A continuación presentamos la representación formal de una parte de una sesión terapéutica completa con el propósito de ayudarlos a adaptar este sistema a su propio trabajo, ya sea clínico, de investigación o teórico. El propósito es demostrar cómo esta notación formal puede servir de herramienta de diagnóstico, proporcionando al mismo tiempo al psicólogo clínico una estrategia que guíe su comportamiento en terapia, ayudando a profesionales de cualquier escuela terapéutica a desarrollar un plan efectivo para ayudar a sus clientes a cambiar.
José ha sido enviado a terapia por orden judicial. Es un «delincuente juvenil» que está cumpliendo su sentencia en un reformatorio por golpear a su hermana y a otras personas. Curiosamente, tiene remordimientos por su conducta, pero sigue robando y riñendo y luego pide perdón. Fue presentado a los autores como uno de esos casos «imposibles» por unos amigos que son psicólogos clínicos y que parecen disfrutar poniendo a prueba a los autores cada vez que tienen la oportunidad. Sin embargo, también nos pareció a nosotros una excelente oportunidad para demostrarles a nuestros amigos el valor de la notación formal (de la cual ellos se burlaban) y, al mismo tiempo, ayudar a José, si podíamos. Le consultamos a José si estaba dispuesto a participar en nuestra demostración. Estuvo de acuerdo e incluso parecía bastante auténtico en su deseo de superar sus «problemas». La sesión comenzó con el relato de José acerca de lo que él creía que necesitaba cambiar de sí mismo. Mientras él hablaba, escribimos la descripción instantánea en el pizarrón.
Después de identificar la descripción mal-formada, uno de los autores hizo un comentario a los clínicos presentes acerca de las variables R y CS con valor K y 2, respectivamente, y de las variables E y R con valor V y K, respectivamente, describiendo alternativas para aplicar la función inversa de las preguntas del Meta-modelo o el desarrollo de nuevos sistemas representacionales. Luego, la otra alternativa, la táctica de la función del siguiente-paso llamada representando polaridades, fue actuada por ese autor adoptando una parte de la descripción de José y aplicándola como función del siguiente-paso con José.
Donde Dv identifica la salida lingüística del terapeuta usando predicados visuales
El resultado fue el siguiente cambio en su descripción:
Ahora con las dos descripciones instantáneas, los autores explicaron cómo las opciones pueden basarse en dos descripciones, ya sea construyendo directamente nuevos sistemas representacionales o aplicando las funciones inversas del Meta-modelo. Se podía construir un doble vínculo. Había muchas alternativas disponibles, pero la más obvia era clasificar los conjuntos de vectores en polaridades, usando cualquiera de las técnicas para este propósito proporcionadas en este volumen. Decidimos usar la clasificación espacial de polaridades, ya que su sistema representacional más altamente valorado era el kinestésico y sería la técnica más fácil de usar con él. Se colocaron dos sillas frente a frente, a la manera gestáltica, usando la ubicación espacial y los principios de clasificación de la categoría Satir y predicados del sistema representacional como indicadores de una clasificación bien-formada de paramensajes y máxima separación.
La clasificación resultante fueron dos polaridades expresadas secuencialmente:
(V, V, Di, 2, CE, _)
y
(V, K, Dj, 1, LM, _)
Donde Q (Di) ≠ Q (Dj)
Habiendo clasificado las polaridades en una separación bien-formada, los autores explicaron la serie de alternativas disponibles para trasladarse a la tercera fase del trabajo de polaridad, la integración. Ambas polaridades deben ahora ser mapeadas en el mismo sistema representacional; desde luego, esto se puede hacer de varias maneras y en varios sistemas. Sin embargo, la función del siguiente_estado que debe aplicarse para lograr este mapeo, tiene las mismas características formales, al margen de la técnica que se utilice. La notación formal de esta función sugiere por sí misma una serie de enfoques; por ejemplo, dado:
(_, V, _, _, _, _)
y
(_, K, _, _ , _, _)
Podríamos seleccionar el sistema representacional no usado para la Fase 3. En este momento, los autores se detuvieron para revisar el proceso que había ocurrido y dar a los observadores algunas estrategias para decidir cuál sería la mejor técnica para hacer un mapa en que las polaridades entraran en contacto y el cliente llegara a la meta-posición. Básicamente pensamos que, debido a que el sistema representacional más altamente valorado de José era el kinestésico (K) y su capacidad para el acceso visual estaba pobremente desarrollada como sistema representacional, hacer un mapa en V sería difícil. Hacer un mapa en K sería fácil; sin embargo, la elección de otro sistema representacional desarrollaría para José una nueva forma de representar su experiencia. Entendemos que, a menos que un canal de entrada esté totalmente cerrado, la información que llega a través de ese canal se representa en el sistema representacional asociado —aun cuando pueda no tener ninguna relación con las polaridades y con la situación directa con la que estamos trabajando. Dado que la función mejor formada en terapia es aquella que resulta en una descripción instantánea o vector congruente, proponemos intentar lo que podría llamarse una integración compleja (integración que va más allá de resolver un patrón mal-formado y que abre muchos canales de crecimiento y potencial para el cliente). Nuestra estrategia para esto es simple: hacer un mapa de las polaridades de José simultáneamente en K a través de D y A, obteniendo una representación simultánea —es decir, una meta-posición. Una representación simultánea en K puede ser bastante incómoda, como lo habrán notado si alguna vez han escuchado y observado a una pareja discutiendo en terapia, estando ustedes mismos ya sea viendo-sintiendo u oyendo-sintiendo. Con el fin de hacer una buena demostración (siendo los autores actores de corazón y sabiendo que las buenas demostraciones motivan a los clínicos a soportar el desafío de aprender nuevas técnicas y formas de enfrentar la terapia), decidimos que cada uno de los autores representaría una de las polaridades de José como si fuéramos esa parte de él, en forma simultánea y con más fuerza de lo que él podía. Calmadamente le explicamos lo siguiente:
Terapeuta: José, tú entiendes que hay dos partes en ti mismo, una está en esa silla, se enoja y grita. Quiere que te pares en tus propios pies y que nadie te empuje de un lado a otro. El ve que ocurren cosas que no le gustan y te dice que debes pegarle a la gente y no ser un tonto, ¿verdad?
