NOTA SOBRE LA TRADUCCIÓN

A causa de la confusión y desacuerdo que, a fuerza de reinar, domina en el vocabulario psicoanalítico, damos de antemano algunas de las opciones que aquí se han tomado.

1. Frente a la dicotomía conceptual répression-refoulement, que en castellano usualmente, aunque tal vez no debidamente, se traducen por el mismo término represión, hemos optado por seguir la tradición, excepto cuando el contexto no explicitaba el sentido. En este caso hemos traducido, de un modo convencional, répression por «represión general» y refoulement por «represión» a secas. Como es sabido, refoulement (el freudiano Verdrängung) remite, en sentido propio, a aquella operación por la que el sujeto intenta rechazar o mantener en el inconsciente representaciones ligadas a una pulsión. Por otra parte, creemos que répression debería traducirse por «supresión» cuando remite a la desaparición del afecto, pero no de la representación.

2. En cuanto al polémico término investissement (cuando se refiere a la Besetzung freudiana), lo hemos traducido por «catexis», aunque en la forma verbal, además del barbarismo «catesizar», hemos utilizado por lo general la forma «cargar», también clásica, a pesar de la seducción que siempre ofrece el término ocupar.

3. La forclusion lacaniana ha sido traducida por «repudio» y en cuanto al fantasme (la Phantasie de Freud) hemos optado por traducirlo por «fantasma», atendiendo a las razones de Laplanchey Pontalis en su «Vocabulaire de la Psychanalyse». No olvidamos, sin embargo, que, en su traducción de Freud, López Ballesteros utiliza «fantasía».

En la, más o menos, creación de palabras, hemos intentado seguir el mismo método que los autores de este libro.