La tercera Meta-Táctica consiste simplemente en sumar a la estructura de referencia del cliente otro sistema representacional. Al agregar un sistema representacional completamente nuevo, el modelo del mundo del cliente se expande notablemente, quedando disponibles muchas nuevas opciones. Consideremos el cambio en la experiencia de una persona que ha estado organizando sus experiencias exclusivamente en términos de sensaciones corporales (kinestésicamente), y de pronto es capaz también de representar su experiencia visualmente. Este cambio le permite literalmente una nueva perspectiva de vida, una nueva forma de tomar opciones vitales. La Meta-Táctica III se diferencia de la Meta-Táctica II en que en lugar de cambiar el mapa de la experiencia de un sistema representacional a otro, la persona retiene la experiencia en el actual sistema representacional y simplemente agrega otra representación completa a la misma experiencia.
María Luz, una mujer de aproximadamente 45 años, trabajaba con un grupo de terapeutas en entrenamiento. A medida que expresaba sus dificultades, el terapeuta notó que cuando hacía algún comentario crítico de su propio comportamiento, la cualidad de su voz cambiaba (tonalidad). Hablaba, literalmente, con una voz diferente. El terapeuta le pidió que repitiera algunas de esas críticas y que mientras lo hiciera, se percatara del tono de su voz. Cuando terminó, el terapeuta se inclinó hacia adelante y le preguntó de quién era la voz que había empleado. Respondió de inmediato que era la voz de su padre. En ese momento, el terapeuta le pidió que cerrara los ojos y escuchara la misma voz en su cabeza. Pudo hacerlo con facilidad. Luego, el terapeuta le pidió que mientras escuchara la voz de su padre, viera el movimiento de la boca de su padre, sus labios articulando las palabras. Cuando logró esto, le pidió que viera el resto de la cara de su padre.
El terapeuta siguió trabajando con María Luz, usando la voz de su padre para construir una representación visual completa que calzara con la voz que ella seguía escuchando en su cabeza. Cuando las representaciones visual y auditiva estuvieron coordinadas, el terapeuta usó el material como base para una dramatización en la cual María Luz representó tanto a su padre como a sí misma. Así, en esta última fase, se involucraron los tres sistemas representacionales: auditivo, visual y kinestésico. La técnica de dramatización basada inicialmente en una representación auditiva a la cual se le sumaron los otros sistemas representacionales (visual y kinestésico) —es decir, la Meta-Táctica III— le permitió a María Luz confrontar y sobreponerse a algunos graves bloqueos que le impedían continuar creciendo.
Esta experiencia con María Luz demuestra el uso de la Meta-Táctica III. El terapeuta detecta un repentino cambio en la conducta de un cliente. Haciendo uso del sistema representacional en el cual ocurre este repentino cambio como base para construir una estructura de referencia más completa (véase Magia l, Capítulo 6), el terapeuta descubre un punto de sobreposición entre el sistema representacional en el cual ocurrió el cambio y el sistema representacional que el terapeuta decide agregar. En este caso, como el sistema representacional inicial era auditivo (específicamente, la voz de otra persona), el terapeuta hace que la cliente forme una imagen visual de la boca que producía esa voz. Cuando una porción del nuevo sistema representacional queda ligada al sistema representacional inicial, el terapeuta puede trabajar con el cliente para desarrollar plenamente el nuevo sistema representacional. La consecuencia de esta Meta-Táctica es una notable expansión de la representación de la experiencia que le estaba causando dificultad. Esta representación expandida le permite al cliente tener un modelo más amplio, a partir del cual puede disponer de más opciones para realizarse en su vida. Así, la generalización de la Meta-Táctica III puede representarse de la siguiente manera:
Simbólicamente: