, causa 261938 del Tribunal especial de guardia número 2. <<

[363] CG, p. 91 y ss. <<

[364] SHM, ZR, arm. 60, rollo 69, legajo 713, carpeta 11, documento 3, folios 1-3. <<

[365] CG, legajo 204, caja 155, sumario 3-1939 del Tribunal especial de guardia n.° 3. <<

[366] Seguramente podría ampliarse ese juicio al caso ruso. Si, finalmente, el Ejército Rojo se alzó con la victoria no fue porque represaliara a las familias de los desertores sino porque disfrutaba de una incomparable superioridad militar frente a los blancos, porque éstos actuaron de manera descoordinada y porque las condiciones geográficas y económicas le favorecían. <<

[367] Así lo considera de manera exclusiva J. Cervera, ob. cit., p. 377 y ss. <<

[368] Reproducido en P. de Blas Zabaleta y Eva de Blas Martín-Merás, Julián Besteiro, Madrid, 2002, p. 398. <<

[369] Esa misma tesis sostendría Julián Gorkín, uno de los procesados del POUM, en un libro especialmente lúcido titulado España, primer ensayo de democracia popular, Buenos Aires, 1961. <<

[370] E. Castro Delgado, Hombres made in Moscú. <<

[371] J. Hernández, Yo fui ministro de Stalin, Madrid, 1974. <<

[372] Pavel y Anatoli Sudoplatov, Special Tasks, Boston, 1994, 30-1. <<

[373] RGVA, c. 33987, i. 3, d. 1081, p. 16. <<

[374] RGVA, c. 33987, i. 3, d. 1081, pp. 79-80. <<

[375] RGVA, c. 33987, i. 3, d. 1081, pp. 30-44. <<

[376] Fue el caso del libro de relatos Un olor a crisantemo, de Serrano Poncela, publicado por la editorial Seix Barral de Barcelona en 1972 en su Biblioteca Breve de bolsillo. <<

[377] Severnaya Kommuna, n.° 109, 19 de septiembre de 1918, p. 2, citado en G. Leggett, ob. cit., p. 114. <<

[378] Reproducido íntegramente en F. Aguado Sánchez, ob. cit., p. 500. <<

[379] Journal de Geneve, 17 de enero de 1937. <<

[380] Reproducido en R. Vistabuena, Las «checas», Madrid, 1959, p. 25 y ss. <<

[381] Reproducido en P. de Blas Zabaleta y Eva de Blas Martín-Merás, Julián Besteiro, Madrid, 2002, p. 398. <<

[382] La presente lista no es exhaustiva. Hemos eliminado, por ejemplo, todos aquellos nombres que no podían ser confirmados al me­nos por dos fuentes distintas. Por ello, esta relación no contiene un número total de los muertos por el Frente Popular en Madrid y provin­cia sino una aproximación a la baja de los mismos. <<