CARLOS (Analista)

Una vez más estábamos en el punto de partida. Permanecimos desconectados de la banda más o menos un mes, tiempo en el cual estuvimos buscando a alguien, buscándolos, buscándolos y finalmente nuestro apoyo fueron algunos datos vagos que teníamos en torno al tal Serafín, hombre de su confianza, y gracias a ellos logramos controlar a la mamá y a la hermana para tratar de ubicarlo.

Cuca, el hijo del carpintero, tampoco aparecía, todo el mundo seguía escondido, hasta que, a los treinta y tantos días, a finales de enero, apareció finalmente Serafín que le había entregado trabajo a otra persona y ya no tenía tanta importancia. Ahora el hombre era Tito —sobrino de los Úsuga—, un cabecilla financiero que entró a custodiar al objetivo.