El suegro de TC no aceptó las monedas de treinta y cinco años que ofrecía el Gbrno y, así, se quedó sin $ para siempre.
DP volvió a su pueblo natal, guardó todas sus monedas de T y se dedicó a observar escarabajos peloteros el resto de su vida. Solamente él sabía que tal afición provenía de la enorme necesidad que tenía de que le hicieran la pelota constantemente. Y es que DP son las siglas de «Director de Personal», por si el lector lo había olvidado.
DVD volvió a su colmado, donde nunca más aceptó sugerencias de nuevos productos por parte de TC; quizás el motivo fue que este nunca le hizo ninguna otra.
Los cinco ingenieros regresaron a Frascos & Frascos, donde siguieron haciendo cálculos que no conducían a ninguna parte, pero que justificaban sus elevados sueldos.
La vecina del cuarto segunda volvió a casa con su marido, porque el Dr. Che no le hizo el amor ni una sola noche.
El Dr. Che se hizo un psicoanálisis a sí mismo, en el que descubrió que, en realidad, era una mujer, lo cual hacía ya T que le decía su ginecólogo.
Aarón, el abogado que le ayudó en los trámites de constitución de Libertad, S. L., estuvo lamentando mucho T que TC hubiera sido juzgado por la vía militar, pues hubiera tenido en sus manos el juicio del siglo.
El cuñado de TC pasó años y años discutiendo el tipo de cambio entre un minuto y un $, para poder exigir a TC el coste de los visillos en monedas de minutos. Jamás cobró su deuda.
El profesor de primaria no consiguió aliviar su tartamudez y pasó toda su vida impartiendo la mitad de los temarios a que obligaba el Departamento de Educación. El colegio nunca supo nada, pues a los alumnos les resultaba ideal estudiar sólo la mitad de lo que correspondía.
Y TC volvió a su casa de cien metros para los amigos y sesenta según el plano, donde vivió feliz con MTC, TC-1 y TC-2, aunque este último es el único de la familia que todavía no ha aparecido. Y es que en todas las familias al pequeño no se le hace ni caso y esta novela no es una excepción.
MTC le compró un pequeño terrario lleno de Hrmgas a su marido, y así este descubrió que las Hrmgas de Cbza Rja no tenían la Cbza Rja, sino azul. Ante tamaña decepción, dejó de interesarse por ellas para siempre.
FIN