CARLOS (Analista)

La escapada del bandido nos afectó un tanto porque ahora no sabíamos a dónde recurrir de forma inmediata. Es cierto, teníamos a Nelson, el mensajero, pero él no decía nada Teníamos también a Lentejo, el sobrino de la mujer, pero tampoco hablaba. ¿Qué hacíamos?

Bueno, pues finalmente logramos comunicamos con Cuca, que una mañana resolvió abrir la boca:

—Me va a llamar el Viejo.

Pero el Viejo no mandó por Cuca sino por los carpinteros que se habían quedado en el cerro construyendo la cabaña. Ellos decían que Mario no era mala persona. A toda la gente del sector le mandó construir pequeñas cabañas de madera, buscando que vivieran un poco mejor. Ésa era una forma de ganar su confianza y lograr que lo protegieran.

Los carpinteros ya habían construido varias y finalizaba diciembre, de manera que Mario le dijo a uno de ellos:

—Recojan sus herramientas, los necesito en otro lugar.

Ellos bajaron a las inmediaciones del Golfo y esperaron un nuevo aviso.

Bueno, pues casi al mismo tiempo apareció otro personaje que resultó importante para nosotros. Le decían Serafín y venía a cumplir las funciones de Nelson, el de las cartas.

Desde luego, Serafín era parecido a Nelson: se comunicaba por diferentes medios, cambiaba todos los días de sitio antes de dormir, algunas veces lo encontrábamos, otras no lo ubicábamos por ningún lado, era muy sigiloso. Sin embargo, siempre llegaba a Necoclí.

Serafín ubico allí a uno de los carpinteros y le dijo que había llegado el momento para el viaje. Luego llamo a la mama y le contó que se iba para «el otro lado», es decir, a la orilla opuesta del Golfo, Durante varios días salía, supuestamente se embarcaba en un bote y navegaba hasta Acandí. En los primeros viajes, pasó primero a uno de los carpinteros y luego al otro.

—Don Mario esta allá—le dijo al primero.

Nosotros iniciamos entonces otro proceso. Teníamos que tratar de enganchar nuevamente a los bandidos y tres semanas después o algo así, logramos hacer contacto con algunos y así fueron apareciendo más personajes de cuento: Pirarocú, Clavocaído, La Sapa, Guacamayo, el Mello, Vegueta, Repollo…

Supuestamente estaban construyendo allí una cabaña más; nos conectamos con una de las bandidas que habían trabajado para Mario y luego con cuatro personas más, y efectivamente confirmamos que el objetivo se encontraba en inmediaciones de Acandí hacia la frontera con Panamá.