En 1971, un grupo de hippies tomó una base militar abandonada en Copenhague, Dinamarca, y proclamó allí el estado libre de Christiania, una micronación. Tras mantener un pulso con el gobierno danés, en 1987 fue finalmente reconocida como un microestado independiente. Entre los 18 jóvenes que tomaron aquella noche la base estaba un aún adolescente Hans quien, tumbado en el suelo, en aquella penumbra verdosa que como un residuo militar parecía flotar entre el pavimento y los altos tragaluces, decidió descalzarse para siempre: en sus pies desnudos y blancos halló un símbolo de paz y de vida no violenta. La población actual está compuesta por 760 adultos, 250 niños, 1.500 perros y 14 caballos.