Al igual que la mayoría de los defensores de dejar el cuerpo humano en el basurero del siglo 20, los extropianos merecen un examen más atento. Ross, el director ejecutivo de Max More, y el resto de los miembros del movimiento, se reúnen alrededor de la bandera del «transhumanismo». El transhumanismo es el movimiento del potencial humano llevado a su último extremo: un humanismo tecnófilo, capitalista y radical, centrado en la transformación de uno mismo y de la especie a través de cualquier medio disponible: la «descarga» (que consiste en vaciar de información el cerebro para almacenarla en un ordenador y abandonar así el cuerpo mortal para siempre), la «nanomedicina» (el uso de la escala molecular para reparar daños y aumentar el sistema inmunológico), los implantes de nano-computadores (ordenadores moleculares integrados en el cerebro y que proporcionan memoria adicional, capacidad de proceso y programas de toma de decisiones), la ingeniería genética, las drogas inteligentes, la criogenización o la «psicología de la autotransformación», según la escuela de Anthony Robbins. Como se teorizaba en Extropy, el transhumanismo extropiano es un matrimonio entre Ayn Rand y Friedrich Nietzsche, más exactamente entre la convicción de Rand de que lo estático y lo colectivo están en la raíz de todo mal y las ideas complementarias de Nietzsche sobre el fin de la moral, la «voluntad de poder» y el Übermensch o superhombre.
MARK DERY