Marc, siempre que va al mercado que hay en los bajos de su edificio, regresa enojado porque quieren venderle productos etiquetados como ecológicos o naturales. A mí, señora, deme usted lo artificial, ¿es que acaso me ve vestido de campesino? ¿No se ha enterado usted aún de lo que es la síntesis? Como no tiene lavadora lleva la ropa una vez por semana a una lavandería, que está a un par de manzanas, llamada Pet Shop Boys, cuyo dueño, un gay treintañero que heredó el negocio, tiene todo el día a ese grupo en el hilo musical instalado nada más morirse sus padres. Siempre saluda a Marc con un movimiento de mano y le cuenta que ha pedido unas nuevas lavadoras, muy potentes y baratas, que fabrican en un país del Este cuyo nombre siempre se le escapa. Marc, mientras espera, mira el rodar del tambor, y cada día se sorprende pensando que lo que da vueltas ahí dentro no es ni más ni menos que su propia piel solidificada. Pero hoy ha pensado que esa mezcla de pieles es la destrucción de la Teoría de Conjuntos, la derrota de los órganos de un cuerpo.