ROBERTO (Oficial de Inteligencia)

El guerrillero llegó a Vigía del Fuerte para tomar un avión hacia Medellín. Eso nos generó una alerta para los dos muchachos que estaban allí uniformados como policías normales y ellos lo ubicaron en la pista aérea. Una vez capturado lo presionaron acusándolo de rebelión y, claro, él entendió que si no colaboraba iría a la cárcel.

Aquel hombre dijo inmediatamente que acababa de desertar, que quería desmovilizarse y que estaba dispuesto a colaborar plenamente, por lo cual lo enviaron de forma inmediata a Medellín.

Con el estudio de Inteligencia, además del trabajo en la zona, la labor de la analista que recogía las versiones de desmovilizados, cruzaba imágenes, basándose en información de computadoras que se habían incautado, guardando bases de datos de ellos mismos, ya sabíamos con exactitud quién era el desertor y le dijimos:

Usted es fulano de tal y tiene órdenes de captura por esto, esto y aquello.

Él se desesperó y dijo que había salido con el fin de desmovilizarse pues estaba descontento porque cuando el Paisa se emborrachaba golpeaba a los guerrilleros y los trataba muy mal.

En Medellín le mostraron fotografías y confirmó el sitio donde se alojaba el Paisa, pues reconoció con rapidez la playa ancha sobre el rio Murrí:

—A esa playa salimos todos los días a tomar el baño —dijo sin dudarlo.

Según él, por allí nunca cruzó el ejército y si sobrevolaban aeronaves, ellos nunca eran detectados por el espesor de la selva. En las imágenes, aquella manigua era tan sólida como un brócoli.

El tipo dijo que estaban en el lugar desde hacía tres meses y medio, lo cual coincidía con las fechas en que Rodrigo y Marcela comenzaron a desplazarse en bote, y con las coordenadas del GPS de Rodrigo.

—Como es un sitio tranquilo, allá no dormimos bajo cambuches cubiertos con plástico y ramas, sino en casas hechas en madera aserrada que nosotros mismos construimos —señaló—. Cuando sentimos aeronaves se apaga la planta eléctrica, se apagan los fogones para que no despidan humo y las casas no son detectadas porque, además de lo cerrada de la selva, están cubiertas por encima con plásticos negros.