La conducción del señor Smith acabó sometida al examen de un gran jurado, que formuló dos acusaciones: conducción temeraria (bastante grave) y agresión con daños físicos graves (gravísima, de las que se castigan con cárcel). Tras el debido análisis, el fiscal a quien competía ocuparse de esa índole de casos en mi rinconcito del mundo accedió a retirar la acusación menos grave, la de conducción temeraria. Smith fue condenado a seis meses de prisión, que al final no tuvo que cumplir, y le quitaron el carnet de conducir durante un año. También estuvo un año en libertad condicional, con restricciones en otros vehículos motorizados, como motos de nieve. Cae dentro de lo posible que Bryan Smith vuelva a la carretera en otoño o invierno de 2001.