MILONGA DEL FORASTERO

La historia corre pareja,

La historia siempre es igual;

La cuentan en Buenos Aires

Y en la campaña oriental.

Siempre son dos los que tallan,

Un propio y un forastero;

Siempre es de tarde. En la tarde

Está luciendo el lucero.

Nunca se han visto la cara,

No se volverán a ver;

No se disputan haberes

Ni el favor de una mujer.

Al forastero le han dicho

Que en el pago hay un valiente.

Para probarlo ha venido

Y lo busca entre la gente.

Lo convida de buen modo,

No alza la voz ni amenaza;

Se entienden y van saliendo

Para no ofender la casa.

Ya se cruzan los puñales,

Ya se enredó la madeja,

Ya quedó tendido un hombre

Que muere y que no se queja.

Sólo esa tarde se vieron.

No se volverán a ver;

No los movió la codicia

Ni el amor de una mujer.

No vale ser el más diestro,

No vale ser el más fuerte;

Siempre el que muere es aquél

Que vino a buscar la muerte.

Para esa prueba vivieron

Toda su vida esos hombres;

Ya se han borrado las caras,

Ya se borrarán los nombres.