[1] Dreams: Their Meaning and Practical Application (Nuera York: Greenberg, 1931), p. 124. "El material de sueños en este libro —dice el autor (p. VIII)—, está tomado principalmente de más de mil sueños que me han sido enviados semanalmente para análisis, en conexión con mis trabajos publicados en todos los periódicos del país. También he utilizado sueños que he analizado en mi práctica privada." Contrastando con la mayor parte de los sueños presentados en trabajos similares sobre la materia, los utilizados en esta popular introducción a Freud, vienen de personas que no están siendo analizadas. Son extraordinariamente ingenuos.
[2] Géza Róheim, The Origin and Function of Culture (Nervous and Mental Disease Monographs, N° 69, Nueva York, 1943), pp. 17-25.
[3] D. T. Curlingham, "Die Einfühlung des Kleinkindes in die Mutter", Imago, XXI, p. 429; cita de Géza Róbeim, War, Crime and the Covenant (Journal of Clinical Psychopathology, Monograph Series, N° 1, Monticello, N. Y, 1945). p. I.
[4] Róheim, War, Crime and the Covenant, p. 3.
[5] Sigmund Freud, La interpretación de los sueños (Obras Completas, vol. I, p. 392; traducción de Luis López-Ballesteros y de Torres. Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 1948).
[6] Una teoría sexual “3) Las metamorfosis de la pubertad". Obras Completas, vol. I, p. 815.
[7] (Hamlet, II, II). “Todos los neuróticos —escribe el Dr. Freud—, son Edipo o Hamlet”. Y en cuanto al caso de la hija (que es un grado más complicado), el pasaje que sigue ha de bastar para la propia exposición. “Soñé la noche pasada que mi padre apuñalaba a mi madre en el corazón. Ella murió. Nadie lo acusó por lo que hizo, pero yo lloraba amargamente. El sueño y él y yo nos fuimos juntos en un viaje; yo me sentía muy feliz”. Este es el sueño de una mujer soltera de veinticuatro años. (Wood, op. cit., p. 132)
[8] Wood, op. cit. pp. 92-93.
[9] En los ceremoniales del nacimiento y del entierro, los efectos significativos son, por supuesto, los experimentados por los padres y parientes. Todos los ritos de iniciación deben afectar no sólo a los candidatos, sino a cada miembro de su círculo.
[10] A. Van Gennep, Les rites de passage (París, 1909).
[11] Géza Róheim, The Eternal Ones of the Dream (Nueva York; International Universities Press, 1945), p. 178.
[12] C. G. Jung, Wandlungen und Symbole der Libido (2° edición, Leipzig-Viena, 1925), p. 355; traducida por Beatrice M. Hinkle bajo el título Psychology of the Unconcious, A Study of the Transformations and Symbolism of the Libido (Nueva York: Dodd, Mead and Company, 1937), p. 413.
[13] Harold Peake y Herbert John Fleure, The Way of the Sea y Merchant Venturers in Bronze (Yale University Press, 1929 y 1931).
[14] Das unbekannte Afrika (Munich, Oskar Beck, 1923), pp. 10-11.
[15] Ovidio, Metamorfosis, VIII, 132; IX, 736.
[16] The Waste Land, 340-345.
[17] Arnold J. Toynbee, A Study of History (Oxford University Press, 1934), vol. VI, pp. 169-175.
[18] "Formas o imágenes de naturaleza colectiva que toman lugar en toda la Tierra, que constituyen el mito y que al mismo tiempo son productos autóctonos e individuales de origen inconsciente", (C. G. Jung, Psychology and Religión, Yale University Press, 1938, p. 63; ver también por el mismo, autor, Psychologische Typen, Zurich, 1921, pp. 540, 596-603).
Como dice el Dr. Jung (Psychology and Religion, p. 64), la teoría de los arquetipos no es de ninguna manera invención suya. Comparar con Nietzsche: "En nuestros años atravesamos el pensamiento de toda la humanidad primaria. De la misma manera en que el hombre razona en sus sueños, razonaba en su etapa primera hace miles de años… El sueño nos retrotrae a las etapas primitivas de la cultura humana y nos da un medio para entenderlas mejor." (Friedrich Nietzsche, Humano, demasiado humano, citado por Jung, Psychology and Religion, pp. 122-123)
Compárese con la teoría de Adolf Bastian de las "ideas elementales" étnicas, las cuales, en su carácter psíquico primario (correspondiente a los logoi spermatikoi de los estoicos), deben considerarse como “las disposiciones espirituales (o psíquicas) en germen, de las cuales se ha desarrollado orgánicamente toda la estructura social completa” y como tales, deben servir de base a la investigación inductiva (Ethnische Elementargedanken in der Lehre con Menschen, Berlín, 1895, vol. I, p. IX).
Compárese con Franz Boas: “Desde la cuidadosa discusión de Waitz de la cuestión de la unidad de la especie humana, no queda duda en lo general de que las caractérísticas mentales básicas del hombre son las mismas en todo el mundo”. (The Mind of Primitive Man, p. 104; The Macmillan Company). “Bastian habló de la tremenda monotonía de las ideas fundamentales de la especie humana en todo el globo” (op. cit. p. 155). “Ciertos patrones de asociación de ideas pueden reconocerse en todos los tipos de cultura” (op. cit. p. 228).
Compárese con Sir James Frazer: "Nosotros, como algunos investigadores de antiguos y modernos tiempos, no necesitamos suponer que estos pueblos occidentales tomaran prestado de la más antigua civilización de Oriente el solemne ritual que dramatizaba ante los ojos de los adoradores la concepción del dios moribundo y renaciente. Más probablemente la semejanza que pudiera trazarse a este respecto entre las religiones del Oriente y el Occidente consiste sólo en lo que común aunque incorrectamente llamamos una coincidencia fortuita, el efecto de causas similares actuando de igual modo sobre la constitución semejante de la mente humana en los diferentes países y bajo distintos cielos." La rama dorada, Fondo de Cultura Económica, 3ª ed., 1956, pp. 443-444.
Compárese con Sigmund Freud: “Reconocí el simbolismo de los sueños desde su planteamiento, pero sólo fue poco a poco como llegué a una apreciación completa de su amplitud y significado, como resultado de la experiencia y bajo la influencia de los trabajos de W. Stekel… Stekel encontró sus significados simbólicos por medio de la intuición, en virtud de su facultad individual de comprender inmediatamente los símbolos… La experiencia progresiva del psicoanálisis nos ha permitido descubrir pacientes que han prestado en un grado sorprendente esta comprensión inmediata del simbolismo de los sueños… El simbolismo no pertenece especialmente a los sueños, sino más bien a la imaginación inconsciente, particularmente a la de los pueblos, y se encuentra en condiciones más desarrolladas, en cuentos populares, mitos, leyendas y en los continuos absurdos de la conducta de los pueblos que en los sueños.” La interpretación de los sueños, capítulo VI, op. cit.
El Dr. Jung señala que ha tomado el término arquetipo de las fuentes clásicas: Cicerón, Plinio, el Corpus Hermeticum, San Agustín, etc. (Psychology and Religión, p. 122). Bastian señala la correspondencia de su teoría de las "ideas elementales" con el concepto estoico de los logoi spermatikoi. La tradición de las "formas subjetivamente conocidas" (sánscrito: atarjñeyarupa) coincide de hecho con la tradición del mito, y es la clave para la comprensión y el uso de las imágenes mitológicas, como ha de comprobarse abundanteniente en los siguietes capítulos.
[19] Esta es la traducción de Géza Róheim de un término australiano aranda, altjiranga mitjina, que se refiere a los antecesores míticos que vagaban por la tierra en los tiempos llamados altjiranga nakala. "el ancestro existía". La palabra altjira significa: a) un sueño, b) ancestro, seres que aparecen en el sueño, c) una historia (Roheim, The Eternal Ones of the Dream, pp. 210-211)
[20] Debe decirse, en contra del profesor Toynbee, que malinterpreta seriamente la escena mitológica cuando dice que la cristiana es la única religión que enseña esta segunda tarea. Todas las religiones la enseñan, como también lo hacen todas las mitologías y cuentos populares en todo el mundo. El profesor Toynbee llega a esta construcción errónea por una interpretación vulgar e incorrecta de las ideas orientales de Nirvana, Buddha y Bodhisattva; y contrasta luego estos ideales, mal interpretados, con una reinterpretación muy sofisticada de la idea cristiana de la Ciudad de Dios. Esto es lo que lo lleva al error de suponer que la salvación de la situación actual del mundo puede estar en el retorno a los brazos de la Iglesia Católica Romana.
