IV

Informe judicial sobre el secuestro con finalidad de extorsión en perjuicio del barón Valdemaro Rosellini (realizado por el comisario Nicola Scialoja).

De las averiguaciones realizadas sobre el hecho arriba mencionado, resulta cuanto se expone a continuación:

En el momento del secuestro, el barón ROSELLINI viajaba a bordo de su vehículo, un Mercedes turbo diesel de color beis. El acto fue cometido en las proximidades de la calle del Casale di San Nicola, localidad La Storta. Dos vehículos obligaron al coche del secuestrado a detenerse de través. Según lo referido por el testigo Oscar Marussi que seguía al secuestrado con su propio vehículo, un FIAT 131, se trataba de un CITRÖEN DS 21 y de una ALFETTA 1750 de color azul claro. El mismo Marussi ha declarado que los dos vehículos se pegaron a ambos lados del Mercedes del barón, forzándolo a parar. A continuación, cuatro personas se apearon del ALFETTA, aferraron al barón y lo arrastraron hasta el CITRÖEN, impeliéndolo a entrar en el mismo. El vehículo se puso de nuevo en marcha en dirección a Roma en tanto que los cuatro delincuentes, tras amenazar a Marussi, se marchaban también, tres a bordo del ALFETTA y el cuarto en el Mercedes del barón, que fue encontrado al día siguiente en la calle Cristoforo Colombo, cerca del número 459.

Los contactos telefónicos con la familia del secuestrado fueron efectuados desde localidades fuera del distrito (región geográfica diferente de Lazio) con el fin de impedir que funcionase el bloqueo de la red dispuesto por la Sip.

No obstante, de las grabaciones efectuadas por el personal operativo en el aparato receptor resulta que el autor de las llamadas, siempre la misma persona, debe de ser un individuo de sexo masculino, de edad comprendida entre los veinticinco y los veintiocho años, carente de un acento particular o capaz de simular diferentes acentos regionales.

La familia ha recibido cinco cartas en la que se les exige el pago de un rescate. Las mismas se han redactado empleando la técnica del collage de letras recortadas de los diarios romanos de mayor tirada (Il Messaggero y Paese Sera y, en una ocasión, el Secolo d’Italia, periódico de extrema derecha).

Las llamadas pedían en un principio un rescate de diez mil millones de liras, que posteriormente fueron rebajadas a siete y luego a tres. De acuerdo con las declaraciones de los parientes del barón Rosellini, ésta parece ser la cantidad que al final se ha pagado.

El primer mensaje fue dejado el 29 de diciembre de 1977 en las cercanías de la plaza Cavour y el mismo iba acompañado de tres fotografías Polaroid en las que aparece el secuestrado con una copia del Messaggero en la mano.

El 2 de enero de 1978, a las 16 horas, fue concertada una cita en el bar Cubana, donde el hijo del secuestrado, Alessandro, esperó en vano una llamada que se produjo después de que éste hubiese abandonado el local. A la cita del mismo día en el bar Georgia tampoco se presentó nadie.

El 11 de febrero informan de la existencia de un mensaje en un bidón de basura del lungotevere[1] di Pietra Papa, sin resultado.

El 15 de febrero citan a ALESSANDRO ROSELLINI en la estación de Termini para que retire el mensaje que han dejado en el interior de una cabina automática de fotos. El mensaje, redactado con la habitual técnica de las letras recortadas, le ordena que se vaya a Torvajanica. En esta localidad, el joven recibe un segundo mensaje que fija una ulterior cita en el autoservicio de la estación de Pontecorvo en la Autosole. A la misma no se presenta nadie.

El autor de las llamadas echa en cara a ROSELLINI el hecho de haber sido seguido por la policía.

El 23 de febrero tiene lugar una nueva cita en el Fungo dell’Eur, de nuevo no aparece nadie.

Lo mismo sucedió en la sucesiva, fijada para el 27 de febrero en la localidad de Piancastagnaio di Siena.

El 2 de marzo se efectúa por fin el pago del rescate en la calle Cassia, en el enlace con Monterosi di Viterbo. El testigo —que en ese momento no era objeto de vigilancia por expresa disposición de la autoridad judicial procedente— ha declarado que arrojó la bolsa con el dinero siguiendo las órdenes de tres individuos con la cara oculta que se encontraban en el interior de una furgoneta Fiat con matrícula Vt, Viterbo.

Los billetes del rescate han sido localizados en varias localidades italianas, sin que sea posible deducir de ello ningún elemento relevante para la investigación.

Resulta superfluo indicar que el hecho de que el secuestrado no haya regresado a su casa, a pesar de que se haya producido el pago del rescate, hace pensar que la conclusión del delito ha sido la más trágica posible.