Bateson y sus colegas clasifican toda comunicación humana en dos partes o «niveles». Los llama mensajes de contenido y mensajes de relación. Más específicamente, la parte verbal (digital) de la comunicación (o lo que la persona dice con palabras) es considerada el mensaje de contenido de la comunicación, mientras la parte no verbal (analógica) de la comunicación es considerada el mensaje de relación. El siguiente diagrama les ayudará a comprender la relación entre la terminología de Bateson y aquella que usamos nosotros.
Usando el ejemplo dado previamente, tenemos la siguiente clasificación:
Además de clasificar la comunicación del cliente en las dos categorías de contenido y relación, Bateson ofrece el siguiente método para determinar cuál es la categoría válida de un mensaje:
Cuando un muchacho dice a una muchacha: «Te amo», está usando palabras para comunicar algo que se transmite en forma más convincente a través del tono de voz y de los movimientos, y la muchacha pondrá, si tiene sentido común, más atención a aquellos signos acompañantes que a las palabras.
(Pasos para una ecología de la mente, p. 442, Lohlé, Buenos Aires, 1976).
O, como dice también Bateson:
Se sabe que a nivel animal ocurre la presentación simultánea de signos contradictorios —posturas que expresan tanto agresión como evasión, y cosas por el estilo. Estas ambigüedades son, sin embargo, bastante diferentes del fenómeno familiar entre humanos donde las palabras de amistad de un hombre pueden estar en contradicción con la tensión o agresividad de su voz o postura. El hombre se involucra en una especie de engaño, un logro del todo más complejo.
(Pasos para una ecología de la mente, p. 455, Lohlé, Buenos Aires, 1976).
En ambas afirmaciones, Bateson establece que la parte de relación de la comunicación —lo transmitido no verbalmente— es la porción válida de la comunicación cuando existe una diferencia o una incongruencia. De hecho, en la última cita, utiliza la palabra engaño para describir el uso de palabras por parte de una persona para transmitir un mensaje que difiere del mensaje comunicado por la parte no verbal. El uso que hace de esta palabra presupone que el mensaje no verbal o analógico es el que refleja fielmente la verdadera naturaleza de los sentimientos e intenciones de la persona. Esta opción por parte de Bateson y de los terapeutas en general, se torna más comprensible al examinar el modelo que están usando para organizar su experiencia en terapia: la Teoría de los Tipos Lógicos.
En su adaptación de la Teoría de los Tipos Lógicos de Russell a la comunicación y la terapia, Bateson decide asignarle a la parte de relación de la comunicación —mensaje no verbal— un nivel más alto que a la parte de contenido de la comunicación. En otras palabras, el mensaje analógico, no verbal, es considerado meta —de un tipo lógico más alto— con respecto al mensaje verbal. Un mensaje, llamémoslo A, será considerado meta con respecto a otro mensaje B si el mensaje A es un comentario de B, o si, en forma equivalente, A contiene a B como una de sus partes (menor que la totalidad de A), o, equivalentemente, si A contiene a B en su esfera de acción (A es acerca de B). Un ejemplo ayudará. Un cliente dice:
Me siento enojado con mi trabajo. (= mensaje B)
El terapeuta responde preguntando:
¿Cómo te sientes sintiéndote enojado?
El cliente responde:
Siento temor de sentirme enojado con mi trabajo. (= mensaje A)
La afirmación del cliente, mensaje A, es acerca de la afirmación del cliente, mensaje B; por lo tanto, el mensaje A es meta con respecto al mensaje B. El mensaje A es un meta-mensaje con respecto al mensaje B.
Russell desarrolló la Teoría de los Tipos Lógicos para evitar las paradojas. Su teoría es que, una vez que las afirmaciones (o cualquier categoría de cosas consideradas) son clasificadas según su tipo lógico, deberían mantenerse separadas bajo pena de paradoja —es decir, mezclar afirmaciones (o cualquier objeto) de diferentes tipos lógicos es invitar a la paradoja—, una forma de patología a la cual los matemáticos son particularmente vulnerables. Consecuentemente, cuando Bateson adaptó la teoría de Russell, aceptó esta generalización según la cual objetos (en este caso particular, mensajes) de diferentes tipos lógicos o diferentes niveles lógicos deben ser mantenidos separados.
Específicamente, Bateson asignó a la parte de relación o analógica del acto de comunicación una posición meta con respecto al contenido o parte verbal de la comunicación —el mensaje de la postura corporal/movimiento/tonalidad/ritmo era un comentario del mensaje verbal[13]. Por lo tanto, la parte analógica y la parte verbal de toda comunicación son de diferente tipo lógico. Podemos representar esta clasificación visualmente de la siguiente manera: