[1] Publicó, entre otros poemas, “Insurrección del sud de la provincia de Buenos Aires en octubre de 1839” (1849), “La guitarra” (1849), “Avellaneda” (1950), “El angel caído” (1846).<<
[2] La “Asociación Joven Argentina” o “Asociación de Mayo” fue fundada en 1838. Un descuido de Echeverría al fechar la cronología en 1837 llevó a que se considerara por mucho tiempo ese año como el de su fundación. Luego se ha mantenido esa fecha, no obstante, para denominar a esta generación. <<
[3] Weinberg, F., Esteban Echeverría. Ideólogo de la Segunda Revolución, Buenos Aires, Taurus, 2006, Pág. 239. <<
[4] Lotman, I., en “Teoría de la interacción de las culturas”, Criterios, 32, La Habana, 1994. <<
[5] Echeverría desarrolló a través de varios ensayos su concepción sobre la poesía. Algunos todavía inéditos y otros meros apuntes, fueron incluidos por J. M. Gutiérrez en la edición de las Obras completas. En “Fondo y forma en las obras de imaginación” afirma con énfasis que “cada concepción poética tiene en sí su propia y adecuada forma; cada artista origina sus ideas y modos de expresarlas; cada pueblo o civilización su poesía, y por consiguiente sus formas poéticas características”. (O. C., V. V) <<
[6] Capítulo VI, “Las canciones” citada en Weunberg, F., Esteban Echeverría…, pág 69-82 <<
[7] Ibidem, pág. 117. <<
[8] Ibidem, Págs. 59-60. <<
[9] Aquí aparecen los términos regionales “huinca”, “fachinales”, “maloca”, “carancho”, “valichu”, “bolazo” y “ñacurutú”. <<
[10] Consúltese sobre este tema Juan Carlos Ghiano, “El matadero” de Echeverría y el costumbrismo, Buenos Aires, CEAL, 1968. Jitrik, N., “Forma y significación en ‘El matadero’ de Esteban Echeverría”, en El fuego de la especie, Buenos Aires, Siglo XXI, 1971 <<
[11] Según Axel Gasquet en su libro Oriente al Sur. El orientalismo literario argentino de Esteban Echeverría a Roberto Arlt (Buenos Aires, Eudeba, 2007), Echeverría habría conocido a Espronceda en su estadía en París. Señala también la coincidencia o interinfluencias mutuas, ya que Espronceda también tiene en su obra una composición titulada “La cautiva” (pp. 58-60). <<
Se ha creído necesaria la explicación de algunas voces provinciales, por si llega este libro a manos de algún extranjero poco familiarizado con nuestras cosas. Se omite la de otras, cuya inteligencia es obvia, que el autor ha usado intencionalmente para colorir con más propiedad sus cuadros, como caballo parejero por “caballo de carrera”; beberaje, por “borrachera”; bañado, por “campo anegado”; parar la oreja el caballo por “moverla erguida” en señal de sobresalto, etc., etc.
[12] Toldería: el conjunto de chozas o el aduar del salvaje. <<
[13] Yajá: el P. Guevara hablando de esta ave, en su Historia del Paraguay, dice: «Al Yahá justamente le podemos llamar el volador y centinela. Es grande de cuerpo y de pico pequeño. El color es ceniciento con un collarín de plumas blancas que lo rodean. Las alas están armadas de un espolón colorado y fuerte con que pelea… En su canto repite estas voces: yahá, yahá, que significan, en guaraní, “vamos, vamos” de donde se le impuso el nombre. El misterio y significación es que estos pájaros velan de noche, y, en sintiendo ruido de gente que viene, empiezan a repetir yahá, yahá, como si dijeran: “vamos, vamos que hay enemigos, y no estamos seguros de sus asechanzas”. Los que saben esta propiedad del Yahá, luego que oyen su canto se ponen en vela, temiendo vengan enemigos para acometerlos». En la provincia se llama Chajá o Yajá indistintamente. <<
[14] Ranchos: cabañas pajizas de nuestros campos. <<
[15] Fachinales: llámase así, en la provincia, ciertos sitios húmedos y bajos en donde crece confusa y abundantemente la maleza. <<
[16] Maloca: lo mismo que incursión o correría. <<
[17] Sabática fiesta: junta nocturna de los espíritus malignos, según tradición comunicada a los pueblos cristianos por los judíos. <<
[18] Huinca: voz con que designan los indios al cristiano u hombre que no es de su raza. <<
[19] Carancho: ave de rapiña. <<
[20] Valichu: nombre que dan al espíritu maligno los indígenas de la pampa. Hemos leído en Faulkner: Valichu, comúnmente se dice Gualicho. <<
[21] Bolas: arma arrojadiza, que se compone de tres correas trenzadas, ligadas por un extremo, y sujetando en el otro otras tantas esferas sólidas de metal o piedra. <<
[22] Ñacurutú: especie de lechuza grande, cuyo grito se asemeja al sollozar de un niño. <<
[23] Pajonal: paraje anegado, en donde crece la paja enmarañada y alta. Los hay muy extensos, y algunos a la distancia aparecen en la planicie como bosques; son los oasis de la pampa. <<
[24] Ondina: deidad fantástica de las aguas. <<
[25] Antar: célebre poeta árabe, de quien M. de Lamartine cita algunos fragmentos en su viaje a Oriente: de ellos se ha tomado el tema que encabeza este canto. <<
[26] Ombú: árbol corpulento, de espeso y vistoso follaje, que descuella solitario en nuestra llanura como la palmera en los arenales de Arabia. Ni leña para el hogar, ni fruto brinda al hombre; pero sí fresca y regalada sombra en los ardores del estío. <<