FELIPE (Oficial superior)

En un restaurante de Taraza nos habíamos enterado de la existencia de un sujeto de toda la confianza de Víctor, el segundo Mellizo, a quien llamaban Juanes. Un muchacho de unos veinticuatro años.

El tipo era cercano al bandido, digamos que en algunos temas delictivos, pero también para asuntos de descanso, de quejas, de cobros, de cosas así. Este sujeto le consiguió dos mujeres prepago al segundo Mellizo.

Nosotros ya estábamos en operación pero seguíamos trabajando nuestra parte de Inteligencia y de investigación desde Tarazá y desde Caucasia. Realmente Juanes recogió a dos chicas prepago en Cali y se vinieron por tierra.

En Tarazá empezamos a hacerle la cacería, porque no sabíamos en qué se movía y después de mucha vigilancia en la carretera y mucha observación en el pueblo, logramos ubicar un vehículo Mitsubishi plateado en el que venían Juanes, otro hombre y dos mujeres.

¿Quién era el acompañante? ¿Recuerda usted el momento en que el Mellizo Pablo Arauca se voló del peaje en El Copey y capturamos a uno de sus guardaespaldas en la camioneta blanca abollada?

Ahora el mismo tipo iba como acompañante de Juanes y las dos mujeres. Eso nos dio más claridad. Entonces, de acuerdo con todo lo que estábamos hallando, confirmando y acopiando, dijimos: «Esta operación está entrando en su última fase».

Esa noche Juanes y las divas se metieron en un hotel de camioneros a la orilla de la carretera y formaron un merequetengue del diablo. Eran dos muchachas de Cali, como siempre jóvenes y como siempre bonitas, que soplaban marihuana como chimeneas. Nosotros nos habíamos hospedado en la habitación contigua, y bueno…

Pues a Juanes y sus chicas les llegó a la mañana siguiente un campero viejito, color rojo, un vehículo de bajo perfil que no generaba sospechas y pensamos que en ese iban a continuar hasta la cueva de Víctor.

Nosotros reportamos lo que había sucedido en Tarazá durante las últimas horas y respondieron.

—Quietos Esperen Tenemos información por el otro frente.

Sucede que en el momento en que Juanes hacia su bacanal. Raúl y sus comandos ya habían ubicado al objetivo y estaban haciendo la observación directamente sobre la casa, donde se movían una cocinera negra y un par de guardaespaldas.