II. CAMBIO DE SISTEMAS REPRESENTACIONALES

Como lo señalamos repetidamente en Magia I, cuando las personas acuden a terapia con dolor, sintiéndose bloqueadas, sin alternativas, nosotros vemos que su mundo es lo suficientemente rico y variado como para que obtengan lo que desean, pero que la forma que usan para representarse el mundo no es suficientemente rica y variada. En otras palabras, la forma en que cada uno de nosotros representa su experiencia nos puede causar dolor, o bien permitirnos un proceso de vida rico, emocionante y florecedor. Más específicamente, si elegimos (conscientemente o no) representar ciertos tipos de experiencias en uno u otro de nuestros sistemas representacionales, lograremos causarnos dolor o permitirnos nuevas opciones. A continuación daremos algunos ejemplos de este proceso. Nótese que en cada caso, la Meta-Táctica de cambiar los sistemas representacionales permite al cliente sobreponerse al dolor o bloquear su futuro crecimiento y cambio.

Jorge, un hombre joven de casi 30 años, se ofreció de voluntario para trabajar en un grupo (Grupo de Entrenamiento para Terapeutas). Se le pidió que se sentara en el centro del grupo y contara sobre qué quería trabajar. Comenzó con un relato vago de los eventos del día, y luego con un movimiento de dolor, interrumpió su historia para quejarse de un agudo dolor de cabeza que lo había estado molestando desde hacía unas horas. Dijo que le era imposible concentrarse en el relato debido al dolor. El terapeuta decidió trabajar directamente con la representación física (kinestésica) usando la Meta-Táctica II. Habiendo escuchado atentamente los predicados usados por Jorge mientras se quejaba, el terapeuta reconoció que el sistema representacional más altamente valorado era el visual, a raíz de afirmaciones tales como:

No veo qué es lo que mi dolor de cabeza tiene

Trato de observar con cuidado las cosas que

No lo tengo claro en este momento. Si sólo pudiera enfocar

Luego el terapeuta puso una silla vacía al frente de Jorge y dijo:

Terapeuta: Jorge, mira la silla en frente tuyo; en este momento está vacía. Ahora, cierra los ojos, manteniendo en el ojo de tu mente una imagen clara, enfocada de la silla vacía frente a ti. Ahora hazme un cuadro de tu dolor de cabeza con las palabras más vividas y coloridas que puedas. Quiero que veas el modo exacto en que tus músculos se entrelazan, tensándose y causándote ese dolor. ¿Tienes una imagen clara?

Jorge: Sí, la veo claramente. (Jorge describe su dolor en términos visuales, mientras el terapeuta le hace preguntas [con predicados visuales] para ayudarlo a precisar mejor la imagen).

Terapeuta: Jorge, ahora respira profunda y rítmicamente. (El terapeuta se acerca a Jorge ayudándolo verbal y kinestésicamente [tacto] a desarrollar un patrón de respiración profundo y rítmico). Jorge, ahora quiero que veas claramente mientras respiras cómo en cada exhalación, sacas el dolor de tu cabeza. Quiero que veas cómo el dolor se va disolviendo lentamente, fluyendo de tu cabeza, a través de tu nariz, de tus fosas nasales, con cada exhalación profunda, respirando, exhalando esa nube de dolor que fluye y se arremolina en la silla frente a ti, obsérvalo ahí, enfoca su imagen en la silla mientras exhalas profundamente. Hazme una señal cuando enfoques la nube de dolor en la silla frente a ti con el ojo de tu mente.

Jorge hizo una señal cuando lo logró. Luego el terapeuta le ayudó a crear una cara y un cuerpo para esa nube en la silla. La cara y el cuerpo pertenecían a alguien con quien Jorge tenía asuntos no expresados e inconclusos. Después de que Jorge se expresó frente a esta persona, el terapeuta se inclinó y le preguntó cómo se sentía en ese momento. Jorge sonrió y con expresión de sorpresa respondió:

¡Vaya, me siento bien, completamente centrado —mi dolor de cabeza desapareció por completo!

