ALGUNAS ÚLTIMAS PALABRAS SOBRE LAS ÚLTIMAS PALABRAS

Al igual que al Gordo Halter, a mí me fascinan las últimas palabras. Para mí, esto comenzó cuando tenía doce años. Leyendo un libro de texto de historia, me encontré las palabras del presidente John Adams en su lecho de muerte: «Thomas Jefferson todavía vive». (Y a propósito, no era así. Jefferson había muerto más temprano ese mismo día, el 4 de julio de 1826; las últimas palabras de Jefferson fueron: «¿Hoy es el día Cuatro?»).

No puedo saber por qué me siguen interesando las últimas palabras ni por qué nunca dejé de buscarlas. Es cierto que de verdad me encantaron las últimas palabras de John Adams cuando tenía doce años. Pero también me encantaba una chica llamada Whitney. La mayoría de los amores no duran. (Whitney sin duda no duró. Ni siquiera me puedo acordar de su apellido). Pero algunos lo hacen.

Otra cosa que no puedo afirmar a ciencia cierta es que todas las últimas palabras citadas en este libro sean definitivas. Casi por definición, las últimas palabras son difíciles de verificar. Los testigos están cargados de emociones, el tiempo revuelve las cosas y el orador no está allí para aclarar cualquier controversia. He intentado ser preciso, pero no me sorprende que haya un debate sobre las dos citas centrales de Buscando a Alaska.

SÍMON BOLÍVAR

«¡Cómo voy a salir de este laberinto!».

En realidad, es probable que «¡Cómo voy a salir de este laberinto!» no fueran las últimas palabras de Simón Bolívar (aun cuando, históricamente, sí las dijo).

Sus últimas palabras pudieron haber sido: «José, trae el equipaje. No nos quieren aquí». La fuente significativa de «¡Cómo voy a salir de este laberinto!» es también la fuente de Alaska, el libro El general en su laberinto de Gabriel García Márquez.

FRANQOIS RABELAIS

«Voy en busca de un Gran quizá».

A Franqois Rabelais se le acreditan cuatro conjuntos diferentes de últimas palabras. El Oxford Book of Deathcita como sus últimas palabras: a) «Voy en busca de un Gran quizá»; b) (después de recibir la extrema unción) «Estoy engrasando mis botas para el último viaje»; c) «Vayan bajando el telón; la farsa ha terminado»; d) (envolviéndose en su dominó, o capa con capucha) «Beatiqui in Domino moriuntuf». El último, a propósito, era un juego de palabras[1], pero como está en latín, hoy en día rara vez se cita. De todos modos, yo descarto la opción d) porque es difícil imaginar a un Franqois Rabelais en su lecho de muerte con la energía para hacer un juego de palabras que requiriera energía, y sobre todo, en latín. c) Es la cita más común, porque es chistosa, y todos adoran últimas palabras chistosas.

Yo sostengo que las últimas palabras de Rabelais fueron «Voy en busca de un Gran quizá», en parte porque el libro —casi una autoridad— de Laura Ward Famous Last Words está de acuerdo conmigo y, en parte, porque yo creo en ellas. Yo nací en el laberinto de Bolívar y por ende debo creer en la esperanza del Gran quizá de Rabelais.

Para mayor información y notas de origen de las otras citas, favor de visitar mi sitio Web: www.sparksflyup.com

John Green