Nos referiremos ahora a las formas específicas para ayudar al cliente a expresar plenamente cada una de sus polaridades. Como lo mencionamos en el ejemplo, una excelente forma de lograr esto es que enunciados en Change [Cambio], Watzlawick, P.; Weakland, J. y Fisch, R.), esta técnica es asignada al cliente como una tarea. Milton Erickson usa con frecuencia esta técnica como un primer paso en su trabajo. Por ejemplo, trabajando con un cliente obeso que dice querer bajar de peso, Erickson le dará instrucciones para que suba de peso. Como señala Erickson, este manejo presupone que el cliente tiene control sobre su peso; así, el hecho de subir de peso equivale a aceptar la responsabilidad en un área de su comportamiento que previamente había considerado fuera de su control (véase Advanced Techniques of Hypnosis and Therapy [Técnicas avanzadas de hipnosis y terapia], J. Haley [ed. ]).
Si el cliente decide rechazar las indicaciones del terapeuta (tomar la opción (b)], generalmente responderá liberando las polaridades. En esta forma, ya sea que el cliente elija (a) o (b), la polaridad menos plenamente expresada emergerá y el proceso de crecimiento y cambio estará bien encaminado.
La segunda variación del juego de polaridades es que el terapeuta mismo represente la polaridad. Nuevamente, el objetivo es ayudar al cliente a expresar plenamente la más débil de las dos polaridades como un paso para integrarlas. Se aplica el mismo principio de polaridad. Debido a que el terapeuta desea ayudar al cliente a desarrollar la polaridad menos plenamente expresada, este representa la polaridad más plenamente expresada. Por ejemplo, el terapeuta adopta la postura corporal, gestos, tonalidad, velocidad del discurso, características sintácticas, predicados adecuados al sistema representacional, etc. —todos los sistemas de salida presentes en la polaridad más plenamente expresada del cliente. El punto crítico en esta alternativa es que el terapeuta debe ser más congruente y enérgico al presentar al cliente su polaridad que el cliente mismo. El resultado es inmediato y dramático. El cliente responde expresando la ex polaridad más débil. El terapeuta sigue representando la primera polaridad en forma exagerada hasta que el cliente exprese la polaridad opuesta con igual intensidad[23]. Rara vez el cliente se percata (conscientemente) de este manejo por parte del terapeuta. Aun cuando en caso que el cliente esté perfectamente consciente que el terapeuta está representando un juego de polaridades, responderá (previo a la integración) con la polaridad opuesta si el terapeuta sigue representando la polaridad más fuerte del cliente.
Ahora consideraremos el proceso mediante el cual el terapeuta descubre que el cliente ha logrado clasificar sus polaridades de una forma que le permitirá una integración significativa. Debido a que el propósito global del trabajo de incongruencia de la Fase 2 es cambiar incongruencias simultáneas en incongruencias secuenciales, el terapeuta usa todos sus canales de entrada —usa su cuerpo para tocar al cliente y verificar patrones musculares; sus ojos para observar cuidadosamente todos los paramensajes presentados por las posturas corporales y movimientos del cliente; sus oídos para escuchar atentamente la tonalidad, ritmo y predicados del sistema representacional— para determinar si el cliente es congruente en su comunicación al expresar primero una y luego la otra polaridad. Insistimos en que no hay, a nuestro entender, sustituto para los ojos, oídos y cuerpo del terapeuta, libres de interferencias, para verificar la congruencia en el cliente. En nuestros seminarios, instruimos a los terapeutas en entrenamiento para que hagan dos chequeos muy específicos. Las incongruencias de un cliente serán consideradas adecuadamente clasificadas para los propósitos de comenzar la integración cuando todas las siguientes condiciones estén presentes:
Cuando todas estas condiciones se han cumplido, el terapeuta procede a la integración de las polaridades. —Fase 3 del trabajo de incongruencia.