Marc conoció a Josecho a través de Internet, en una página web de moda. Lo que le atrajo a Marc de Josecho es que, según aseguraba esa web, fuera éste un exponente de una extraña literatura. Investigando un poco más supo que vivía en Madrid, que tenía 35 años, que admiraba a San Juan de la Cruz y a Coco Chanel a partes iguales, que practicaba la soledad con verdadero fanatismo y que también tenía por exponentes de auténticos fermiones [aunque él no los llamaba así], de una vida plena en soledad, a Nietzsche, Wittgenstein y Unabomber, sólo que él en su lista cambiaba a Cioran por Tarzán. Eso sí, del gran Henry J. Darger, aquel hombre que para Marc era el fermión absoluto, Josecho ni hablaba. También supo que observaba en las ciencias a la poética del nuevo siglo, y que, también igual que él, compartía punto por punto los versos de la canción de Astrud, «Qué malos son nuestros poetas». En esa página web también pudo descubrir que practicaba con furor una tendencia estética denominada por él mismo narrativa transpoética, consistente en crear artefactos híbridos entre la ciencia y lo que tradicionalmente llamamos literatura. Marc fue ganando curiosidad, sólo eso, pero lo que terminó por seducirle de Josecho fue saber que también vivía en una caseta construida en una azotea de un edificio de Madrid. Josecho, por su parte, nada más entrar en contacto con Marc por e-mail, se interesó por la Teoría de la Soledad Fermiónica, la cual consideró como un ejemplo casi en estado puro de narrativa transpoética. Marc le fue enviando, con cada mail, un archivo adjunto con las diferentes fases de su teoría. Cuando adquirieron más confianza, Marc le reveló que había conocido a otro transpoeta, un tipo alto y con barba, que en verano vestía un abrigo de tweed, que había desarrollado una teoría sumamente interesante denominada por sí mismo Teoría de las Bolas Abiertas o Rayuela B, pero que sólo lo había visto una vez, de pasada, y no sabía ni su nombre ni dónde hallarlo. Con el tiempo, Josecho le desveló varios de sus proyectos, que Marc consideró de suma importancia. El lazo fue estrechándose. Un día Marc no obtuvo más respuestas de Josecho. Insistió, pero nada. Así, desde hace un año.