—El Mani y Frepe se habían vuelto las dos caras de la misma persona. Frepe la cara negra, Mani la cara blanca.
—Así es. Se rechazaban como agua y aceite, se tenían miedo, pero dependían el uno del otro como hermanos siameses. Por más que el Mani quisiera pararse al sol, siempre tendría una sombra.
—Frepe. Frepe era su mala sombra.