Este proceso particular, el trabajo con un joven que tenía un intenso dolor de cabeza, requirió sólo de algunos minutos. El proceso es simplemente un ejemplo del uso efectivo de la Meta-Táctica II. Lo que hemos observado es que si las personas representan algunos tipos de experiencias en su sistema representacional kinestésico, logran producirse dolor. En este caso, si el terapeuta es capaz de determinar el sistema representacional más altamente valorado del cliente que no sea el kinestésico, podrá ayudarlo a re-mapear (re-codificar o re-representar) la experiencia que le está causando dolor desde el sistema kinestésico a otro sistema representacional altamente valorado. En otras palabras, el terapeuta ayuda al cliente a cambiar una experiencia del sistema representacional que está causando dolor, a otro que no le causará dolor, de una manera más fácil para el cliente. La generalización, entonces, de este caso y otros similares es que, cuando un cliente siente dolor (equivalente a un mensaje que ha representado kinestésicamente de tal manera que le está produciendo dolor), el terapeuta puede optar por trabajar directamente con ese dolor a través de:

  1. La identificación del sistema representacional más altamente valorado (aparte del kinestésico[8]);
  2. La creación de una experiencia mediante la cual el cliente cambia su mapa desde el sistema kinestésico hacia su sistema representacional más altamente valorado.

Por lo tanto,

Nótese que el Meta-modelo en sí mismo es comprendido como la función generadora de mapas que lleva una experiencia desde cualquier sistema representacional a la representación digital (palabras, frases y oraciones).

Así,

Susana, una mujer de casi 40 años, solicitó trabajar en el contexto de un Grupo de Entrenamiento para Terapeutas que nosotros dirigíamos. Le pedimos que se sentara en el centro del grupo y contara acerca de lo que quería trabajar. Dijo que estaba aproblemada por unas nítidas imágenes en su mente. Dijo que había tratado de deshacerse de ellas, pero que continuaban persiguiéndola, impidiéndole realizar muchas cosas. Escuchando cuidadosamente la elección de los predicados, el terapeuta determinó que el sistema representacional más altamente valorado era el kinestésico[9]. Se le pidió que describiera estas imágenes lo más detallada y vívidamente que pudiera. Cuando terminó su descripción, el terapeuta le pidió que repitiera nuevamente la secuencia, y esta vez la hizo actuar kinestésicamente cada una de las partes de sus imágenes visuales —es decir, ella se convirtió en cada una de las partes de su fantasía visual, experimentándolas directamente en su cuerpo[10]. Todo el proceso duró alrededor de veinte minutos, y al final de la dramatización, Susana afirmó que las imágenes que la habían estado persiguiendo se habían ido y que sentía un enorme incremento de energía.

Este segundo episodio nuevamente demuestra el poder de la Meta-Táctica II. En este caso, una mujer cuyo sistema representacional más altamente valorado era el kinestésico, experimentaba dificultad para enfrentar unas imágenes visuales. Ayudándola a traspasar el mapa de estas experiencias desde su sistema visual, a su sistema representacional más altamente valorado (kinestésico), ella pudo enfrentarlas y usarlas como fuente de energía para sí misma. La generalización aquí es que, cuando un cliente tiene dificultad para enfrentar alguna experiencia en un sistema representacional que no es el más altamente valorado, una excelente opción de parte del terapeuta consiste en ayudarle a re-mapear esa experiencia en su sistema representacional más altamente valorado. El sistema más altamente valorado de una persona es aquel en el que tiene mayor número de distinciones, y en el que generalmente enfrenta la situación en forma más efectiva.

Por lo tanto:

Sistema Representacional X → Sistema Representacional Y

Donde Y es el sistema representacional más altamente valorado del cliente.