TEQUILA CON LIMÓN
Durante la época en que las tres amigas se entregaron a celebrar sus divorcios, acostumbraban comer juntas los viernes y seguirse de parranda hasta ganar, perder o perderse. Luego dormían las tres en la casa de alguna de ellas y al día siguiente desayunaban conversando.
Amelia era la mejor bebedora de tequila que había entre ellas. Por eso bebía más que ninguna y antes de tomar su café para irse al trabajo, les preguntaba a sus amigas:
—Oigan. ¿Y yo me divertí ayer?