VERIFICACIÓN DE UN CONTACTO SÓLIDO

Una vez que las polaridades del cliente se han expresado plenamente y han hecho contacto, la tarea del terapeuta es ayudar a las polaridades a llegar a un acuerdo, lo que les permitirá trabajar en armonía y convertirse así en recursos para el cliente. Con frecuencia, cuando las polaridades entran en contacto, logran una sólida unión que servirá de base para una acción coordinada. Cuando esto no ocurre espontáneamente, el terapeuta puede intervenir para:

  1. Determinar, específicamente, dónde las dos polaridades entran en conflicto;
  2. Hacerlas decidir cómo usar mejor sus habilidades en las áreas de comportamiento en las que previamente había conflicto;
  3. Establecer claves por medio de las cuales cada polaridad haga notar a la otra la necesidad de ayuda en estas situaciones de tensión.

El uso sistemático, por parte del terapeuta, de las técnicas de contacto previamente presentadas le permitirán descubrir con rapidez las áreas de comportamiento conflictivo de las polaridades y la forma en que mejor pueden llegar a coordinar sus esfuerzos. Debido a que cada polaridad tiene habilidades que la otra no tiene (por ejemplo, cuando son clasificadas visual/kinestésica, a una se le puede asignar la tarea de prestar atención a lo que se ve en una situación de tensión y a la otra lo que se siente), se trata en gran medida de asignar a cada polaridad tareas consecuentes con su especial habilidad.

El tercer paso para la verificación de un contacto sólido —establecer claves, señales entre polaridades— requiere de más comentarios. Cuando bajo una situación de stress, una de las polaridades comienza a comportarse de manera tal que llevará a ambas a un conflicto: es muy útil que las polaridades establezcan claves por medio de las cuales una pueda informar a la otra que esto está ocurriendo. Estas claves ayudan a las polaridades a coordinar sus habilidades de una manera no conflictiva. Por ejemplo, un terapeuta trabajando con una polaridad visual-inculpadora/kinestésica-apaciguadora tiene la siguiente opción para establecer claves:

Terapeuta: (Hablando a la polaridad kinestésica de Margot). ¿De qué te estás dando cuenta en este momento, Margot?

Margot: Huy; estoy tan emocionada. Ahora comprendo cómo podemos (las dos polaridades) trabajar juntas. Cuando comienzo a sentirme tensa y no sé qué está pasando, ella (la otra polaridad) me puede ayudar mirando a su alrededor y viendo exactamente lo que está ocurriendo, y así no me paralizo.

Terapeuta: Sí, ahora cámbiate, Margot. (Se cambia a la otra silla). Ahora, Margot, ¿de qué te estás dando cuenta?

Margot: Tengo muy claro cómo funcionará esto; puedo ver realmente lo útil que será ella (la otra polaridad) para mí. Odio ser torpe —no tener sentimientos—, entonces cuando veo que eso va a pasar, ella me ayuda a no ser torpe.

Terapeuta: (Comenzando a establecer claves). Bien; ahora, lo único que aún no comprendo es cómo, específicamente, le informas que necesitas su ayuda.

Margot: …¿Qué? No comprendo.

Terapeuta: Cuando notes que vas a necesitar su ayuda, ¿cómo se lo harás saber?

Margot: Bueno, no estoy segura…

Terapeuta: Margot, ¿qué es lo primero que percibes cuando notas que te pondrás torpe?

Margot: (Su respiración cambia). Yo… dejo de respirar…, o algo así… como ahora —estoy comenzando a ponerme torpe.

Terapeuta: Muy bien —ahora, qué tal si usas eso mismo como señal a tu otra parte para que te ayude a no ponerte torpe.

Margot: Sí, creo que entiendo; cuando mi respiración comience a cambiar, respiraré profundamente y le pediré ayuda a mi otra parte…