Es tan densa la atmósfera en Venus que los rayos de luz se doblan como si fuesen de gomaespuma. La inclinación de la luz es tan extraordinaria que hace que el horizonte bascule hacía arriba. Así, si se colocase uno en Venus, podría ver el lado opuesto del planeta mirando directamente hacia arriba. Quizá sea mejor que nosotros, aquí en la Tierra, resistamos la tentación de espesar nuestra atmósfera. Quizá deberíamos recelar de esos dirigentes que insisten en que consideremos que la contaminación es nuestra aliada.
Imagínate que eres una vaquera, que trotas en tu potro por las lomas herbosas de Dakota. De pronto oyes trompetear un grito agudo. Te vuelves en la silla y miras hacia arriba… esperando ver una bandada de grullas chilladoras, bailando en el aire al son de su propia música chillona. Y en vez de eso, ves una corneta que toca a diaria al otro lado del mundo. El ejército chino vivaquea por el cielo.