[21] Frederick Pierce, Dreams and Personality (D. Appleton and Co., Publishers, 1931), pp. 108-109.
[22] Palabras escritas sobre la Puerta del Infierno:
Per me si va nella cittá dolente,
Per me si va nell'eterno dolore,
Per me si va tra la Perduta Gente.
Dante, "Inferno", III, 1-3.
(La Divina Comedia se cita según la traducción publicada en 1921 por la Universidad Nacional de México.)
[23] Compárese con Dante, "Infierno", XIV, 76-84: "…un riachuelo, cuyo color rojo aún me horripila… cuyas aguas se reparten las pecadoras".
[24] Compárese con Dante, "Purgatorio", XXVIII, 22-30: "…un riachuelo, que corriendo hacia la izquierda, doblegaba bajo el peso de pequeñas linfas las hierbas que brotaban en sus orillas. Las aguas que en la tierra se tienen por más puras, parecerían turbias comparadas con aquéllas, que no ocultan nada".
[25] El Virgilio de Dante.
[26] "Los que antiguamente fingieron la edad de oro y su estado feliz, quizá soñaron en el Parnaso este sitio. Aquí fue inocente el origen de la raza humana; aquí la primavera y los frutos son eternos: éste es el verdadero néctar de que todos hablan." ("Purgatorio", XXVIII, 139-144.)
[27] Katha Upanishad, 3-14. (A menos de que se especifique otra cosa, todas las citas de los Upanishads han sido tomadas de Robert Ernest Hume, The Thirteen Principal Upanishads, translated from the Sanskrit, Oxford University Press, 1931.)
Los Upanishads son tratados hindúes sobre la naturaleza del hombre y del universo, y forman la última parte de la tradición ortodoxa de la especulación. Los más antiguos datan aproximadamente del siglo VIII a.C.
[28] James Joyce, El artista adolescente, (traducción de Alfonso Donado; Biblioteca Nueva, Madrid, 1926), p. 276.
[29] Aristóteles, On the Art of Poetry, (traducido por Ingram Bywater, con un prefacio por Gilbert Murray, Oxford University Press, 1920), pp. 14-16.
[30] Robinson Jeffers, Roan Stallion (Nueva York: Horace Liveright, 1925). p. 20.
[31] Eurípides, Las bacantes, 1017 (traducción de Gilbert Murray).
[32] Eurípides, Las cretenses, frg. 475, ap. Porfirio, De abstinentia, IV, 19, traducción de Gilbert Murray. Ver el estudio de estos versos por Jane Harrison, Prolegomena to a Study of Greek Religion (3° edición, Cambridge University Press, 1922), pp. 478-500.
[33] Ovidio, Metamorfosis, XV, 165-167; 184-185.
[34] Bhagavad Gita, 2:18 (traducción por Swami Nikhilananda, Nueva York, 1944).
[35] La palabra monomito se ha tomado de James Joyce, Finnegans Wake (Nueva York, Viking Press. Inc. 1939), p. 581.
[36] Virgilio, Eneida, VI, 892.
[37] Éste es el momento más importante de la mitología oriental, un contrapunto de la crucifixión del Occidente. El Buddha debajo del Árbol de la Iluminación (el Árbol Bo) y Cristo bajo el Árbol de la Redención son figuras análogas, incorporadas al arquetípíco Salvador del Mundo, al motivo del Árbol del Mundo, que es de inmemorial antigüedad. Muchas otras variantes del tema se encontrarán en episodios subsecuentes. El Punto Inmóvil y el Monte Calvario, son las imágenes del Ombligo del Mundo o el Eje del Mundo (ver p.40, infra).
El llamado a la tierra como testigo se representa en el arte tradicional budista por medio de imágenes del Buddha, sentado en la clásica postura, con la mano derecha sobre la rodilla derecha y con los dedos tocando ligeramente el suelo.
