«… desempeñar el papel del trémulo biógrafo, tan henchido de su tema que siempre está anticipándose y perdiéndose desventuradamente respecto a acontecimientos posteriores. Su nerviosismo era mío; yo parodiaba mi propia ansiedad desbordante. Y fue una bendición desempeñar este papel: dejar que se escribiese el libro para mí, por así decir; ser consciente del carácter indirecto de mi responsabilidad junto a tan decidido empeño por lograr un carácter directo; irrumpir en la realidad del juego y en mi mundo privado. ¡Cuán necesarias fueron la máscara y la actitud juguetona —de esto tuve clara conciencia desde el comienzo mismo—, dada la seriedad de mi tarea!»
THOMAS MANN
Génesis de una novela