Para ayudar al cliente efectivamente, el terapeuta debe comprender su modelo y el proceso de modelamiento que usa para organizar su experiencia. El primer conjunto de preguntas o desafíos del Meta_modelo basado en la forma de las Estructuras de Superficie del cliente, incluye las distinciones del Meta-modelo:
Eliminación;
Falta de índice referencial;
Verbos inespecíficos;
Nominalizaciones.
La característica formal que une cada una de estas distinciones y sus correspondientes desafíos al Meta-modelo es que el desafío es la función inversa de la distinción del Meta-modelo que ha sido violada. En forma paralela al ejemplo de la eliminación, cuando el terapeuta detecta una representación de una Estructura de Superficie que incluye una frase sustantiva sin un índice referencial —es decir, cuando el modelamiento del cliente desde una Estructura de Referencia a una Estructura Profunda resulta en la pérdida de un índice referencial—, el desafío del Meta-modelo es exigir el proceso de modelamiento inverso. Así, el intercambio es el siguiente:
Cliente: La gente me da miedo.
Terapeuta: ¿Quién, específicamente, te da miedo?
O, en forma simbólica: Cliente (r) Terapeuta[Cliente (r1)]
Las dos distinciones restantes y sus correspondientes desafíos también son inversos y tienen una representación simbólica paralela:
Verbos Inespecíficos:
Cliente: Mi padre me da miedo. Cliente (v)
Terapeuta: ¿Cómo, específicamente, te da miedo?
Terapeuta [Cliente (v-1)]
y
Nominalizaciones:
Cliente: Quiero respeto. Cliente (n)
Terapeuta: ¿De quién quieres respeto?
Terapeuta [Cliente (n-1)]
Así, en la primera fase del trabajo terapéutico —reuniendo información—, la generalización formal es que la respuesta del terapeuta exija al cliente que realice la operación de modelamiento lingüística inversa. Si representamos las cuatro distinciones del Meta-modelo a través del símbolo griego especificadas por los símbolos:
e, r, v y n
Entonces la generalización es:
Cliente: α
Terapeuta: [Cliente (α-1)]
Dentro de este grupo, hay otras dos relaciones que queremos destacar. Primero, los procesos r y v y sus correspondientes desafíos del Meta-modelo r-1 y v-1 son procesos idénticos excepto en el dominio (el conjunto de cosas a las cuales se aplican) sobre el cual están definidos. El proceso r mapea (asociado con) sustantivos con índices referenciales hacia sustantivos sin índices referenciales, mientras el proceso v mapea verbos relativamente especificados hacia verbos menos especificados. Los procesos r-1 y v-1 constituyen los mapas inversos:
r-1 (frase sustantiva sin índice referencial) → (frase sustantiva con índice referencial)
v-1 (verbo relativamente inespecífico) → (verbo relativamente más específico)
Por lo tanto, el dominio de las funciones r y r-1 son las frases sustantivas y el dominio de v y v-1 son los verbos.
Segundo, las tres primeras distinciones están involucradas en la producción de la cuarta —en otras palabras, n y n-1 son funciones complejas que se descomponen en factores dentro de los tres primeros procesos, más un cambio de categoría. En el curso del proceso de nominalización, la representación lingüística cambia de predicado a sustantivo, de la representación de un proceso a la de un evento. Así, el cliente parte de una representación de Estructura Profunda:
Es decir, la representación de la Estructura de Superficie:
La frustración me preocupa. Cliente (n)
El terapeuta responde con el desafío del Meta-modelo:
¿Quién frustrando a quién te preocupa? Terapeuta [Cliente (n-1)]
Un esquema de aprendizaje que hemos visto una y otra vez en nuestros seminarios es que las personas que están aprendiendo el Meta-modelo tienen una tendencia a quedar atrapadas en un círculo; a menudo describen su experiencia «como dando vueltas y vueltas sin llegar a ninguna parte». Este círculo se da cuando el terapeuta permanece en estos patrones de primer nivel en los procesos e, r, v y n y en los patrones inversos, e-1, r-1, v-1 y n-1. El lector notará que este es un patrón común en otros niveles de estructura. En el trabajo de polaridades, por ejemplo, si el terapeuta representa la polaridad opuesta —lo inverso en ese nivel—, el cliente seguirá atascado en la polaridad dominante o en la polaridad inversa a la que está representando el terapeuta.
Para romper este círculo vicioso, el terapeuta agudiza su habilidad para escuchar y desafía las distinciones propias de la siguiente fase.