[38] El problema es que el estado de Buddha o Iluminación, no puede ser comunicado sino sólo el camino hacia la iluminación. Esta doctrina de la incomunicabilidad de la verdad que está por encima de los nombres y de las formas es básica a las grandes tradiciones orientales y platónicas. En cuanto las verdades de la ciencia son comunicables, por medio de hipótesis demostrables racionalmente fundadas en hechos observables, el ritual, la mitología y la metafísica no son sino guías para llegar a la iluminación trascendental cuyo paso final debe dar cada uno en su propia experiencia silenciosa. De aquí que uno de los términos sánscritos para sabio sea mũni (el silencioso). Sãkyamũni (uno de los títulos de Gautama Buddha) significa "el silencioso o sabio (mũni) del clan de los Sãkya". Aunque él es el fundador de una religión mundial, el último punto de su doctrina permanece escondido y, necesariamente, en silencio.
[39] Tomado en forma muy abreviada de Jataka, Introducción, I, 58-75 (traducción de Henry Clarke Warren, Buddhism in Translations; Harvard Oriental Series, 3; Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1896, pp. 56-87) y del Lalitavistara como lo ha interpretado Ananda K. Coomaraswamy, Buddha and the Gospel of Buddhism (Nueva York, G. P. Putnam's Sons, 1916), pp. 24-38.
[40] Éxodo, 19:3-5.
[41] Louis Ginzberg, The Legends of the Jews, vol. III, pp. 90-94 (The Jewish Publication Society of America, Filadelfia, 1911).
[42] Esta aventura circular del héroe aparece en forma negativa en las historias del tipo de la del diluvio, en que el héroe no va a la fuerza, sino la fuerza se levanta contra el héroe y cede de nuevo. Las historias del diluvio aparecen en todas las partes de la Tierra. Forman una porción integral del mito arquetípico de la historia del mundo y así pertenecen propiamente a la parte II del presente estudio: "El ciclo cosmogónico". El héroe del diluvio es el símbolo de la vitalidad germinal del hombre que sobrevive a las peores catástrofes y pecados.
[43] El presente volumen no se ocupa del estudio histórico de las circunstancias. Ese aspecto está reservado a un libro ahora en preparación. El presente volumen es un estudio comparativo, no genético. Su objeto es mostrar que existen paralelos esenciales en los mitos mismos, así como en las interpretaciones y explicaciones que los sabios les han dado.
[44] Traducción de Dom Ansgar Nelson, P. S. B., en The Soul Afire (Nueva York; Pantheon Books, 1944), p. 303.
[45] Citado por Epifanio, Haeresses, XXVI, 3.
[46] Supra, p. 36.
[47] Ésta es la serpiente que protegió al Buddha la quinta semana después de la Iluminación. Ver supra, p. 38.
[48] Alice C. Fletcher, The Hako: A Pawnee Ceremony (Twenty Second Annual Report, Bureau of American Ethnology, parte 2; Washington, 1904), pp. 243-244.
"En la creación del mundo —le dijo un alto sacerdote pawnee a la señorita Fletcher al explicar las divinidades adoradas en dicha ceremonia— se decidió que hubiera fuerzas menores. Tirawa-atius, la fuerza poderosa, no podía acercarse al hombre, no podía ser visto ni sentido por él, y por lo tanto se permitió la existencia de poderes menores. Su objeto era mediar entre el hombre y Tirawa." (Ibid., p. 27.)
[49] Véase Ananda K. Coomaraswamy, "Symbolism of tfae Dome", The Indian Historical Quarterly, vol. XIV, N° 1 (marzo de 1938).
[50] Juan, 6:55.
[51] Ibid., 10:9.
[52] Ibid., 6:56.
[53] Corán, V, 108 (el Corán se cita según la traducción de R. Cansinos Assens; Aguilar, Madrid, 1954).
[54] Heráclito, Fragmento 102.
[55] Heráclito, Fragmento 8.
[56] William Blake, The Marriage of Heaven and Hell, "Proverbs of Hell”.
[57] Leo Frobenius, Und Afrika sprach… (Berlín: Vita, Deutsches Verlagshaus, 1912), pp. 243-245. Compárese con el episodio asombrosamente similar de Odín (Wotan) en la Edda en prosa, "Skáldskaparmál" I ("Scandinavian Classics", vol. V; Nueva York, 1929, p.96). Compárese también el mandato de Yavé en Éxodo, 32:27: "Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente."