Bajo este nombre
En la oscuridad vino este brutal asesino de familias, liberado y desatado, cuando todos salvo los fantasmas huyeron del salvaje pavoneo desaliñado (oh, conocía bien el dolor, dos fuegos de olvido inmenso ardían en su alma), y así los fantasmas se reunieron, invocados por uno que quiso alzarse, mortal y débil, en el camino del terrible asesino quiso alzarse este valioso necio, y jugárselo todo en el apretón de una mano, de cálida a fría, y dejarse guiar al lugar desaparecido largo tiempo atrás, y las bestias, desterradas largo tiempo atrás, a su palabra se despertarían una vez más. ¿Y quién estaba allí para advertirle? Bueno, nadie, y lo que se abrió camino en libertad no era amigo de los vivos. Cuando enfrentas al horror contra el horror, querido oyente, abandona toda esperanza… y monta un caballo veloz. |
Maese Ciego —Saedevar del Jhag Tajoancho |