¿NO CREES SISSY, que deberías salir a buscar un hot-dog? ¿O un trozo de pizza? Ya sabes, algún manjar que pueda mantenerse equilibrado entre varios dedos sin implicar a los pulgares. Subiendo la Primera Avenida, junto al Hospital Bellevue, hay un carrito. El paseo te sentaría bien. El sol.
¿No podrías pensar también, si has de pensar, en el parque de la plaza Tompkins? En un banco donde se tienden los borrachos y donde bambolean sus traseros las palomas… Tienes algo especial con las aves.
Inteligente, verdad, Sissy, el método del autor para sacar a colación las aves. ¿Has pensado últimamente en las aves? ¿Cuál fue tu reacción ante el artículo del Times de esta mañana? El que informaba de que el Congreso ha concedido autoridad al departamento de justicia para que actúe severamente contra cualquier persona o personas que amenacen la seguridad o impidan el libre movimiento de la última bandada de grullas chilladoras del mundo.
¿Dices que no estabas pensando en grullas chilladoras? Bueno, si tú lo dices.
No piensas esta mañana en grullas chilladoras. Piensas en… el tiempo.
El Pueblo Reloj espera el final del tiempo. El Chink dice que será una larga espera.
Te preguntas, como se han preguntado tantos, ¿tuvo un principio el tiempo? ¿Se detendrá? ¿O son pasado y futuro productos del presente? Tales cuestiones son tan importantes como anticuadas.
Lees que Joe DiMaggio ordenó que se colocasen rosas rojas frescas en la tumba de Marilyn Monroe cada tres días eternamente. No durante la vida de Joe DiMaggio, date cuenta, o mientras durasen Hollywood, sus películas y sus cementerios, sino eternamente. Y tú piensas: «Si el tiempo llega a acabarse, a Joe DiMaggio tendrán que devolverle parte del dinero».