19.2. ¿Podríamos realmente decir que…?: mi traducción de esta última frase es más bien libre, pero no veo otro modo de darle sentido. <<
19.3. Si yo tuviera una gran sabiduría, ¿a quién no toleraría?: es un signo de mediocridad encontrar a otras personas mediocres. Pascal lo señaló también: «Cuanto más inteligente es uno, más hombres originales encuentra. Las personas ordinarias no encuentran diferencias entre los hombres» (Pensamientos, recopilados por Kaplan, p. 1444; recopilación de Lafuma, p. 510). <<
19.4. Disciplinas menores: literalmente, «vías menores», es decir, competencias especializadas que, para el humanista confuciano, constituyen caminos laterales que corren el riesgo de apartarlo de la Vía universal. Sobre este punto, véase el texto y la nota 2.12. <<
19.8. Un hombre del vulgo siempre intenta encubrir sus errores: son posibles otras interpretaciones; véase, por ejemplo, la de Waley: «Cuando el hombre común se equivoca, siempre es por el lado de la excesiva elaboración». <<
19.13. Tiempo libre: hay que señalar que las traducciones más tradicionales habitualmente prefieren transcribir «la energía sobrante»; pero «tiempo libre» tiene un apoyo filológico y filosófico. Este concepto (you) es muy similar al que los antiguos griegos llamaron scholê (σχολή) para describir el estado de una persona que se pertenece a sí misma, que tiene libre disposición de sí. (La palabra griega scholê no sólo significa reposo u ocio, sino también la forma en que éste se utiliza: estudiar, aprender; por extensión, designa también el lugar en donde se estudia y se aprende: el aula o la escuela. La palabra castellana «escuela» procede, a través del latín, de la palabra griega scholê).
De este pasaje podemos deducir que, desde el punto de vista confuciano, tanto la política como la cultura, son hijas del ocio o tiempo libre; por ello, constituyen el terreno del caballero, que es el único que posee tiempo libre. El mismo punto de vista se desarrolló en la Grecia clásica. En uno de los diálogos de Platón, Sócrates pregunta: «¿Acaso somos esclavos o tenemos tiempo libre?». Bernard Knox ha comentado: «El tiempo libre se consideró como la condición indispensable de la buena vida y la condición característica de los hombres libres. Por ello, el siguiente proverbio griego es toda una definición: “Los esclavos no tienen tiempo libre”». De Grecia, esta idea pasó a Roma. El mismo concepto de «artes liberales» encarna la asociación entre los objetivos culturales y la condición del hombre libre (liber), como opuesto al esclavo (cuyas capacidades pertenecen a la esfera inferior de la actividad práctica technê (τέχνη). Véase Bernard Knox, The Oldest Dead White European Males and Other Reflections on the Classic, Nueva York, Norton, 1993, pp. 79 y 104).
Estos puntos de vista fueron mantenidos en la cultura europea. Samuel Johnson estaba simplemente afirmando la evidencia del sentido común cuando señalaba que «todo progreso intelectual surge del tiempo libre» (Boswell, Life of Johnson, anotación de 13 de abril de 1773). Pero un siglo después, Nietzsche iba a señalar la erosión de ocio civilizado, bajo lo que consideraba ser una nociva influencia norteamericana:
Hay algo bárbaro, característico de la sangre «piel roja», en la fiebre americana del oro. Su ansia incesante de trabajar —que es el vicio típico del Nuevo Mundo— está ahora llevando a la vieja Europa a la barbarie por contagio y está alimentando aquí una increíble esterilidad mental. La reflexión amplia se convierte prácticamente en una causa de remordimiento… «Haz algo en lugar de no hacer nada»; este principio es la cuerda con la que se estrangularán todas las formas superiores de cultura y gusto… Puede que lleguemos a un punto en el que nadie cederá a la inclinación por la vida contemplativa sin tener mala conciencia y sentirse lleno de desprecio por sí mismo. Sin embargo, en el pasado ocurría lo contrario; un hombre de origen noble, cuando la necesidad le obligaba a trabajar, ocultaba este hecho vergonzoso, y el esclavo trabajaba con el sentimiento de que esa actividad era esencialmente despreciable. (La gaya ciencia, IV, 329).
Ahora bien, la gran paradoja de nuestra época, por supuesto, consiste en que mientras que el desdichado lumpenproletariat es maldecido con el ocio forzoso a gran escala que es el paro permanente, los miembros de la elite culta, cuyas profesiones liberales se han convertido en máquinas sin sentido de hacer dinero, se están condenando a sí mismos a la esclavitud de las interminables horas de trabajo, día y noche sin respiro, hasta que se desmoronan como bestias de carga sobrecargadas. <<
19.18. El señor Meng Zhuang: hijo del señor Meng Xian, alto funcionario de Lu. <<
19.20. Zhouxin: véase la nota 18.1.
Opinión pública: estas dos palabras no se hallan en el texto original; las he añadido para clarificar el sentido del pasaje. <<
19.23. Shusun Wushu: alto funcionario de Lu.
Las cien estancias: «las cien guan». El significado original de guan es «estancia»; el sentido derivado es «oficial» (o «administrador», «funcionario»). Ambos sentidos se encuentran en las Analectas, pero la mayoría de los comentaristas creen que el primero es el que debe escogerse en este caso. <<
19.25. Chen Ziqin: véase los pasajes 1.10 y 16.13. <<