ISLANDIA

Que dicha para todos los hombres,

Islandia de los mares, que existas.

Islandia de la nieve silenciosa y del agua ferviente.

Islandia de la noche que se aboveda

sobre la vigilia y el sueño.

Isla del día blanco que regresa,

joven y mortal como Baldr.

Fría rosa, isla secreta

que fuiste la memoria de Germania

y salvaste para nosotros

su apagada, enterrada mitología,

el anillo que engendra nueve anillos,

los altos lobos de la selva de hierro

que devorarán la luna y el sol,

la nave que Alguien o Algo construye

con uñas de los muertos.

Islandia de los cráteres que esperan,

y de las tranquilas majadas.

Islandia de las tardes inmóviles

y de los hombres fuertes

que son ahora marineros y barqueros y párrocos

y que ayer descubrieron un continente.

Isla de los caballos de larga crin

que engendran sobre el pasto y la lava,

isla del agua llena de monedas

y de no saciada esperanza.

Islandia de la espada y de la runa,

Islandia de la gran memoria cóncava

que no es una nostalgia.