Antes de enviar a aquella zona la pequeña camioneta le adaptamos un sistema de localización con varias configuraciones según el tipo de necesidades que se requirieran. Entonces vía satélite uno podía saber dónde estaba el vehículo, cuánto tiempo había dundo prendido, en qué punto y cuándo lo habían apagado, etcétera. Respuesta en tiempo real.
La verdad es que ese día ellos se estaban acercando al punto indicado por el cliente, a unas dos horas y media del pueblo. Nosotros captamos inmediatamente la alarma y también de forma inmediata les marqué al celular que tenían para su servicio interno, pero no contestaron. Lo hice por segunda vez y tampoco contestaron. Algo anormal estaba sucediendo.
A eso de las nueve y tantos de la mañana supimos que el vehículo estaba detenido y se mantenía inmóvil.
Luego supimos que a partir de allí los hicieron caminar más o menos media hora dentro de la selva, supuestamente para ir a hablar con el cabecilla y dejaron el carro en el lugar del asalto. Esperaron allí tres horas y el cabecilla no llegó, tiempo durante el cual nosotros no supimos nada de ellos fuera de concluir que estaban en un área guerrillera. En ese momento les marcamos nuevamente al celular de Fernando pero tampoco contestaron.