CANALES DE ENTRADA (INPUT)

Existen tres canales de entrada fundamentales a través de los cuales recibimos información acerca del mundo que nos rodea: visión, audición y kinestesia (sensaciones corporales). (Los otros dos canales sensoriales de entrada comúnmente aceptados —olfato y gusto— son aparentemente menos usados para obtener información acerca del mundo[1]). Cada uno de estos tres canales de entrada sensoriales, nos proporcionan un torrente de información que utilizamos para organizar nuestra experiencia. Cada uno de estos canales de entrada, tiene una serie de receptores especializados que transmiten tipos específicos de información. Por ejemplo, los neurofisiólogos han distinguido que dentro del ojo hay receptores cromáticos (conos ubicados en la fóvea ocular) y también receptores no cromáticos (bastones ubicados en la periferia del ojo). En el canal de entrada kinestésico, se ha demostrado también que existen receptores especializados para presión, temperatura, dolor y sensaciones profundas (propioceptores). El número de distinciones posibles en cada uno de los canales de entrada, no está limitado por el número de receptores especializados con cada uno de estos canales. Estímulos recurrentes o combinación de estímulos, de uno o más de estos receptores especializados en cada uno de los canales sensoriales, proporcionan información de naturaleza más compleja. Por ejemplo, la sensación de humedad puede desglosarse en una combinación de varios receptores diferentes especializados kinestésicamente, dentro de los receptores principales. Más aún, los canales de entrada pueden combinarse entre sí para proveer información de naturaleza aún más compleja. Por ejemplo, captamos la textura mediante una combinación de estímulos visuales, kinestésicos y (en algunos casos) auditivos.

Para nuestros fines, necesitamos señalar tan sólo que la información recibida a través de uno de los canales de entrada puede ser almacenada o representada en un mapa o modelo perteneciente a otro canal. Quizás el ejemplo más frecuente de esto es la habilidad que cada uno de nosotros tiene para representar información visual por medio del lenguaje natural —es decir, en palabras, frases y oraciones de nuestro lenguaje. Quizás tan frecuente, pero generalmente no reconocida en forma consciente, es nuestra habilidad para hacer descripciones o crear imágenes a partir de la información que recibimos a través del canal auditivo. Mientras estoy aquí sentado escribiendo esta frase, oigo los crujidos y silbidos de los troncos que arden en la chimenea a mis espaldas. Utilizando esta información auditiva como canal de entrada, genero la imagen de troncos ardiendo. Así, creo una representación visual a partir de información auditiva. Si en este momento, usted lector, se permite una pausa para percibir los sonidos que lo rodean sin mover los ojos, se dará cuenta que es capaz de crear imágenes visuales a partir de muchos de los sonidos detectados. Esta habilidad para crear representaciones desde un canal de entrada en base a la información proveniente de otro canal, será tratada más adelante.