José: Sí.
Terapeuta: Y tienes otra parte, allá, que a veces tiene miedo y siente que es malo pegarle a las personas o decirles cosas desagradables que hieren sus sentimientos. Te dice que pidas perdón y que seas bueno para caerle bien a la gente, ¿es así?
José: Sí. Tengo las dos partes, y pelean entre ellas, tal como lo he estado haciendo yo en estas dos sillas, pero lo hacen en mi cabeza hasta que estallo. Entonces hago lo que no debo y me meto en problemas. Y siempre sé lo que debo hacer y todos me dicen que lo sé, pero como que pierdo el control de esta (señala la silla de la polaridad inculpadora) y ¡PUM! Luego esa (señala la silla apaciguadora) llega y me dice que pida perdón, me insulta (nótese el cambio de predicado) y todos piensan que estoy loco.
Terapeuta: No estás loco y creo que te podemos sacar de esto si logras soportar hasta el final algo que puede ser inusual y que te puede asustar un poco. John va a representar la parte tuya que se enoja, la que está allá, y yo voy a representar la parte que te dice que pidas perdón y que seas un buen niño, la que está acá. ¿Quieres participar con nosotros y prometernos que permanecerás hasta el final?
José: Por supuesto, si ustedes creen que me va a servir.
Terapeuta: Bien.
Ambos autores, en forma inmediata y abrupta, tomando a José por sorpresa, comenzaron a discutir entre ellos, al igual como lo había hecho José con sus polaridades cuando fueron clasificadas primero espacialmente y luego máximamente en un par de vectores bien-formados.
Los autores exageraron este proceso, exigiendo cada uno simultáneamente que José lo escuchara, que accediera a sus demandas e ignorara al otro.
Esencialmente, esto puso a José en la meta-posición de recibir sus dos polaridades simultáneamente en cada uno de sus canales de entrada y sistemas representacionales asociados.
Donde i ≠ j
El contacto y la meta-posición se han logrado, la respuesta mensaje resultante —canal de salida— fue solamente auditiva: un grito y un digital «cállense». El siguiente paso fue la re-codificación final y la integración.
Los autores luego le exigieron a José que tomara control de sus partes o retomarían la actuación simultánea de sus dos polaridades, obligándolo a escuchar a ambos como mediador desde una posición de control entre ellos, que reconociera los recursos de cada uno verbalmente, y luego construyera él mismo una estructura viable en la que cada parte tendría libertad para expresarse, reconociendo la necesidad de usar ambas para obtener el equilibrio.
Así, José re-codificó sus partes desde la fuente de sus problemas llegando a los recursos para enfrentarse a la tarea de vivir. Después de re-codificar verbalmente cada parte, se logró la integración en su sistema kinestésico, tomando de cada autor las habilidades definidas, una en cada mano, delicadamente juntándolas y esparciéndolas por todo su ser (cuerpo, ojos, etc.). Desde luego que la re-codificación no ocurre realmente afuera, pero la acción kinestésica va acompañada de la construcción neurológica de un nuevo mapa para el territorio en que previamente había dos mapas conflictivos. Los vectores resultantes fueron un conjunto de direcciones instantáneas; las opciones de José:
(V, V, Dv, 2, CE, _)c
(K, K, K, 1, LM, _)c
(A, D, D, _, _, _)c
Aun cuando esta no es una descripción instantánea completamente bien-formada, los cambios de José fueron sustanciales para una sesión, y estos cambios fueron obvios para las personas que lo rodeaban. Esta sesión sirvió de ejemplo para demostrar cómo un sistema de notación formal ayuda tanto a clarificar lo que ocurre en el proceso de terapia como a guiar a los terapeutas a diseñar sus propias técnicas y estrategias para ayudar a sus clientes en el proceso de cambio.