FELIPE (Oficial superior)

En un punto del camino se bajó el ayudante de la tractomula y compró Gatorade, Red Bull, bebidas energizantes, galletas, golosinas que no son típicas de ese gremio.

—¿Cuántos van en la cabina? —le pregunté a mi compañera—. Yo veo dos.

—Yo también veo dos.

Antonio, nuestro jefe, estaba en la carretera con la mitad del grupo de comandos. Allí coordinó con la Policía local de una ciudad llamada Honda, los comandos se pusieron chalecos de la Policía de Carreteras y montaron un puesto de control en la entrada al municipio.

El lugar en el cual sería detenida la tractomula era una estación de gasolina escogida por el jefe, que tenía para él una historia especial. Exactamente en ese sitio salió nuestro grupo de comandos uniformados con chalecos de la Policía de Carreteras y detuvieron al vehículo.