Por todo lo que se hace real

en esta era que desciende,

donde los héroes nada dejan,

salvo el resonar férreo de sus nombres

en gargantas de vates,

me yergo en este silencioso corazón

llorando el ritmo fugaz

de vidas caídas en el polvo.

Y el tamizado susurro

proclama el tránsito de la gloria

cuando los cantos se apagan

en ecos moribundos

por todo lo que se hace real.

Los aposentos y salones

bostezan vacíos a mis lamentos,

pues alguien debe

dar respuesta.

Dar respuesta

a todo esto.

Alguien.

La era que desciende

—Torbora Fethena