Años decisivos

Rota ya la estructura del franquismo, los alumnos de la Universidad Autónoma de Madrid prepararon en 1977 una gran concentración de estudiantes y cantautores. Allí estuvimos todos, incluidos los cientos de guardias civiles cuyos tricornios acharolados brillaban al sol del mediodía, hasta que llegó la noticia del asesinato de un carlista a manos de otro carlista en Montejurra y el sol, que hacía brillar los charoles, se apagó de golpe. Lo que había sido emocionante y libertario podía acabar en sangriento enfrentamiento. Todos nosotros, conscientes de lo se estaba mascando, nos fuimos marchando de forma muy ordenada.

Ya montados en la furgoneta del grupo de música La Bullonera cruzamos en silencio las filas de guardias civiles y en Alcalá de Henares paramos a comer algo. Sentado en aquel restaurante de carretera recordé el momento en el que al subir a cantar se desplegó por la ladera una gran bandera tricolor. La garganta se me hizo un verdadero nudo casi insoportable y al abandonar el escenario como pude regresé al camerino donde andábamos los aragoneses albergados.

—De ésta no sé cómo vamos a salir —comentó Eduardo Paz, componente de La Bullonera.

Yo aún no me había enterado de nada y al saberlo me quedé perplejo y sin habla.

—Marchándonos ahora mismo —sentenció Javier Maestre, el otro Bullonera.

Todo era un sinvivir con las noticias más contradictorias, hasta que Montejurra se puso en primer plano y la muerte disolvió todos los sueños bajo la realidad de un disparo de pistola.